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❝No sé cocinar, pero sé hacer canciones❞


Sana entró al departamento que compartía con su prometida. "Prometida" de solo pensar que eran prometidas sentía una hermosa calidez, no podía imaginar como sería cuando la llamara "esposa".

Cerró la puerta con llave al ya estar dentro del departamento. Solo se escuchaba la lluvia, más nada.

Frunció el ceño confundida, si no se equivocaba su prometida debería ya estar fuera del trabajo. Dejó las llaves en su colgador correspondiente, caminó por el pasillo hasta llegar al salón, donde encontró a Tzuyu sentada en el suelo escribiendo en un cuaderno junto a una taza de chocolate a su lado.

—¿Estás componiendo? —Tzuyu se sobresaltó en su lugar. Levantó la mirada, haciendo contacto visual con Sana.

—Joder, me asustaste —suspiró, pasando las manos por su pelo, cansada

Sana sonrió apenada— Lo siento —Se agachó un poco dándole un beso en los labios a su pareja en forma de saludo. Cuando se separaron, Sana se sacó su chaqueta y la dejó colgada en la primera silla que vio.— ¿Estás escribiendo una nueva canción?

Tzuyu asintió volviendo a poner su atención en sus escritos.— Sí, es una de las nuevas canciones para el álbum de Nayeon, la debo entregar el jueves. —Lo volvió a mirar, ocultando su cara con sus manos.— Ay no, hoy me tocaba a mi cocinar... lo siento, me olvidé. Hay Ramen en la cocina, si quieres puedo hacer eso, porque otra cosa no se me ocurre. —Dijo apenada haciendo un leve mohín. Sana sonrió enternecida.

—Tranquila, podemos pedir comida. —Sacó su celular, empezando a buscar una página de comida rápida para pedir.— Que prefieres, ¿Nuggets o kimbap?

—Llevamos cuatro años siendo pareja, creí que a estas alturas ya sabrías mis preferencias, amor. —Bromeó. La respuesta era obvia.

—Kimbap será. —Se sentó al lado de Tzuyu mientras seguía ordenando.

La menor tomó la canción que escribió y empezó a revisarla, preocupada por si le faltaba algo a la letra. Sana se dio cuenta de lo que hacía su pareja, terminó de pedir y anotar la dirección para poner total atención a Tzuyu.

Tzuyu soltó un bufido y le pasó el cuaderno a Sana— ¿Puedes decirme tu opinión? —La mayor asintió tomando el cuaderno.

Empezó a leer la letra, amándola de inmediato. Tzuyu estaba pendiente de cada reacción de Sana, la  cual solo sonreía al leer cada párrafo. Levantó la mirada cuando terminó de leer toda la canción, encontrándose con la mirada expectante de la pelinegra.— Sigo preguntándome como puedes crear canciones tan hermosas. —Tzuyu soltó un suspiro aliviada, soltando todo el aire que retuvo.

—Vamos a ver si la empresa junto con Nayeon piensa lo mismo que tú. —Sana dejó el cuaderno en la mesa del comedor. Pasó una de sus manos por las caderas de Tzuyu, atrayéndola más a ella, mientras que con la otra acariciaba la mejilla de la contraria. La pelinegra acomodó su cabeza en el hombro de su pareja, cerrando los ojos cansada y cómoda, disfrutando de las delicadas caricias que le daba la pelirrubia.

—¿Sabes? Mina se ofreció para ayudar en la boda, aunque por ella organizaría todo. —Dijo Sana en tono suave y tranquilo.

—Uhm... ¿Y si dejamos que organice todo? —Levantó su cabeza y miró a Sana, quien la miro expectante.— A ninguno de los dos nos gusta organizar fiestas, ¿Por qué no la dejamos elegir el sitio y todo eso? Ya sabes que le gusta decorar y esas cosas.

—Cierto, no es mala idea. Le avisaré luego a Minari, creo que ella está más emocionada que nosotras mismas con la boda. —Bromeó. Tzuyu negó con una sonrisa.

El timbre sonó, anunciando que alguien estaba llamando. Sana se levantó y miró por la mirilla, viendo a un chico con una caja de comida. Abrió la puerta, el chico la miró y le saludó cordialmente.— Buenas noches, le traigo su pedido. —Le ofreció la caja. Sana sonrió, salía un rico aroma de la comida que estaba dentro.

—Muchas gracias. —Agradeció haciendo una rápida reverencia, siendo correspondido por el repartidor. Cuando ya tenía la comida en manos, y el repartidor ya se había ido, cerró la puerta para empezar a sacar la comida.

Tzuyu sacó algunos platos, donde dejaron el kimbap y en otro las salsas. Dejó los platos con comida en la mesa del salón, acomodó unos cojines en el suelo frente a la televisión y la prendió, empezando a buscar alguna película en Netflix.

Sana había ido al refrigerador para sacar dos cervezas frías. Volvió al salón y las dejó en la mesa, sentándose al lado de Tzuyu.

La pelinegra seleccionó la película "Estación zombie: Tren a Busan". Se acomodaron en los cojines juntándose, listas para pasar una noche de pareja, ¿y qué mejor que con una maratón de películas y una rica comida?



-dear future wife ; satzu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora