Nino

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Hoy es 2 de diciembre, hace un frío terrible y yo he decidido salir de casa con una chaquetilla de tela. Estoy en las nubes, tan nervioso por llegar al instituto y verla a ella. 

Michelle, la única persona por la que me levanto por las mañanas. Nos conocimos hace un año en el parque, ella estaba sentada, fumando y yo la observaba desde el banco mas cercano. Tenía el pelo negro y rizado, una piel muy morena, unos labios de forma de un corazón; ni siquiera se inmutó cuando me senté a su lado, era como si ya sospechaba que me iba a acercar a ella.

-Pensaba que no vendrías.

Me repasó con unos ojos color miel de arriba a bajo y me pasó su cigarrillo. Lo cogí y le di una calada nerviosa.

-Eres muy guapa...

Me sentí muy estúpido en ese momento, pero ella siguió mirándome y empezamos a hablar. Desde aquel día nos vemos todas las semanas, a veces dormimos en su casa, a veces en la mía. Yo nunca me había acostado antes tantas veces con una chica, ni había sentido algo tan intenso por nadie. 

Yo sabía que Michelle no quería nada serio, ella siempre decía que nunca había sido capaz de sentir algo mas que atracción sexual por mí. Para mí, era suficiente solo poder abrazarla algunas noches. Pero últimamente, no hemos podido vernos tanto, bachiller nos esta tomando mas esfuerzo del que pensábamos.

-¿En que andas pensando estúpido?

Michelle me estaba esperando en la entrada del instituto, cigarrillo en mano, pero había alguien ya con ella. Una chica de pelo largo rubia, guapa, pero no se podía reconocer muy bien bajo la nube de humo en la que estaban sumidas las dos. Al acercarme pude reconocer que ella llevaba un vestido color azul cielo y estaba hablando con Michelle, bastante cerca...

-Nino, esta es Heather, es prima de nuestra compañera- Hizo una pausa y miró a Heather, para su aprobación- ¿Carolina?

Heather asintió y dijo: - Estoy aquí haciendo unas prácticas para profesora de inglés, siempre esta bien conocer a mis futuros alumnos.- Nos guiñó el ojo.

-Encantado- La saludé, Michelle le respondió:

-No te hagas la madura, si tenemos la misma edad.- Se ríen ambas y yo noto un pequeño pinchazo en el pecho.

-Tengo tres años mas que tú chiquitina, además ni siquiera eres mayor de edad. Tengo que irme, un placer chicos.- Se dio la vuelta y se dirigió hacía el interior del edificio.

-Pero mañana ya lo seré...- Dijo Michelle por lo bajini.

-¿Qué?- Le pregunté.

-Nada, nada- Miró al suelo y después levantó la cabeza muy rápidamente- Tienes que escuchar esta canción, me pasó sus auriculares.

(Empieza a sonar Me and The Devil de Soap&Skin)

-Ugh, ¿cómo te gustan este tipo de canciones?¿No te dan mal rollo?- Le pregunto, pero a ella le molesta mi pregunta, lo noto en como su cara esta ligeramente asqueada.

-A Heather si que le ha gustado, habla sobre el deseo de una mujer, además... Sale en la serie de Hannibal, ya sabes que me gusta mucho.

-Ya... No sé, no es mi estilo, vamos a entrar que llegamos tarde.

Entramos a clase y transcurren las horas sin ninguna incidencia. Pero Michelle esta totalmente en la luna. Hemos quedado esta noche.

(Esa noche)

Pling!  Un mensaje nuevo en mi móvil, es Michelle, esta de camino, la espero sentado en mi cama, llevo el pijama que mejor me queda, según ella, es negro pero y algo apretado por la parte de arriba. Puedo escuchar como esta trepando a mi ventana y se abre.

-Hola querido (se ríe)

-Hola

Sonreímos y ella se sienta a mi lado, se quita la chaqueta, su sudadera y la camiseta, debajo de todas esas capas aparecen sus tetas, pequeñas pero firmes. Se sienta encima de mí y comienza a besarme, la toco y su piel es muy suave pero su aliento huele a hierba.

-¿Por qué siempre vienes fumada?

-No entiendo cual es tú problema, lo disfrutamos los dos-

Se aparta de encima mío y suspira.

-Ya, pero nunca vienes sobria, es como si necesitases algo más para follar conmigo.

-No es así y lo sabes, me gusta follar fumada, pero bueno, lo entiendo, supongo. De todas maneras me gustaría hablar algo contigo...- Hace una pausa y me mira. 

-¿Qué pasa Michelle?

-Yo.. Bueno, yo..- No puede acabar la frase y comienzo a molestarme. Se vuelve a poner su camiseta y sé que no me va a gustar lo que va a decir.

-Cuéntame

-Creo que esto se esta volviendo demasiado para mí...

-¿Qué?¿A qué te refieres?- Se puede notar el miedo en mi voz.

-Creo que para ti esto es más que para mí, te tengo cariño y hemos disfrutado mucho juntos, pero no siento nada por ti y no podría ser tu novia.

-No quiero que seas mi novia, quiero seguir así.

-No, no quieres, sé que esto no es lo que quieres escuchar, pero noto que te hago daño cuando estoy con otras personas, o cuando no puedo darte el cariño que me pides. Esto lo estoy haciendo por los dos... Solo te haría daño si seguimos así, por eso quiero dejarlo.

Yo sabía que ella tenía razón, al menos en el fondo, pero en este momento, no quería creerlo, podía notar como mi corazón dolía y mis ojos se llenaban de lagrimas.

-Quédate una última noche Michelle.

-Pero no cambiaría nada, por la mañana me iré y te sentirás igual de triste que ahora. 

-Por favor... 

Ella me miraba con mucha comprensión y algo de culpabilidad. Se acercó a mí y dijo:

-¿Qué quieres que haga?

La besé.

-Quiero fumar contigo, no quiero estar sobrio.

Ella sacó un porro de su bolso y fumamos, hasta que todo es de colores y mi cabeza se llena de nubes. Nos besamos y ella me pregunta si esto es lo que quiero, yo le digo que sí.

Nos seguimos besando en la cama y ella me quita la ropa, y yo, a ella la suya. Su cuerpo esta ardiendo, mientras que el mío esta frío y busca su calor. Mi pene se endurece cuando me toca con su mano, lo coge y acerca su boca, lo lame y yo me la deseo con tristeza.

Se sienta encima mío, me pone un condón e introduce mi pene dentro de ella, noto como su deseo también crece y mueve sus caderas encima de mí hasta corrernos juntos. Yo mirándola, ella con los ojos cerrados y mordiéndose los labios.

A la mañana siguiente me despierto solo.


Ojalá fuera ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora