✨ ×Epílogo

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Diego terminó de leer la última nota escrita por aquella caligrafía que reconocería en cualquier parte, la de su novio, sintiendo como en su estómago comenzaban a revolotear un montón de mariposas enamoradas haciendo del cosquilleo algo agradable.

Lo quería mucho.

No...

¡Definitivamente lo amaba!

De pronto, un ligero matiz de tristeza hizo a su sonrisa temblar un poco. Roberto había hecho tanto por él que le hacía sentir de una manera tal que el aleteo de las mariposas se debilitó, abriendo paso a un vacío profundo.

Se sentía como sí no hubiese hecho lo suficiente por y para Roberto. Que no se lo merecía.

Sus dientes aprisionaron su labio inferior mientras su rostro se pintaba de aflicción.

Quería hacer algo para que Roberto se sintiera el chico más feliz y afortunado del mundo.

Su vista regresó nuevamente hacía aquel cuaderno viejo, se lo pensó por un momento, ¿Sería lo correcto?
Sonrió.
Ahí se encontraba la manera de agradecer a su menor todo lo que decía.

Una manera pura y sincera de plasmar todos los sentimientos qué llevaba guardados en su interior y que no contaría siquiera en voz alta.

Sostuvo el lapicero con decisión, apretujándolo levemente entre sus dedos:

"A mí querido novio;

Bien, es la primera vez que escribo algo de este tipo, así que... Espero hacer ésto lo mejor que pueda.

Porque es lo que mereces.

No...

Ni siquiera esto alcanzaría para devolverte todo lo que me haz dado, que no han sido más que alegrías y buenos recuerdos.

Mucho más de lo que yo podría darte.

No soy un poeta ni mucho menos, pero espero que esto llegue a tú corazón, que seas capaz de palpar a través de estos pensamientos entintados todo lo que siento en éstos momentos, así cómo tú has hecho en las páginas anteriores de este viejo cuaderno.

Primeramente, te haré una pregunta, ya que eres tan experto de salir de la friendzone.

¿Cómo puedes estar en la friendzone sí ni siquiera sabías mí respuesta ante tus sentimientos, mí amor?

Roberto Sebastián, lamento informarte que nunca estuviste en la friendzone.

Y sí de eso hablaremos, entonces yo estuve en la friendzone primero que tú.

¿Y quieres saber por qué?

Fuiste mí amor platónico mucho antes de conocerte formalmente.

Esa tarde, tus cabellos ondeaban con el fresco aire de la primavera mientras veías con emoción el florecer de la rosa de Sharon, cómo sí fuese la primera vez que la veías. Tú inocencia y carisma fueron los que más me llamaron mí atención de ti.

Me sentí todo un acosador cuando no pude apartar la vista de ti ni un sólo segundo (incluso ahora me apena mucho todo eso, a decir verdad), miraste hacía mí dirección y yo bajé la vista hacía mis zapatos, con mí corazón latiendo al millón por segundo.

Afortunadamente, tú no me notaste.

Ó eso creí.

Yo seguí con la mirada baja y recogí una de las tantas flores que caían descuidadas por la acera, solo podía pensar en lo bien que quedarían en tú cabello y lo bien que resaltaría tú belleza y encanto.

Con una tímida sonrisa me acerqué a una de las tantas niñas que jugueteaban en el césped y le pedí que te llevara esa misma florecilla. La niña asintió y dando pequeños saltitos se acercó a ti y te extendió el pequeño brote. Elevaste una ceja mirando interrogante a la pobre pequeña, sin embargo, al ver que ella no borraba su sonrisa inocente la aceptaste para después pedirle a la niña que pusiera la flor en tus cabellos.

Dios.

Te veías tan bello.

Sólo esa vez deseé con todas mis fuerzas ser aquella niña, que me rieras por el temblor en sus manos, alborotaste ligeramente sus cabellos con ternura y te alejaste de ahí con una sonrisa tatuada en tú bonito rostro.

La pequeña me miró y levantó uno de sus pulgares mientras asentía efusivamente con su cabeza.

Nunca pude sacarte de mí mente desde ése día, ¿Sabes?

¿Recuerdas cuándo nos conocimos?

Cuándo te acercaste a hablarme en la clase de matemática porque no entendías uno de los ejercicios me hiciste que cayera por ti al completo.

El tiempo comenzaba a pasar demasiado rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya nos habíamos vuelto muy, muy cercanos.

Mejores amigos.

La situación se me fue de las manos, lo confieso, pero tenía mucho miedo de que alguno de los dos fuese lastimado que no pude con ello.

El dolor en el pecho que sentí cuándo te vi llorar por primera vez me lo confirmaron. Yo mismo sentí mil agujas clavarse en mí corazón con tan sólo verte de esa manera, tan frágil. Entonces pensé en alejarme de ti, dejar todo atrás.

Pero nunca fui capaz.

Te amaba (y te amo, mucho) demasiado cómo para hacerlo.

Porque para ese entonces, yo ya me había rendido completamente ante ti.

Tal vez te preguntes porque he escrito todo esto, simple, porque cada una de tus lágrimas derramadas no fueron en vano. Y juro por mí vida que nunca se derramará una más.

Solamente deberías reír por toda la vida, y de ser capaz, yo sufriría por ti todo lo que fuera necesario para que tus ojos desbordaran alegría.

Una prueba es todo esto que escribo, Roberto, es de las cosas más cursis que podría hacer en mí vida.

Y es solo para ti.

Eres especial, de eso no hay duda. Cualquiera podría notarlo a kilómetros de distancia, tu belleza, tú positivismo, tú valentía. Lo que te hace único y que causa que me enamore cada día más de ti.

Gracias por todo lo que hemos vivido y pasado juntos (y sin duda todo lo que está por venir), gracias por estar para mí siempre qué necesito uno de tus cálidos abrazos, y palabras reconfortantes.

Pero ahora es mí turno de devolverte el favor.

Te prometo que voy a protegerte cómo sí fueses de porcelana, voy a ser el pañuelo que seque tus lágrimas en los momentos más tristes y voy a amarte perdidamente cómo alguna vez lo hicieron Romeo y Julieta.

Sólo eso podrá suceder sí me concedes el honor de permanecer a tu lado hasta el final.

Eso es lo que quiero, mí deseo más profundo y secreto.

¿Puedes ayudarme a cumplirlo?

Te ama, Diego Balsa."

Y Roberto quizá no fue la persona más feliz del mundo, pero sí el que se sentía más afortunado al saber todo lo que su pareja pensaba y era capaz de plasmar en papel sus sentimientos por él.

THE END

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Admirador Secreto 💌 ©️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora