Te perdí pero aún te amo

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Te perdí pero aún te amo

Kim Seokjin vivía una vida llena de alegrías junto al alfa que una vez conoció en su comarca y años después la madre Luna lo devolvió a su lado.

La comarca era tranquila, los herederos adquirieron responsabilidades que antes no tenían, omegas y betas desfilaban por el palacio en busca de la atención del par de alfas, pero estos tenían solamente ojos para aquella beta que conocieron antes de perder a su tío Jimin y para aquel delta que conocieron años después, del cuál estaba dispuesta la princesa a convertirse en beta, con solo probar lo que era tenerlo a su disposición, aunque eso le costará la crítica de muchos en la comarca.

Pero su padre omega siempre les decía a ambos, que el destino está en aquellos donde el corazón late con fuerza y sus lobos se muestran con más facilidad.

Min Dyuna solicitada a la oficina de correos la asistencia del joven Enwo en el palacio para admirar al tímido delta que robaba sus sueños y anhelos más profundos.

-Alteza - reverencio el joven peli negro - ¿en que le puedo servir? - cuestionó con timidez a la alfa frente a él, la mujer portaba una ropa casual pero no abandonaba su postura tan dominante.

-Tu de mucho pero las tontas reglas no me dejan - le sonrió - ¿comamos frutas en la alberca, Enwoo?
- preguntó con una pequeña sonrisa.

-Y-yo... C-conmigo - se señaló así mismo confundido.

-Claro, contigo - le devolvió la sonrisa que se estiró aún más al notar el sonrojo del más alto.

En otra habitación una joven beta ordenada las prendas de los herederos, como aún eran jóvenes solamente tenían una habitación. Tocaron la puerta y el heredero menor entró observando a la chica de espaldas, tragó su miedo a hablar y se acercó.

-Alteza - le saludó Tzuyu con una sonrisa al notar su presencia.

Linda...

-Hola Tzu... ¿Que haces? - le cuestionó el príncipe menor en un pequeño susurró.

-Acomodó la ropa de ambos - le mencionó, tomando unos boxers de corazones con estrellas del príncipe varón.

-¡Tzuyu! - Kangi se abalanzó contra la chica para arrebatarle la prenda, estaba muy avergonzado que no notó que terminó con la chica entre sus brazos a unos pocos centímetros de distancia de su rostro, podía sentir la respiración de la peli negra en sus labios - Y-yo ... - tartamudeo.

-¿Puedo preguntar algo, alteza? - le preguntó la chica sin alejarse mirando sin descaro alguno la línea fina de sus labios y la nariz roja del príncipe debido a la vergüenza.

-N-no me tienes q-que hablar tan f-formal... Solo dime Kang - le corrigió con suavidad.

-Esta bien - le sonrió - ¿te gusta alguien? - le cuestionó directamente con un pequeño brillo en sus ojos que pusieron nervioso al alfa.

Min Kangi tenía el rostro completamente rojo

-N-no - un hipo se escapó de sus labios - S-sí - afirmó - ¿p-porqué? - preguntó con temor a separarse de la chica beta.

A lo lejos, el antiguo rey Min se encontraba sentado en una banca color dorado cerca de un rosal de rosas color rosado, la favoritas de su omega y las cuales se encargó de cuidar para que Jimin no tuviera ninguna necesidad en el mundo de los muertos, donde su alma estaba viajando con la mitad del corazón del alfa pinocho.

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Mi rey omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora