Capítulo 2

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Oficialmente este no era su mejor día. Se había levantado tarde, no había podido desayunar, estaba cansada, le dolía la cabeza, y había tenido una pesadilla sobre sus abuelos y hermano. No era justo, simplemente no lo era.

Clarisse Charlotte Dubois tenía una familia hermosa. Sus padres la apoyaban en todo y sus hermanos la querían y cuidaban, pero aún así sabía que su familia estaba incompleta. No se sentía sola, no lo estaba y sabía que no tenía el derecho de sentirse así, pero a veces, sólo a veces, ver a su hermano Alexander le partía el corazón porque verlo era recordar a Patrick, ver a su madre le recordaba inmensamente a su abuela, pues eran extremadamente parecidas, y a veces ver a su padre y a Nathan le recordaba a su abuelo, pues tenían la misma sonrisa traviesa y amable. Y a veces, sólo a veces, verse en el espejo le dolía en el alma, pues veía a su abuela de joven.

Verás, aunque Clarisse haya crecido con una madre independiente y eficaz, un padre amable y bondadoso, un hermano mayor inteligente y protector, y un hermano menor cariñoso y eternamente adorable, su familia no estaba completa. Hace unos años, ellos y sus abuelos y su hermano Patrick, el hermano gemelo de Alexander, estaban en un parque, y tenían que dividirse en el carro. Clarisse debía estar en el carro con sus abuelos, pero no quería separarse de Nathan, así que Patrick le dio un abrazo y se ofreció a cambiar lugares con ella. Nunca se ha arrepentido más de algo en la vida. Mientras iban de regreso a casa el auto de sus abuelos se volcó violentamente, por algo que nadie sabe explicar, y sus abuelos y Patrick fueron trasladados al hospital, donde fallecieron. Aún recuerda los sentimientos de culpa, dolor e ira que recorrieron su cuerpo después de escuchar la noticia. Sabe que no es así, pero a veces siente que Alexander la ve con odio.

-Tienes la misma cara de querer matar a alguien Lot.-le dijo su amiga Katrina, recargándose en el casillero junto al de ella. Clarisse no era de pocos amigos, pero la única que consideraba su amiga cercana era Katrina. Una chica alta, rubia, de ojos verdes y una sonrisa bella y contagiosa. Clarisse dejó su mochila en el casillero y sacó su vestuario para sus clases de polka. Había comenzado a llevar las clases porque sabía que era la danza favorita de su abuelo, y se quedó porque era su actividad favorita.

-Lo siento Kat, no tuve una buena noche.-la mirada de su amiga decayó, y supo en ese instante que iban a hablar de lo que la había atormentado toda la bendita noche.

-Volviste a soñar con tu hermano.-no era una pregunta, últimamente los recuerdos de Patrick plagaban su mente, así que no pudo hacer nada más que asentir.-¿Le has contado algo sobre esto a tus papás?-la castaña resopló.

-Por supuesto, les dije "mamá, papá, ¿recuerdan cómo mi hermano murió por mi culpa? Bueno, he estado teniendo pesadillas con él, sólo quería recordarles que yo soy la culpable de la muerte de su hijo y pues aprovechando, también quería recordarles el dolor que sintieron cuando murió junto a mis abuelos. De nada." Como si no fuera una tontería.-Katrina rodó los ojos ante la actitud de la castaña.

-Risse, te quiero, pero eres una tonta.-la niña cerró su casillero y se fue de largo, ignorando a la rubia.-Escúchame bien Clarisse,-se adelantó y se postró frente a la niña.-lo que le sucedió a Patrick no fue tu culpa, y si no hablas de esto con tus padres me aseguraré de contarle a Alexander todo lo que me has contado.-la cara de indignación de Clarisse podría haber sido divertida si no fuera porque Alexander iba pasando en ese momento y se detuvo al escuchar su nombre.

-¿Tienes algo que contarme Katrina?-preguntó. La rubia enrojeció de pena, lanzándole una mirada de disculpa a su amiga.

-Nada, no realmente, sólo que Clarisse se robó tu chocolate la otra noche.-la niña en cuestión soltó un jadeo de traición, especialmente cuando su hermano viró tan rápido que Clarisse pensó que su cabeza se caería.

-¡Eso era un secreto Katrina!-susurró indignada. Su amiga sólo se encogió de hombros y soltó una risita nerviosa.

-¿Cómo que te comiste mi chocolate? ¡Papá me lo compró! Vas a comprarme otro Charlotte.-exclamó enojado su hermano.-En fin, mamá vendrá a recogernos a las 5, es la hora en que le permitieron salir.-esperó a que su hermana asintió y se fue de ahí rápidamente.

-¿Por qué no los recoge tu papá?-preguntó Katrina, mientras continuaban su trayecto al salón de danza.

-Recuerda que da clases de historia en un internado. Viene los fines de semana, pero el resto los pasa allá.-la ojiverde asintió.

-Supongo que cuando tengas edad estudiarás allá, ¿verdad?-Lot asintió.

-Sí, a los 11.

-¿Y tu mamá está de acuerdo con eso?

-Claro, ambos estudiaron allá.-entraron a los vestidores para cambiarse a sus atuendos.

-Suena interesante amiga.-suspiró Katrina. Sabía que tarde o temprano no estarían juntas, pero que se fuera incluso antes de terminar la primaria le dolía.

-Lo es... lo es.-fue lo único que dijo Clarisse, pensando en cómo ese mismo año Alexander entraría a Hogwarts sin su hermano y mejor amigo, y todo por su culpa.

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-Hasta luego Risse, nos vemos mañana.-gritó Katrina desde su auto, sacudiendo la mano animadamente.

-Katrina está loca.-señaló Nathan, riendo un poco. Nathan había nacido siendo 90% sordo, pero hablaba muy bien puesto que había ido a terapia toda su vida. Con su familia prefiere hablar en lengua de señas, pero aprendió a leer labios a muy corta edad y a veces puede participar en conversaciones si es necesario.

-Sí que lo es.-señaló Alex. Clarisse rodó los ojos, irritada. Sólo quería llegar a dormir, pero no, tenía que esperar a que su madre pasara por ellos.-¿Bueno, pero a ti qué te pasa?-espetó Alexander, enojado. Todo el fin de semana la niña había estado de mal humor, y cuando le preguntaban porqué se enojaba aún más.

-No te importa Alex, déjame en paz.-Nathan rodó los ojos y, no por primera vez ese mes, agradeció ser sordo, así no tendría que escuchar las peleas de sus hermanos.

-¿Siguen peleando ustedes dos?-les preguntó Colette, haciendo saltar a los 2 de sorpresa.

-¿Cuándo llegaste mamá?-mientras peleaban. No sé qué les pasa, pero no quiero saberlo. Son hermanos y no me gusta que estén peleando. ¿Entendido?-ambos asintieron a regañadientes.-Bien, ¿cómo estuvo tu día cariño?-le preguntó a Nathan, que sonrió divertido. Colette y ambos niños caminaron hacia el carro, dejando a Clarisse detrás.

-Supongo que no tengo nada de qué quejarme.-suspiró, tomando su maleta y persiguiendo a su familia. Después de todo, siempre ha sabido que su familia estará ahí para ella. No tiene sentido seguir estancandose en el pasado. Patrick y sus abuelos se fueron físicamente, pero siguen ahí. 

Las Crónicas de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora