Protegeme ( Ross lynch & tu)

cap 5

_____(tn) no pudo evitar morderse un labio.

- Me deseas. – sonrió Ross– deseas mi cuerpo ¿verdad?.

En ese momento se abrieron las puertas. _____(tn) salió rápido de allí, más roja que un tomate. Ross era un creído. Un creído con el cuerpo de un Dios griego y la cara de ángel. Topó con algo.

- Perdón. – masculló, aun con la imagen de Ross abduciendo su mente.

Un hombre apuesto, fuerte, de pelo castaño algo despeinado con mechas rubias, un piercing muy provocativo en el labio en forma de aro y con pequeños pero preciosos ojos de un color extraño, una mezcla entre verda, gris y miel yacía estático en frente de ella.

- Perdóneme a mí, señorita… - se inclinó para besarle la mano.

- Bueno, ya, ya… cursileras. – dijo Ross poniéndose entre medio –Él es Ander, un compañero mío, el cual me debe una muy gorda y de momento le dejo que se ocupe de esta casa… pocas veces vengo. Muy pocas. Y ella es _____(tn).

- ¿La de Dovone? – dijo el chico sonriendo y mostrándose aun más guapo.

- Y dale, que no tengo nada que ver con Alexander. – dijo ____(tn) cruzándose de brazos.

Tenía enfrente a un hombre salido del propio infierno y a otro caído del cielo. Los dos supuestos agentes de la misma agencia, con habilidades y fuerza bruta. Ander se la quedó mirando, descaradamente.

- Alex se habrá puesto las botas – dijo centrando sus ojos en sus muslos desnudos.

- Ya basta, Ander. – le dijo Ross. – ella dice que no ha tenido ninguna relación con Alex.

- Entonces, que desperdicio. – sonrió relamiéndose.

- Oh dios, quiero irme a mi casa ¡Ya! - ____(tn) se echó el pelo hacia atrás, abriendo la chaqueta de nuevo, sin querer y dejando ver sus pechos cubiertos por el sujetador negro. Los dos hombres se la quedaron mirando.

Era un peligro, un verdadero peligro, dos hombres que rebosaban de testosterona, con una sola mujer encerrada en aquella casa de la Isla o cala de Ross.

- Será mejor que te calmes.

- Si, será mejor que me tome una ducha… - dijo bufando - ¿Tienes?

- ¿Por quién me tomas? Tengo hasta piscina. – masculló Ross– Primera puerta a la izquierda. Ahora te traigo las toallas y algo de ropa… - la miró de arriba abajo – aun que con el tipito que tienes mi ropa te irá grande… tendré que comprarte algo, aun no sabemos el tiempo que te pasaras aquí.

____(tn) asintió y se dirigió a la ducha, dejando caer antes la chaqueta, dejando ver un culo deseable y unas buenas piernas, moviendo las caderas. Dejando a Ross aturdido – y eso que para mujeres, él había visto de todo tipo -, aquello lo ponía, aquella mujer lo excitaba, más de lo que pudiera llegar a pensar.

Ross fue a coger una de sus camisas viejas. También cogió unos pantalones cortos, aun que a ______(tn) le irían como unos piratas. Una toalla de cuerpo.

Mujeres… ¿una ducha en medio de toda esta mierda? Eso es lo último que me gustaría a mí en este momento de presión.

Abrió la puerta del baño, sabiendo que _____(tn) ya estaba dentro de la ducha, con el agua tibia recorriendo su cuerpo. Ross pensó que no le importaba, había visto muchas –demasiadas – mujeres desnudas en toda su vida, y ya no le sorprendía nada. O eso es lo que pensaba él antes de entrar en el cuarto de baño.

- Te lo dejo aquí. – dijo dejándolo en la encimera.

- Vale… - la voz de ____(tn) parecía tan relajada y excitante que Ross no pudo evitar sonreír.