Alzheimer emocional.

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Estoy harta de todos esos poemas que hablan de amor, de todas esas canciones que describen cada beso, y de las películas que nos cuentan lo idílico que es tener a alguien que te abrace en mitad del frío del invierno.

Cansada de amores que matan, amores que mueren. Amores que quedan en el olvido y amores que un dia fueron salvavidas y hoy te ahogan, no se pueden rescatar y naufragan.

Sí, estoy hablando de esas historias que duelen, las que dejan huella. Que, hagamos lo que hagamos, no podrán salir de nuestra cabeza, por muchas veces que lo intentemos. Historias que un día fueron fuego, y de las que hoy ni cenizas quedan, yo diría que son mas bien hielo, hielo que te deja frío y quema a la vez. Historias que pasaron de ser escritas com permanente a ser tachadas con tipex, para que no quedase nada que nos recordase que un día existieron y, aún así, siguen vagando por nuestra memoria.

De fotos que un día estaban enmarcadas en la pared y que ahora quemamos para desvanecernos con ellas.

No sé cuanto tardare en olvidarte, en olvidarnos, no sé cuantos inviernos van a pasar hasta que tu nombre deje de clavarse como puñales en la espalda, ni cuantos febreros mas van a hacer falta para asumir que ya hace mucho tiempo que te fuiste.

Que putada que no podamos manejar los sentimientos a nuestro antojo. Y que duro eso de que abril me recuerde a tus promesas, septiembre a nuestra ilusión y diciembre a tu sonrisa. Que difícil ir a contracorriente, querer nadar donde no hay agua, y soñar con tocar el cielo cuando hasta el techo de tu habitacion se te hace eternamente lejano.

Pf, y que putada que la piel no sufra alzheimer emocional.

ROMA. Y al revés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora