las primeras veces que salíamos era algo especial, algo que me hacia sentir bien, en todo momento ella quería tener su mano y mi mano enlazadas, como diciéndome que nunca me alejara de ella.
Realmente estaba enamorado de ella, pero siendo sincero me sentía bien con ella pero algo faltaba, no tardamos mucho en descubrir que era, si exactamente, el deseo carnal.
Yo comenzaba a tener algunos malos pensamiento antes de dormir, cosas que podríamos hacer si en ese momento ella estuviera conmigo en la misma cama, pero no quería presionaría, no quería decirle así directamente porque tenia que lo tomara a mal.
Hasta que un día nos comenzamos a besar y mi temperamento empezó a saltarse y mi cuerpo lo sabia, comencé a bajar mis manos desde su espalda hasta sus nalgas, creo fue algo que la encendió muchísimo, la tocaba de una manera suave pero a la vez de manera fuerte, apretaba con muy poca fuerza pero de manera que se encendiera, quería que sintiera lo mismo que yo.
En ese momento deje de besarla y la mire fijamente, comence a besarla pero de una manera mas suave, bajando poco a poco por su cachete, deslizándome lentamente hasta llegar a su cuello, ahí comencé a besarla para que esa área de ella sintiera mi calor.
Realmente no queria besarle tanto el cuello, yo quería besarle en cuerpo, áreas donde nunca había estado.
No sabia que hacer, temía que si bajaba un poco mas se enojaría o me diría algo, pero pensando en el placer de los dos me avente y lo hice, baje poco a poco, lentamente, haciendo que ella no sintiera y que cuando se diera cuenta ya estuviera ahí.
Y asi paso comencémoslos a desabrocharle la camisa lentamente, uno por uno, lo mas emocionante de esto fue ver su cara de placer, nunca hablamos de permisos pero al solo ver su cara me confirmaba que estaba de acuerdo de que siguiera.
Ya que tenia la camisa abierta descubrí que en ese momento no trata brasier, al terminar de abrir su camisa sus senos salieron, diciéndome que ahí estaban, nunca olvidare esa vista, no eran enormes pero no era pequeños, pero si estaban hermosos, bien formados, con sus pezones cafés del color del capuchino.
Sin tardarme tanto en reaccionar después de esa imagen regrese a su cuello pero ahora de manera mas rápida, comencé bajando hasta llegar a sus pechos, baje lentamente hasta uno de ellos, con mi lengua recorrí desde el inicio hasta el centro del seno, hasta que llegue a su pezon, comencé a mesarlo y lamberlo, parecía una gomita de dulce, por su sabor y su textura (era suave pero a la vez dura).
Ese dia quede prendido de tal manera que sin dudarlo al regresar a mi casa me encerré en mi cuarto y me masturbe, teniendo el orgasmo solitario mas grandioso de mi vida.
ESTÁS LEYENDO
¿Eres policia?
Teen FictionHistoria entre dos amores fugases pero que pudieron estar el tiempo de debían estar. Amor, pasión, sexo y deseo