¿Quién dice que los héroes tienen que ser buenos todo el tiempo?

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Haber estado en su presencia, no lo diferenciaba de haberlo estado cuando no podías hablar ni moverte

¿Qué rayos te había sucedido?

Habían interactuado antes como personas normales y ahora actuabas como un retardado apenas lo veías con más detalle, más ridículo no podrías ser

Y que tus supuestos amigos se burlaran no estaba ayudando precisamente a superar esa vergüenza

–Jajaja debiste ver tu cara– el rubio se tomaba el estómago, el cual le dolía por tanto reír –estabas hipnotizado o ¿Cómo era la palabra? – pregunto a sabiendas de que el otro chico, un moreno que también reía a rienda suelta le respondería

–Embobado ¿quizás? – siguió el juego sólo para soltar una carcajada al ver el ceño fruncido pronunciado del otro

–¡Eso! – ambos se miraron cómplices antes de reír de nuevo, sin importarle que el objeto de sus burlas ya estuviera planeando mil y un maneras de matarlos en su mente, ya sólo pensando en donde esconder sus cuerpos

–Soy un tonto– suspirando, apoyo su frente en sus manos entrelazadas con pesar –necesito ser más cuidadosa la próxima vez–

De un momento a otro las risas pararon, cuando se giró para saber que había motivado tanto silencio, se encontró con la mirada incrédula de sus amigos

–¿Qué? – de Token no era extraño recibir silencio cuando estaban solos, pero cuando se encontraba junto a Kenny ambos eran como un grifo que, una vez abierto, no detendría las palabras que saldrían sin parar, así que era extraño ver a ambas cotorras tan calladas como un mudo

–Amigo, no puedes hablar enserio– alzaste una ceja en señal de no saber a qué se refería el rubio

–Deberías dejar en paz al chico– escuchaste decir a Black –ya sabes, prácticamente nos amenazó para dejarlo en paz–

–A mí no me sonó a amenaza– intentaste defenderle, pero la verdad es que no estás muy seguro de cuáles fueron sus palabras exactas para abandonar su búsqueda como persona

–¡Claro que no, si tú estabas en tontolandia! – exclamó alterado el rubio, moviendo sus brazos graciosamente –obvio ni enterado estabas de que él no nos quería en ese lugar–

–Su mirada era tan fría como un glacial– prosiguió Token –tal vez no fueron palabras, pero su mirada lo decía todo–

Miraste a ambos, a tu consideración, paranoicos antes de negar con tu cabeza restándole importancia a lo dicho, tal vez hubieras estado en el lugar, pero siendo sincero contigo mismo sabías que te habías desconectado desde el momento que cruzaste miradas con ese chico

Una mirada tan cálida, no podía ser descrita como fría y amenazante, te negabas a creerlo

–Creo que los que vieron mal fueron ustedes– insististe a pesar de saber que no era una victoria segura para ti debido a tu extraño lapsus donde te perdías en la nada –cuando lo vi, él tenía una mirada que me resulta difícil describir, pero les aseguro que lo último que albergaba era odio–

–No amigo, es obvio que necesitas una segunda revisión con esos lentes anticuados tuyos– insistió el rubio señalando precisamente el accesorio que, a sabiendas tuya y de nadie más, no tenían contacto

–O tal vez seas tú quien necesite una revisión en esos ojos tuyos– de un manotazo apartaste el dedo acusador del chico

El moreno te miro con seriedad, sabías que te daría una última advertencia ante el tema, lo que hicieras después sería asunto completamente tuyo

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