Sara es una niña común, en un país común, con una vida común, en una casa común rodeada de personas como ella, comunes .
Sara sabía que era común, se consideraba más que común, la persona más simplona del mundo, todo en ella le parecía de lo más corriente, sus pecas, sus ojos café, sus labios finos de color rosa, su cabello color ébano y su cuerpo sin curvas. Tenía 18 años y era una niña, la llamaban niña, se sentía niña, permitía que la llamasen así.
Sara cursaba en último año de preuniversitario y era la más común entre todas las demás, no se menospreciaba, sabía que no era desagradable a la vista, pero reconocía que no era lo mejor .
Siempre quiso cambiar su cuerpo, por ello leía cuentos de fantasía y libros de hechicería, buscando cualquier remedio para mejorar su aspecto. Solamente quería dejar de ser tan común, de confundirse entre la multitud como una oveja se confunde entre el rebaño. Necesitaba ser única, exótica, un original con corteza de cuero y páginas de papel fabricado con el árbol más viejo de todos, y ser colocada en una vitrina de cristal, en la biblioteca más hermosa de todas. Un día encontró un remedio para manipular su pesar, un encantamiento para un cambio de imagen radical.Siguió las instrucciones al pie de la letra e hizo caso omiso a los recordatorios de su madre para q llevase al colegio un paraguas, evitó a todo aquel que le ofreció cobijo, se empapó, estaba mojada desde la cabeza hasta los pies y no le importaba, parecía una loca chapoteando en los charcos y tarareando canciones que ni siquiera estaban escritas, ni cantadas por nadie. Al llegar a su casa en tal estado, fue fulminada entre regaños y reproches, le daba igual, había esperado demasiado ansiosa la primera lluvia de mayo. Al terminar la madre de reprenderla, salió a la velocidad un rayo que cae a la tierra y entró a su habitación, cerró la puerta con seguro y acto seguido, comenzó a desnudarse, ya estando con su piel libre de las telas mojadas, dió paso a lo siguiente del encantamiento.
Empezó frotar su cuerpo desnudo con pétalos de rosas y jazmines, luego se acostó sin secarse y se cubrió de pies a cabeza entre sus sábanas.
Eran las 7:00am y Sara apenas escucho el sonar de su despertador, se levantó de un salto y se colocó frente a su espejo, admirando su cuerpo notó, que nada había cambiado, seguía igual de corriente, sus pecas, sus ojos, sus labios finos y su figura sin curvas, la única novedad era el resfriado que había pescado y la pérdida de confianza en los libros de magia blanca.Sentía su cuerpo arder más que de rabia, de fiebre, estaba roja y tiritaba de frío. Ese día no asistió a la escuela, se limitó a estar recostada y lamentar su existencia. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su abuela, que le avisaba que había recibido una visita de un compañero de clases, Sara se levantó con desánimo y abrió la puerta para encontrarse con la cálida mirada de Tom. Este le estaba sonriendo y la saludó, a ella siempre le había gustado Tom, pero ella era demasiado común para él. El chico seguía sonriendo y no obtuvo respuesta por parte de Sara, tomó la iniciativa de pasar a su cuarto, dio una mirada rápida, alternándola entre los afiches que inundaban la habitación y la muchacha que yacía ante él, le ofreció lo q llevaba en las manos, que al parecer era un bien elaborado ramo de rosas blancas. Sara sonrojada lo toma y se dispone a colocarlos en el florero que quedaba delante de su cómoda, pero se detiene a observar nuevamente su reflejo decepcionada y triste. Un carraspeo la saca de sus pensamientos y sin girarse observa a Tom desde su posición al frente del espejo, el chico sonrojado la mira y pronuncia unas palabras que le cambiaron la vida a Sara para siempre.
Emm, Sara, me preocupé mucho hoy porque no viniste a clases, me pareció raro y pensé en venir a verte, quizás te parezca extraño porque tu y yo casi no hablamos la verdad, pero en serio te aprecio mucho.
-Decía el joven mirando el reflejo de la chica en el espejo-
Eres una de las chicas más especiales que conozco, el chico toma una bocanada de aire y hace una pausa, de un segundo que a Sara le parece una eternidad, desde hace mucho te quiero decir que estoy enamorado de tí, de tus ojos, de tu pelo, de tu risa, de tus pecas, de tu manera de ser tan extraordinaria y única, me has conquistado Sara y he venido hoy aquí, a pedirte que seas mi novia.
Pd: Todos somos especiales, únicos y extraordinarios en los ojos de alguien ✨♥️.
Pd#2: ✨Para los que pedían una más larga✨

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Pregones De Desvelo
RandomHistorias escritas en diferentes noches pero con un mismo propósito... Diferentes temas pero iguales sentimientos..