Capítulo 4

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[Marinette]

Desde que notaron nuestra presencia, las miradas no tardaron de posarse en nosotros, y nos limitamos a saludar a la distancia, ya que teníamos otro objetivo, sus padres.

— Madre, padre.

— Adrien, que bueno que ya llegaste, estaba a punto de mandarte a buscar.

— Disculpa, es que tuve que pasar por mi novia. Se las presentó, ella es Marinette Dupaing-Cheng.

— Es un placer conocerlos.

— ¡Oh vaya, qué bonita eres!

— ¿Dijiste Marinette Dupaing-Cheg? ¿Acaso eres la modista independiente, del concurso de hace un año?

— Así es señor.

— En ese caso el placer es mío señorita. Ese día no tuve oportunidad de hablar con usted, ¿estaría interesada en trabajar en mi compañía?

— ¡Gabriel! Estamos en una fiesta. No es momento para hablar de negocios.

— Pero amor, es posible que no tenga otra oportunidad.

— Bueno, siendo novia de tu hijo, te aseguro que la verás más seguido. ¿No es así Adrien?

— Por supuesto.

— Disculpa a mi esposo, Marinette; pero la verdad nos dejaste impresionados en aquel concurso. Intentamos contactarte, pero la administración del evento no podía darnos tus datos y no estás afiliada a ninguna empresa, verte aquí en realidad es toda una oportunidad.

— Tienes talento para competir en la industria y si estas dispuesta nos gustaría una colaboración.

— Muchas gracias por su palabras y sería todo un honor colaborar con ustedes.

— Bueno, entonces pronto tendremos una cita para hablar de ello. Pero hoy disfruten de la fiesta por favor.

— En ese caso iremos un momento al balcón madre.

— Con su permiso.

Mientras nos dirigimos al balcón, hubo personas que se acercaron a saludarlo; hubo momentos en los que me sentí excluida y él se daba cuenta, por lo que aprovechaba para presentarme como su novia.

— Lamento eso.

— No te preocupes, la verdad me sorprendió. No creí que tus padres conocieran mi trabajo.

— Ellos tienen razón, tienes talento y hoy le dejaste ver.

— ¿De qué hablas?

— El vestido que traes puesto, tu lo diseñaste ¿cierto?

— ¿Cómo lo supiste?

— Quienes trabajamos en la industria, nos damos cuenta que cada diseño refleja a su creador. Estoy seguro de que mis padres también se dieron cuenta.

— Ahora estoy un poco avergonzada.

— No tienes porque, al contrario creo que es para sentirse orgullosa.

— No tienes porque, al contrario creo que es para sentirse orgullosa

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