✨ ×Cuarenta

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Bien, ya había conseguido obtener la iniciativa para lograr su cometido. Pero ahora venía la parte más difícil.

Sí quería hacerlo de buena manera necesitaría ayuda. Conocía a una persona que era demasiado romántica cuándo del amor se trataba, nadie más que ella podría ayudarle.

Tomó su teléfono y con sus manos temblando marcó el número de teléfono de su amiga quién respondió después de tres tonos.

¡Hola, Cein! Saludó enérgicamente, cómo siempre.

¿Abril?

¿Qué sucede? Preguntó esta vez con cierta extrañeza la menor, ya que el tono de voz de su contrario no era muy usual en él, estaba demasiado serio.

Le diré todo a Diego Tan pronto cómo lo anunció a su amiga lo qué tenía pensado hacer, comenzó a soltar chillidos de la emoción que sentía, cómo toda una fanática.

Alto ahí Levantó sus manos tratando de calmar su euforia como sí la contraria pudiese verla.
ㅡ Necesito de tu ayuda para hacerlo ㅡ

Al otro lado de la línea Abril quedó en silencio por apenas unos segundos, dejando a Roberto escuchando los latidos de su corazón retumbar en su interior.

Estaré ahí en cinco minutos. Aguanta vara

Y cómo sí todo ello hubiera sido planeado la pelirroja se plantó frente a su puerta en poco tiempo, entrando inmediatamente empujándolo levemente en el acto, haciendo que soltara un quejido.

No hay tiempo para que te lamentes, Beto Tomándole de la muñeca al mencionado y se adentraron a su habitación.
Necesitamos que todo ésto salga bien

¿Necesitamos? cuestionó divertido

Abril se limitó a asentir con firmeza.

¿Alguna idea? Volvió a preguntar Roberto mientras se sentaba en su cama y su amiga en un pequeño sofá justo a un lado de dónde había dejado su "diario". Por qué literalmente no tengo nada planeado

Supongo que puedes utilizar un cartel Solucionó la pelirroja con una sonrisa en su rostro Así no te preocupas por hablar y ni siquiera tendrás la oportunidad de tartamudear

¿No es eso ya muy típico? Abril negó con la cabeza mientras veía a su amigo cruzarse de brazos Además yo no tartamudeo

Quiza puedas mostrarle aquel diario en el que tanto escribes Su tono era de burla mientras tomaba el cuaderno entre sus manos dispuesta a hojearlo.

¡Sobre mí jodido cadáver! Roberto se levantó de su cama y corrió hasta el sofá dónde se encontraba su amiga intentando arrebatárselo de sus manos.

La otra comenzó a reír cuándo al final aquel cuaderno estuvo en manos de su avergonzado dueño, burlándose de la cara de espanto que tenía, llevándose una mano a su pecho cómo sí hubiera sufrido un gran susto.

La idea del cartel me parece bien Concluyó llevándose el cuaderno consigo, lo cuál causó más risas en Abril.

Admirador Secreto 💌 ©️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora