06 de marzo - Michigan, Horizon Grove.
— Bien y ¿algo más?
— No podemos darles más información.
Algo era claro Lucia tenía poca, pero muy poca paciencia con las personas que le hacían perder el tiempo, más si no deseaba estar allí. Y ese agente fue la gota que lleno el vaso. — Haber pedazo de mierda humana. — había perdido la cabeza y no estaba pensando. — Si no van a decirme nada dejo su caso de mierda.
— Detective, por favor tranquilícese y opine de forma civilizada, no como un primate.
— No, no, no, por favor discúlpenlo es nuevo.— Llego otro sujeto pero esta vez de tez oscura, con apariencia bastante profesional y confianzudo.
Edén solo miraba todo como espectador sin decir una palabra, analizando el lenguaje corporal de cada uno. Al agente que tenía en frente poseía aires de amabilidad aflojando cada pate de su cuerpo, se notaba demasiado que llevaba tiempo trabajando de ello... e, por otro lado, Sheldon quien cruzaba sus brazos y repiqueteaba seguidamente la parte delantera de su zapato dejando a la vista ese enojo que aún fluía por sus venas.
— Necesito saber todo. — no podía calmarse y si no lo lograba acabaría golpeándolo, y golpeando también a quien quisiera evitarlo. — Edén consígueme unos cigarrillos, por favor.
Sin rechistar, se encaminó a comprar lo que le habían pedido.
— Perdóneme Sheldon, estaba ocupado, gracias por encargarte, de este caso.
Ambos se conocían el uno al otro, pero por varios motivos su comunicación personal fuera del trabajo era escasa.
— Bien, empieza a cantar Norman. — La petición de Sheldon fue más una orden que un favor, impaciente, pero manteniendo su respeto.
— El equipo encargado de todo lo que es tecnología encontró un tipo de virus espía en el software del sistema, pero eso no es lo más importante. — se restregó la cara con la mano izquierda pesadamente, como si estuviera agobiado. — Puede causar mucho desastre, más del que la de todas las naciones en guerra, y que ninguna de ellas, por más que se unieran, podrían pararlo, detective.
— Gracias, por cierto, deberías de jubilarte pronto o tomarte unas vacaciones, los años nos están ganando.— le dedico una última mirada a el de piel morena. — Andando Edén.— le hablo al joven a su izquierda que recién acababa de llegar.
Él, un poco intrigado por el asunto, analizo a su compañera. Viendo su cara de concentración y el cómo comenzaba a morder su labio internamente.
— Tengo curiosidad de saber que puede pasar, eso es todo. — Respondió a la atenta mirada del androide.

Ese mismo día, en la mañana, un joven pintor bebía mirando la ventana enfocada a su gran jardín, suspirando mientras algunos pensamientos se hacían muy problemáticos para él y su forma de pensar.
— Rafael hoy tiene la presentación de su nuevo cuadro.
— Gracias por recordármelo Raúl - reposo en aquella mesita de cristal aquel baso a la mitad que contenía whisky.
— Pensó en ir.
— No...
— Seguramente su decisión tiene mucho que contarme.
— Nos estamos acercando al caos Raúl, el principio del fin. — contestó sobándose la cara ante la lentitud y el cansancio de la mañana joven, admirando su alrededor y sin pensarlo retiro la capa que cubría su obra. Tenía una gran forma de hablar poetizando y de esconder palabras.
La sabana que tapaba el lienzo a medio pintar fue quitada ligeramente levantando un poco de polvo, no importaba, solo era la pintura que tenía en frente y sus sentimientos. Una simple pintura que podía contener mucho más de lo que se piensa.
El hombre a su lado, su mayordomo personal levanto suavemente en vaso de whisky... Suspirando.
— Estas no son horas decentes de estar bebiendo, Rafa. — Lo miro, mientras el joven de cabello platinado al ras de la cabeza ignoraba su comentario y simplemente miraba el cuadro. — ¿Necesitas tus óleos?
Rafael suspiró.
— Soy un jodido inválido, necesito de tu ayuda para vivir, por favor.
Con un suspiro, miro a su mayordomo, sus ojos marrones apenados por ser tan cruel con la única persona que lo aguanta todos los días, en cada respiro.
— Sí, Rafael.
Su suave comentario le dio a entender que no le importaba cuanto lo tratara, él estaría ahí, para él, hasta el fin.
— Mm... De casualidad ¿Mi prima ha dado señales de vida? Es extraño, siempre manda algún mensaje para que sepa que está viva, pero hace unos días dijo que estaba ocupada y no se dé ella, me preocupa.
Raúl volvió con una bandeja de plata... Con del desayuno listo para el joven pintor.
— Primero, preocúpate por tu salud, café y tostadas con aguacate y huevo. Todo Rafael. — Sirviéndole el desayuno, se dirigieron rápidamente al gran estudio, rebuscando pinceles, paletas y colores.
— Lo que digas Rubencito, calma... Ya sé que fui tonto, pero no me obligues a caminar y darte una paliza. — murmuro con una sonrisa ladina muy divertida, obviamente burlándose de su estado y de la regañada que Raúl le dio mientras replicaba los colores que ya estaban en el lienzo a medio pintar.
El rubio solo negó sonriente, mientras mezclaba pinturas para crear los tonos más similares y casi los mismos parecidos a los anteriores usados, cuando termino, dejo la paleta cerca de una mesa al lado del lienzo.
— Con respecto a su prima, no se preocupe, señor, me encargaré de contactar a la Señora Sheldon, de seguro simplemente tiene algo de trabajo extra y no se pudo comunicar con usted, si sé de ella se lo comunicaré de inmediato. — termino de acomodar los recipientes y los materiales de Rafael para que pintara en paz.
— Gracias, ya sabes, me preocupa, es una mujer estupenda, pero a veces su pasado se me cruza en la cabeza y es como si necesitara recalcarle que ella no es culpable de nada... solo...— Rafael se aclara la garganta, bebiendo café. — Pensamientos míos.
Aunque él no lo admitiera, su hermana le preocupaba más de lo habitual, puesto que conocía rasgos de ella, que los demás no tenían idea y el simple pensamiento de ella, sola, aún le remordía la cabeza. Después de todo lo que ella hizo por él y su abuelo, después de todo lo que ambos compartieron.
Lucia era una prioridad para él, como si realmente fueran hermanos.
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Revolución
Ciencia FicciónSheldon y Edén, compañeros, una detective y un aprendiz peculiar encargados de un caso, el pasado de una mujer solitaria y el futuro de una nueva persona. Un miembro de Anonymous junto a todo su pueblo. La segunda cara del gobierno opresor, una soc...