- Parte 2.

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Te miras los pies, los cuales mueves con nerviosismo. Aunque quizá ese adjetivo, 'nervioso', no sea suficiente para definir como te encuentras en este momento.
Tu estómago parece estar lleno de hormigas, que no dejan de corretear arriba y abajo, y tienes un nudo en la garganta que lo único que consigue es que se te quede la boca seca. Así que das el undécimo trago a tu botellín de agua y lo devuelves al bolso con las manos medio temblorosas.
 Aún no estás segura de si deberías estar ahí. Una parte de tu cabeza dice '¿Es lo que querías, no? Desvelar el misterio al rededor de ese chico. Todo está bien. ahora todo estará bien.' Desgraciadamente la otra parte grita '¿¡Pero qué narices haces!? ¡Vete antes de que sea demasiado tarde!'

Lo único que ha conseguido esta guerra civil entre el emisferio derecho y el izquierdo de tu cerebro es que esté ahí, sentada en uno de los bancos de la estación de tren, esperando a que Sousuke llegue. Sousuke. Resulta hasta extraño referirte a él de esa manera. Siempre ha sido el chico del chat. Llamarle así solo hace darte cuenta de que lo que está sucediendo es real. De que finalmente vas a encontrarte con el chico misterioso con el que llevas meses hablando.

Misterioso. Eso te lleva a otro punto de la cuestión. Aún siquiera sabes como es. No sabes si después de decidir quedar ha seguido ocultándolo por verguenza, por sorpresa o qué, pero eso te está matando. Toda la información que tienes es la que él te ha dado. Que será el chico alto de pelo oscuro de la chaqueta azul. Desgraciadamente, eso deja mucho a la imaginación.

Con un largo suspiro sacas tu móvil del bolso, para mirar la hora. Tus manos no han dejado de temblar, pero parece que se van calmando. A saber cuanto durará. El reloj de la pantalla marca las 16:51. El tren llegaría a las 16:45, o eso te dijo. Esperas que no se haya perdido en los laberínticos pasillos de la estación de Tokio. No tardas en recordar que él ya había vivido aquí, y esa idea rápidamente desaparece. Guardas de nuevo el teléfono móvil, y alzas la vista, con el mismo abatimiento que llevas haciéndolo los 20 minutos que llevas esperando.

¿Y si no aparece? ¿Y si esto ha sido una broma de la falsa persona al otro lado de la pantalla? Empiezas a odiar lo mucho que debe estar riéndose el impostor, tranquilamente en su casa.

Pero entonces aparece, subiendo las escaleras. Tu corazón da un vuelco. Alto. Pelo moreno. Chaqueta azul. Aunque la parte racional de tu cabeza dice que las probabilidades de que un chico cortado con ese patrón apareza por allí son altísimas, no puedes evitar alzar los hombros sorprendida, conteniendo el aire y poniéndote en pie.

Aire que no tardas en expulsar al comprobar como él camina tranquilo, escuchando música, sin centrarse en nada más. Camina en tu dirección, y puedes ver como parece no buscar a nadie.  El aire abandona tus pulmones, pero también te abandona toda tu esperanza.

Cierras los ojos abatida y te dejas caer sobre el banco. Te sientes idiota. Completamente estúpida. Cuando abres los ojos, mirando hacia el suelo, puedes ver unos pies frente a ti. Y ahí está él.

Aunque no puedes verte, sientes como si la luz volviese a tu cara, al igual que lo hace un tono sonrojado. No te has dado cuenta, pero estás boquiabierta. Cierras la boca rápidamente, y vuelves a ponerte en pie, justo frente a él.

- Hola.- dice, con un tono suave, aunque ya intuyes que su voz debe ser fuerte y potente.

- Me has reconocido...- dices, aunque eso no era lo que querías. 'Estúpida', te repites una vez más.

- Sí. Aunque he de decir que eres más guapa que en las fotos.- sonríe suavemente, y no aparta la mirada de ti mientras lo hace. Eso te gusta, aunque resulta algo intimidante.

Tu también sonríes, timidamente, sin saber muy bien que decir. Ahora que te tomas un momento para mirarlo, te das cuenta de lo guapo que es. Tiene unos rasgos muy varoniles, con una mandíbula muy marcada y una nariz con un ángulo perfecto. Su sonrisa es preciosa, y sus ojos son claros, de un turquesa precioso, que combina a la perfección con lo oscuro de su cabello. Además es alto. Más alto de lo que imaginaste cuando te lo dijo. Tan alto que casi te sientes ridícula a su lado. Su espalda es ancha además, digna de un nadador, y estás segura de que estará muy bien formado.

Cuando recuperas el habla, te aventuras a decir, con la voz casi temblándote:
 - G-gracias por venir...

- Yo...- la sonrisa estática que mantenía desparece de su cara, y esta vez si que desvía la vista de ti. Ahora que está serio parece aún más intimidante.- Te lo debía. Era lo menos que podía hacer.

Cuando salís de la estación, parece que parte de esa seriedad ya se ha esfumado. Pensabas que mantener una conversación iba a ser más difícil, pero te extrañas de lo fácil que resulta. Parece que casi está tan nervioso como tu, o eso intuyes de vez en cuando, y mientras camináis el uno al lado del otro te preguntas que pensará la gente. Él es alto e increíblemente guapo, mucho más de lo que jamás hubieras podido imaginar. Tú, si embargo, te situarías en esa clasificación que la gente suele llamar 'del montón'. Por un instante simplemente piensas que qué haría un chico como él con alguien como tu.

- La cierto es que no te he contado toda la verdad.- continúa hablando, como habéis estado haciendo hasta ahora. El corazón se te para por un instante, y parece que él se da cuenta. No ha elegido las palabras adecuadas, desde luego.- Quiero decir... He venido a Tokio por algo más a parte de ti.

- ¿Algo más? - preguntas, con curiosidad.

- He venido para recuperar mi sueño. Porque me lo han robado para siempre.

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¡Hola! Lo cierto es que pretendía continuar el capítulo, pero me estaba quedando más largo de lo que quería, así que decidí dejarlo ahí :') Espero vuestros comentarios, críticas, sugerencias o lo que sea. Todo será bien recibido, ¡gracias por leer! :'D

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2015 ⏰

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The chat boy [Yamazaki Sousuke x Lectora] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora