ROMA. Y al revés.

Buscando(te)

Te busqué en cada sueño. Te busqué en el lado izquierdo de la cama, que dejaste vacío al marcharte un jueves cualquiera. Te busqué en los cafés por las mañanas y en cada rincón que fue testigo de nuestra extraña forma de querernos, esa que no entendía nadie y, por lo visto, ni siquiera tú. Te busqué en cada canción, en cada lágrima de desesperación, en los versos, las poesías, y todas esas películas de miedo que veíamos en el salón. Te busqué en cada invierno y en cada uno de esos labios que se parecían a los tuyos. Pero no, no eran los tuyos. Te busqué en cada poema de Neruda, en cada una de las calles que tuvo la suerte de ver nuestros besos. Te busqué en cada lunes, sábado y en cada domingo. Te busqué en todos los bancos en los que nos habíamos abrazado, y en todos aquellos semáforos que se ponían en rojo para que nos diese tiempo a despedirnos. Te busqué en cada 'te quiero', entre las nubes y la lluvia, que tanto nos gustaba, no me preguntéis por qué. Te busqué en todos los sitios habidos y por haber. Y como era de esperar, te busqué y no te encontré.