Stuck With You ° Jinson

Jaka

Despertó gracias al molesto graznido de un pájaro ¿tal vez un cuervo? Daba igual. Jaka hubiera preferido dormir. Había tenido un sueño interesante pero no podía recordar sobre que era, solo sabía que se había quedado en la mejor parte. Miró su reloj de mano y dió un salto de la cama, eran las 12:43 PM ¿a caso nadie había podido despertarlo? Era viernes y tenia que haber estado en el trabajo desde las nueve de la mañana.
Por supuesto no podía culpar a nadie de su irresponsabilidad, pero hubiera agradecido que alguien entrara a regañarlo para que fuera a trabajar. Quizá se les olvidó o pensaron que ya se había ido. Lo primero que hizo fue dedicarse a arreglar su apariencia y pensar en una excusa convincente para decirle a su jefe. Finalmente salió de la habitación lanzando un grito como de costumbre cuando se olvidaban de él, un grito tan fuerte que hasta los vecinos podían escuchar.

—¡¿Por qué nadie me despertó?! —gritó al mismo tiempo que abría la puerta dramáticamente.

No obtuvo respuesta, entonces volvió a gritar.

—¡Madreeeee!

Y una vez más no hubo respuesta.

Tardó poco en darse cuenta que no había absolutamente nadie en casa.

«¿A dónde fue todo el mundo?» pensó.

No era un día festivo, ni habían planeado viajar ¿tal vez fueron de compras? Se sintió molesto al ser el único que no fue invitado.
Se dirigió a la nevera por un poco de agua fría y observó dentro un montón de comida almacenada ¿cuando habían hecho la despensa? Y sí así fue ¿por que irían de compras? Pensar en una razón lo hizo molestarse aún más, pero sí quería llegar al trabajo no había tiempo que perder.
Fue a la cochera en busca de su auto y quedó todavía más desconcertado. El auto familiar seguía allí ¿a dónde habían ido sin el auto? Tenía muchas preguntas que necesitaban respuestas, y las iba a obtener cuando regresará del trabajo.

Condujo de manera tranquila, ya iba bastante tarde pero si el jefe no iba a ser comprensible entonces no lo iba a ser, daba igual si tardaba unos minutos más en llegar. Además no había nada de tráfico, seguramente llegaría en menos tiempo de lo que era normal.
Un par de calles más Jaka detuvo el auto.
No es que no hubiera tráfico, es que no había nadie más en la carretera. Todo estaba en completo silencio.

«¿Por qué no había nadie conduciendo un auto en viernes?» pensó tratando de llegar a una conclusión.

Quizá hubo un carnaval y ni siquiera se enteró, quizá su familia estaba allí en alguna celebración importante ¿vino el presidente? Como sea en su trabajo nadie mencionó un día libre así que volvió a conducir de nuevo.
Sin el molesto tráfico de todos los días Jaka no tardo más de 15 minutos en llegar. No había tiempo de estacionar el auto adentro, además no estaba el parquero en la entrada. Por suerte había espacio y estacionó su auto afuera. El edificio parecía estar vacío, no estaban las secretarias que deberían estar en la recepción ¿ellas si tuvieron el día libre? Sintió envidia. Tomó el asensor directamente a su piso que, para buena o mala suerte, era también el piso en el que estaba la oficina de su jefe. Salió del asensor y se percató que tampoco estaba el secretario de su área ¿día libre para todos los secretarios? ¡Que envidia! Deslizó su tarjeta y fue directo a la oficina de su jefe mientras repasaba en su cabeza la excusa que le iba a dar. Eran amigos, pero su superior odiaba que llegaran tarde.
Finalmente se encontraba afuera de dicha puerta. Tocó suavemente la puerta con sus nudillos esperando recibir una respuesta de la persona adentro. No hubo respuesta. Tocó más fuerte y de nuevo nadie respondió ¿estaría ocupado? Los viernes por lo general su jefe no salía de su oficina.