Fiasco

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Me disculpo, no vengo en busca de tu perdón, más no lo merezco. Tenías mucha fe puesta sobre mis hombros y la ignoré, como ignoramos a las nubes blancas.

Pinté de manera sutil tus sonrisas, pero con unos colores débiles al agua, por lo cuál siempre supe que no aguantaría más de uno de tus llantos. Y aún así, te sumergí en un mar de lágrimas.

Para mí solo un beso, para tí, el asolamiento de tus sentimientos de confianza y  afecto. Una descorazonadora acción por parte mía, que convirtió tu amor, en odio, dolor y pena. Por ello siempre sentiré el peso de mis acciones.

Solo me queda verte partir, no puedo decir ni una palabra en mi defensa. Tu eres la jueza que ya dictó sentencia, la cuál es un último adiós con una llorosa mirada cautiva en la  tristeza y la decepción.

Sin mirar atrás, te marchas, con el corazón fragmentado en tantos pedazos, que son imposibles de contar. Con un vacío abismal en el alma y dudando nuevamente en el amor.

No me perdonaré nunca lo que hice, no lo puedo hacer. No te daré escusas, porque no las hay. Y decepcionado de mí, al igual que tú siempre estaré, ya que yo mismo fui, quién borró la sonrisa, que juré proteger.

Pregones De DesveloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora