—1, 2, 3, 4 —Se repite mentalmente el ecuatoriano mientras realiza movimientos con su cuerpo, intenta recordar cada paso que aprendió durante ésta semana.
Christian García Pertenece a un grupo de baile integrado por cinco chicos, del grupo, el castaño se ha caracterizado por ser al que siempre le cuesta aprenderse las coreografías; pero últimamente pasó de costarle a algo imposible de lograr. Solo tiene una cosa en su mente, y eso hace que su corazón y mente estén perturbados.
—¡Vamos Chris! tienes que lograrlo —Lo anima su mejor amigo, realizando los pasos correctos con la intención de que los imite —Concéntrate, de lo contrario los chicos no solo consideraran darte un tiempo de descanso, sino que buscaran un reemplazo —El rubio lo observa fracasar en un nuevo intento —Esto puede afectar tu lugar en la compañía —Le advierte cuando se percata de que el ecuatoriano se ha detenido.
El mejor amigo del rubio, Zacarías, se alarma más cuando lo observa guardar sus pertenencias en la mochila; en su rostro se nota la frustración por no poder lograrlo y se dirige a la salida. El rubio, nostálgico por presenciar el estado de su amigo, piensa que eso significa que se ha dado por vencido. El castaño no es de los que se rinde pero hoy, precisamente hoy, no tiene ánimos de seguir intentando.
Se encuentran en Dionisio Academy, una de las academias de baile más prestigiosas y exigentes de Australia. Un fracaso afectaría el desempeño de Christian y sus cuatro amigos, los cuales trabajaron muy duro para conseguir un contrato exclusivo en la compañía de Ballet Australiano.
No es fácil para las personas con descendencia latina tener un lugar en una compañía tan prestigiosa, pues con solo saber sus apellidos son descalificados y solo por proctólogo se les permiten audicionar. Ellos fueron la excepción porque al bailar eran una combinación perfecta y única que dejaban sin aliento al espectador, lo cual hizo que a los jueces de la compañía se les hiciera imposible negarles el ingreso ese año, 2016. Ellos, no solo lograron lo imposible sino que se convirtieron en los favoritos para representar nuevamente a la compañía en el encuentro internacional en el año 2024. Los cinco habían tenido una buena racha desde que ganaron en el año 2020, pues permanecieron invictos hasta el año 2023, ya que ese año quedaron en segundo lugar.
—Te estás comportando como un cobarde ¿sabes? —Le reprocha su mejor amigo.
Lo conoce lo suficiente para saber que de esa manera captará su atención. Se siente victorioso cuando lo logra. El ecuatoriano detiene sus pasos y retrocede, por el semblante de su rostro, está enojado, eso no le sorprende mucho a su amigo. A Christian García se le puede llamar de muchas formas pero ¿cobarde? Jamás.
A Zacarías lo que menos le importa es la reacción explosiva que el castaño tenga con él, pues hará lo que sea posible para que su mejor amigo no eche por lo borda todo lo que le ha costado conseguir. En dos meses serán las audiciones y son conscientes de que no están preparados. Para el grupo fue muy fácil darle toda la responsabilidad de eso al castaño por ser el eslabón más débil, pero la realidad es que todos están jodidos aunque no lo quieran admitir. Tal vez el resto realizan sus pasos a la perfección, pero les hace falta pasión, pasión que perdieron hace cuatro años, y desde entonces se han esforzado en buscarla, pero no de una manera convencional.
—Llevo semanas, ¡meses!, intentando hacer algo bien —Expresa tirando su mochila en el suelo con molestia —Aunque sea una coreografía o un puto paso, y no puedo, sencillamente no puedo... —Su voz se quiebra en la última oración
—No solo se trata de ti, recuérdalo, si tú fracasas todos lo hacemos, debes intentar...
El castaño lo interrumpe antes que pueda terminar —Lo he intentado y lo sabes —Le dice señalándolo y golpeándolo levemente en el pecho con su dedo índice —No me puedes llamar cobarde por darme cuenta de lo obvio: jamás volveré a bailar como antes —En cada una de sus palabras se evidencia la frustración que siente, así que respira profundo intentando volver a la calma, pero las lágrimas que tenía contenidas se lo impiden.
Conmocionado por el momento, Zacarías rompe la poca distancia que los separaba con un caluroso y fraternal abrazo. Ha pasado un año desde la última vez que lo vio quebrarse de esa manera, pero aun así el más alto estaba predispuesto a que algo como esto ocurriera. En estas fechas suele ponerse sensible el castaño.
Si una palabra puede definir cómo Christian siente su vida en estos momentos es: "vacía". Pocos rastros quedan del joven alegre, soñador y enamoradizo que todos estaban acostumbrados a ver con una gran sonrisa. Para él quedó atrás el tiempo que compartía y disfrutaba con sus amigos, cuando el baile era lo más importante así le costara; pero ahora sólo es un trabajo, el cual debe conservar. Definitivamente un amor es capaz de cambiar tu vida, y para Christian García no hubo compasión.
—Tal vez deberían buscar un reemplazo —Opina el castaño después de meditarlo en las ducha. No quiere llevar encima la culpa si sus compañeros son expulsados de la compañía. No querría arrastrar a sus amigos a su miseria.
—Aún tenemos tiempo —Le responde Zacarías cerrando su casillero —Aprovecharemos las vacaciones para practicar, por eso pensamos que es mejor si las pasamos juntos en la mansión —Dice. Para el Rubio no sería lo mismo bailar sin su mejor amigo.
El castaño cierra su casillero para mirar a su mejor amigo fijamente a los ojos, lo conoce tan bien que tan solo así sabrá que lo que dice es sincero y no es una artimaña para llevarlo engañado y así poder participar en la cacería este año. Piensa que pueden romper el pacto que hace cuatro años hicieron: que si uno no participaba, el resto tampoco. Sabe que los demás estaban ansiosos, pues el pasado año se perdieron La Cacería.
A penas entra a la mansión sube a la habitación que siempre ocupaba cuando iban allí, dejando a su mejor amigo con las maletas en la sala.
—¿Entonces, no la has visto? —Cuestiona el ecuatoriano, a la persona del otro lado de la línea, no tarda mucho en recibir un "no" como respuesta, como cada año que llama para saber el paradero de la ninfómana —Ya sabes que si...—El joven es interrumpido por la respuesta inmediata de la mujer, que no entiende por qué después de cuatro años, el castaño no ha dejado de insistir.
—Lo sé, me comunicaré contigo, sin que ella lo sepa —Sin despedirse la mujer finaliza la llamada.
Aquella acción no lo toma por sorpresa, ya que en otras ocasiones lo ha tratado peor. Christian recuerda muy bien cada intento fallido, como cuando le tiró agua fría por esperar horas afuera de su casa o cuando casi lo arrestan por repetir esta acción meses después, así que no le da mucha importancia y tira el teléfono en el escritorio. Está cansado de todo esto.
Los aniversarios pueden sacar lo mejor o peor de las personas, llenarlos de alegría o una enorme tristeza. Para García un día como hoy la mujer que marcó su vida, se llevó en sus maletas sus risas, la alegría y sus ganas de disfrutar tanto de la vida como del baile.
Dejándose llevar por lo que su subconsciente le pide, deja que sus pasos lo encaminen a una de las habitaciones de la mansión. Mientras recorre los pasillos y se acerca a su destino, siente cómo su pecho se oprime y un nudo comienza a formarse en su garganta; es que con cada paso recuerda cómo hace cuatro años un Christian desesperado corría por ese mismo pasillo esperando que su temor más grande no se hiciera realidad. Y de la misma forma que hace cuatro años, siente su corazón romperse cuando al abrir la puerta, la habitación está vacía.
Por estar tan sumergido en sus pensamientos no se percata cuando su mejor amigo entra a la habitación y se queda en silencio observando cómo se mece en la silla con la mirada fija al techo.
—¿Volviste a llamar? —Cuestiona el rubio desde la puerta de la habitación, intuye cuál será la respuesta, pero aun así espera que responda un "no". Sus esperanzas se esfuman cuando lo ve asentir.
Christian se incorpora de la silla y con sólo mirar a su amigo sabe que le hubiera gustado que la respuesta fuera diferente.
—No saben nada de ella —Responde con voz quebrada.
El más alto se acerca y le ofrece un poco de su manzana, la cual rechaza —Si ella no quiere aparecer, no lo hará —Considera el rubio quitándole el portarretratos que el castaño tiene sus manos; en él se pueden ver dos personas abrazadas, sonriendo.
Las palabras del rubio hacen que el corazón del castaño se oprima, pues le duele aterrizar a la realidad, y por más que la razón le pide que debe aceptar la decisión de Grisel y no buscarla, su herido corazón le ruega lo contrario y no puede negárselo, porque desde que ella se fue una parte de él se fue con ella y necesita recuperarla para que vuelva a latir con la misma intensidad que antes. La vida sin ella no tiene sentido y el único que se ha interpuesto ente él y su final es su mejor amigo, Zacarías.
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Una sumisa en cuarentena
NezařaditelnéDespués de hoy, la última palabra que saldra de tu boca para dirigirte a nosotros, tiene que ser "Señor", ¿entendiste?