Día 2

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Law odiaba las reuniones familiares, no importaba la razón le parecían insoportables con sus padres, su hermana y Corazón, un viejo amigo de su padre

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Law odiaba las reuniones familiares, no importaba la razón le parecían insoportables con sus padres, su hermana y Corazón, un viejo amigo de su padre. Las había odiado desde que les dijo que era gay, en cada maldita reunión le preguntaban acerca de las parejas que tenía y cada que terminaba con alguien mal era una incontable cantidad de comentarios intentando apoyarlo y hacer menos a los demás.

Eso fue hasta que llegó Zoro, al principio estuvieron algo ariscos al recibirlo pero al conocer al menor aquello se fue rápidamente. Zoro era educado, también lo suficientemente inteligente para seguirle cualquier plática a sus padres pero lo importante, y por lo que lo amaban, era por cómo interactuó desde el inicio con Lami y Corazón.

Zoro era lo suficiente amable como para escuchar a su hermana Lami o tal vez solo fuera la práctica con su hermana Perona para tolerar los delirios de la menor y sobre todo, no se enojaba por la torpeza de Corazón como muchos de sus anteriores parejas pero ¿cómo hacerlo si su mejor amigo era Monkey D. Luffy? Zoro estaba más que acostumbrado a esos dos tipos de comportamientos que incluso en la familia solía llegar a cansar.

Por eso mismo a Zoro siempre le tocaba recibir las peticiones por parte de la familia Trafalgar para que su hijo accediera a ir a más reuniones, al moreno le gusta pasar ese tiempo en familia porque él nunca tuvo una como tal. Sus padres habían muerto mucho antes de siquiera hablar.

Law está consciente que la única familia que Zoro conoce es a esa chica insoportable con la que estuvo en el orfanato, Perona, la hija del dueño del orfanato de nombre Kuina y el dueño del orfanato que también tenía un Dojo donde aprendió a defenderse, el señor Koushirou. Además estaba la persona con el que Zoro estaba más agradecido de todos, el señor Dracule, un investigador que sacó de ese lugar a Perona y a Zoro.

El orfanato fue un campo de guerra, quedaba entre dos mafias y terminaron asesinando a Kuina, la hija del dueño del orfanato quien se suicidó dejando a los niños a su suerte. La mayoría fueron capturados por las mafias pero esos dos pequeños lograron escapar con el investigador Dracule quedándose bajo su protección desde entonces.

Actualmente Zoro vive en una ciudad lejos de los otros dos por la carrera de Roronoa, se ven solamente una vez al año por la lejanía y como ninguno de los tres es muy dado a dar muestras de afecto era de esperarse que el afecto que había entre la familia Trafalgar siempre logrará ablandarlo.

Eso los llevaba a la discusión del momento, Zoro iba intentando alcanzar a su novio quien iba con su habitual cara de amargado, dispuesto a usar todos sus conocimientos médicos para asesinar a todos de ser necesario. Lástima para el que amara demasiado a Zoro como para siquiera pensar en hacerle daño.

— Vamos, no seas amargado — Se quejó el joven con cabello verdoso — Tu familia me cae bien.

— ¡Pero son insoportables! — Refutó el más alto intentando que el abrazo por la espalda que le estaba dando su novio no lo hicieran cambiar de opinión, había logrado capturarlo con bastante facilidad.

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