_____(tn) intentaba dar patadas, pero Ross la tenia cogida por los muslos, encima de su hombro.
- Estate quieta muñeca, no me gustaría tener que abusar de mi fuerza. – pero ella no izo caso. Ross le dio un cacheteo en una de las nalgas, cubiertas solo por aquellas excitantes braguitas negras. Ella abrió los ojos y paró de patalear en el pecho de Ross – Veo que me entendiste. –
Sonrió y la dejó con cuidado en el copiloto. ______(tn) lo miraba con lágrimas en los ojos, de los nervios, de la rabia, de todo. Ross se puso las gafas de sol y metió las llaves por el cerrojo del coche. Le echó un último vistazo a ______(tn).
- No me llores ¿eh? – dijo negando con la cabeza - ¿confío de que te puedo desenmordazar? Ella asintió rápidamente. Ross le quitó la mordaza. _____(tn) respiró hondo y profundamente. Ross arrancó el coche, sin una simple sonrisa, ni siquiera una tierna mirada. Frio como él sabía ser. ______(tn) lo observó. La chupa de cuero le daba un aire supererotico, arrapado a sus musculosos brazos, igual que ese jersey negro en sus abdominales. Los pantalones, ni estrechos ni anchos daban mucho a la imaginación, aun que ella ya sabía el par de piernas que escondían. Y las botas a lo militar, terminaban de rematar la virilidad de aquel personaje. Se sonrojó sin saber por qué. Vio el pantalón rasgado, y como de él salía sangre sin cesar.
- Te sangra la pierna. – dijo moviéndose en su asiento, como señal de que la desatara.
- Ya estoy acostumbrado. Esto es solo un rasguño.
- ¿Un rasguño? Quizás hacen falta puntos y todo… - ______(tn) consiguió desatarse las manos y se inclinó, ante la pierna de Ross.
- Eh, ¿Qué coño haces? Quieres que tengamos un accidente…
- Cállate. – le ordenó ella. Ross por primera vez se sintió dominado.
¿Por qué? Él era el que dominaba a las mujeres, nunca al revés. Y aquella mujer lo había hecho callar.
– Estudié algo de primeros auxilios.
Le subió el pantalón a Ross, mientras apoyaba la frente a la rodilla derecha de él. Se mojó un par de dedos con saliva y mojó la herida. A Ross le escoció esa herida. Se tensó y en su cara se expresaba dolor. Aun que no para todos pareció ser dolor… Un policía le mandó que parase.
- Bueno, pero que tenemos aquí. – dijo cuando Ross bajó la ventanilla y _______(tn) se volvió a incorporar en su asiento, habiendo cubierto la herida de Ross con un pañuelo – mamada en plena carretera.
- No, agente, no es lo que parece. – se intentó disculpar ______(tn).
- Claro, nunca es lo que parece. – la miró, comiéndosela con los ojos, ya que la chica solo iba cubierta por ropa interior. Ross se percató y le lanzó su chupa de cuero a _____(tn). Ella se tapó rápidamente.
- Agente…
- Nada de peros ni quejas. – sonrió – espero que haya disfrutado de la mamada, señor…
- Ross. Ross Lynch.– dijo Ross pasándose la mano por el pelo – aunque se equivoca.
- Ya claro… - sonrió de nuevo – por esta vez solo serán doscientos dólares, porque la señorita también iba desabrochada.
Ross sacó su cartera y haciendo de la multa que le dio el policía, una bola tirada en el maletero del Lamborgini, pagó de mala gana. Asegurándose de que esta vez _____(tn) se abrochaba, arrancó de nuevo.
- Lo siento… - murmuró _____(tn), apenada por el gasto. – No debí moverme.
- No, no debiste. – dijo Ross gruñendo. – podríamos haber tenido un accidente.
_______(tn) se sorprendió.
- Pero no me refiero a eso… a la multa…
- Por eso no te preocupes. No es nada.
- Si lo es...
- ¿Tienes que tener siempre la última palabra? – dijo Ross mirándola por encima de las gafas de sol.
Ella no dijo nada más, volvió la mirada hacia la ventanilla. Ross se fijó en la deliciosa comisura de sus rosados labios. Y como desearía que el policía hubiera tenido la razón.
______(tn) se sonrojó. En cambió observó a Ross por el rabillo del ojo. Él no estaba ruborizado, para nada. Después de la acusación del policía... se imaginaba ¿y si aquello hubiera sido cierto?. Sin pensarlo, se aferró más a la chupa de Ross. Olía bien, olía a hombre, mezclado con un perfume viril y excitante.
- ¿A dónde vamos? – preguntó ______(tn) pensativa.
- A una casa que tengo en mi cala privada. – dijo orgulloso. ________(tn) supo que a aquel individuo que la había raptado le sobraba el dinero.
- ¿Por qué no me llevas a mi casa y olvidamos lo sucedido? – suspiró – yo como si no te hubiera visto nunca.
- Nena, eso es imposible. – en su rostro se dibujó una sonrisa espectacular. La ronca voz estremeció la espina dorsal de _______(tn), produciéndole un delicioso escalofrió. – Además, los secuaces de Alex, una de las bandas de una mafia rusa, te estarán buscando, ahora que ya has tenido trato con él.
- ¿Pero por qué? Yo no hice nada.
- Bastó con las relaciones que tuviste con Alexander Donovan, para que te involucraran con él. Ahora eres tú a la que buscan. Son así de sádicos... – Ross tragó saliva, a _____(tn) le extrañó, y con un hilo de voz terminó la frase – los rusos...
A _______(tn) se le llenaron los ojos de lágrimas.
- No me llores, ya te he dicho que no me gustan las lágrimas. – Dijo Ross entrando en un gran subterráneo donde había un BMW plateado, igual de bonito que el caro Lamborgini. – Conmigo estás a salvo, mi jefe me encomendó que te protegiera e intentara sacar de ti más información sobre la mafia de Donovan. Y así lo haré.
Salió del coche y se dirigió al copiloto. ______(tn) se había olvidado de todo, hasta de desabrocharse los pies. Ross abrió la puerta y al ver que aun seguía con la cuerda se agachó y se la desabrochó. _______(tn) se sonrojó al sentir la respiración de la boca de Ross chocando contra su muslo. Pronto la cuerda cayó al suelo.
- Habrá un par de normas. – dijo Ross, estricto – No intentaras huir, a no ser que quieras que te maten – rió – Aun que es prácticamente imposible, el acceso aquí es muy difícil hay muchas armas de protección contra personas alienas. Esta enorme cala es mía, todo lo que tiene me pertenece a mí. – la miró – Ahora tú estás incluida a la lista.
- No te pertenezco – musitó _____(tn).
- Ahora sí. Estas en mi propiedad, eres de mi propiedad. – la miró – prométeme que por tu seguridad no saldrás de la isla.
_____(tn) agachó la mirada.
- ______(tn). – la primera vez que decía su nombre. Y fue como el mejor de los roces, su piel se erizó.
- Bueno... – dijo con énfasis en la segunda vocal.
- ______(tn). – volvió a repetir con más seriedad – si te pasa algo yo seré el responsable.
- De acuerdo… - suspiró - ¿Hasta cuanto tendré que quedarme aquí?
- Hasta que cojamos a los cabrones que van a por ti. – empezó a caminar hacia una puerta – O los mataran mis compañeros… - la miró sonriendo – o vendrán y me cargaré a los siete secuaces de Donovan, uno por uno.
______(tn) tuvo otro escalofrío. Ross era un tipo duro, no le importaba matar a la gente.
- ¿Te gusta tu trabajo? – dijo ______(tn) con expresión preocupada.
- ¿Te refieres a matar a la gente? – entró en el ascensor, cogiendo del brazo a _____(tn). - ¿O a ser un agente secreto?
- A lo primero…
- No gusta nunca matar a la gente, a no ser que seas uno de esos terroristas, que siguen matando aun que les cueste la vida a ellos.
______(tn) observó los limpios trechos de su cara. Era guapo… no, guapísimo. Unos ojos penetrantes, que clavaban la vista al vacio, una nariz recta y unos labios generosos. Ross le pilló la mirada con la suya. Ella agachó la vista enseguida. Él sonrió.
- ¿Qué mirabas? – dijo gracioso. El simple tono de frialdad con la que la trataba antes desapareció.
- Na…nada.
- ¿Te gusto? – preguntó sin más, abriendo los brazos. - ¿te gusta esto, muñeca?
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Protegeme ( Ross lynch & tu)
Novela Juvenilhola mi nombre es Jhoerlin me pueden desir jhoe, no es mi primera novela. pero espero que les guste.