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Capitulo 24: Misión arriesgada.

P.O.V. Tercera persona:

Estaba nerviosa, muy pero muy nerviosa. Pero ya no podía echarse para atrás, pues todo estaba listo para que se fueran, pero antes tenían que distraer a Homura quien todo éste tiempo los estuvo vigilando.

"Esto es una locura, si mi madre estuviese viva diría lo mismo." Se dijo internamente la de ojos rosas preparándose para correr en cuanto Senku les diera la señal.

—¿Segura que quieres hacer ésto Himawari-chan?

—S-si, Gen... Yo no soy una niña pequeña, ya tomó decisiones por mi misma. —Le respondió Himawari.

—Pero estamos yendo al imperio de Tsukasa, tú dijiste que le tenías miedo.

—Si, Chrome, pero cuando tomo una decisión no me arrepiento.

—Estás temblando, enana. Pienso que no deberías ni venir.

Himawari ya comenzaba a sentirse irritada con la exageración de los tres que tenía que cuidar.

—Silencio, Senku confía en nosotros. Y yo como enfermera es mi deber asegurarme de que regresen sanos y salvos.

Cuando parecía que nadie más iba a hablar, Himawari se relajó. Sin embargo Chrome volvió a decir algo.

—¿Pero crees poder correr rápido?

—¡Ahhh, maldición! ¡Ya cállense por favor, sino me voy a enojar! —Exclamó ya hasta el punto de la cólera Himawari.

Los tres hombres ya guardaron silencio al ver ya enojada a la chica. Daba miedo cuando se enojaba por lo que era mejor no provocarla.

Tuvo que dejar su enojo para después en cuanto escucharon las bombas de sonido estallar. Esa era la señal a lo que comenzaron a correr lo más rápido que sus pies podían.

Himawari no era buena atleta, pero podía correr a la velocidad suficiente para alejarse, una buena ventaja de ser pequeña y de piernas delgadas.

Solo esperaba que los demás puedan atrapar a Homura, porque si los seguían tendría que verse obligada a usar su arco y flecha, lo que menos quería era lastimar a alguien.

Mientras tanto en la aldea Kohaku estaba persiguiendo a la chica pelirosa. Toshio se mantenía oculto, esperando el momento adecuado para atraparla.

Senku llegó corriendo para ver a Kohaku aún perseguir a Homura.

—¡Ahí está Kohaku! —Exclamó Senku mirando como la rubia corría por los árboles, persiguiendo a Homura para atraparla.

El rubio lanzó lo que sería la bomba de luz. Luego de que la intensa luz se despejara un poco, Toshio saltó, derribando a Homura antes de que ésta escape. Aprisionó el cuerpo de ella con el suyo, y el suelo.

—¡Whoa! —Exclamaron los niños luego de observar todo.

—¡Eres increíble, Toshio! —Dijo entonces Suika hacia el castaño.

—Esto fue trabajo en equipo. —Le comentó para mirar entonces a Kohaku y a Senku. —Kohaku tenía que atraerla, y con la bomba de luz desorientarla para poder atraparla.

—¡Increíble!

Homura miró mal al chico que tenía sobre ella. —Cuidado por dónde tocas.

—No te estoy tocando nada, como si fuese un depravado. 

No era como esos chicos que se aprovechan de alguna situación. Respetaba a las mujeres, y Homura no era la excepción aunque ésta fuese del bando enemigo.