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Yamaguchi y Tsukishima ya estaban por empezar el primer año de preparatoria, faltaban pocos días para que terminen las vacaciones, Ambos que habían declarado su amor y comenzado a salir en el verano decidieron que su dulce amor se convierta en un secreto.

El pecoso aún estaba nervioso sobre el ser novios, se había obligado a creer que solamente podrían gustarle las niñas. Su padre siempre le decía que consiguiera una novia y que luego podría formar una familia. Nunca tuvo el valor de desobedecer o contradecir algo que su padre decía ya que al final quién pagaba los reproches era su madre. Pero ahora desobedecerlo no parecía tan malo, si no se enteraba tampoco era malo. Estaba demasiado feliz junto a su novio, no podía separarse de él y ya aunque fuera recién su primer mes como pareja.

-Tsukki..-

-¿Si guchi?.- El pecoso estaba en los brazos de su novio hundiendo su nariz en el cuello del contrario, la verdad es que debería ir a su casa pero no quería separarse de él.

-¿Puedo quedarme a dormir?.- Preguntó.

-mm, me encantaría amor, pero debes ir a casa...-

-¿Porque?.- Se aferró aún más al cuerpo ajeno.

-Ya te quedaste a dormir ayer, hoy debes ir o tu papá empezará a sospechar.- el pensar en su papá a yamaguchi le causaba náuseas. No quería volver a su casa, quería quedarse con Tsukki para siempre.

-Solo hoy porfavor, mañana me iré lo prometo.- el pecoso miro a su novio con ojos de cachorrito intentando que este caiga a sus pies.

-No uses tu carita linda conmigo.-Tsukishima desvió la mirada, era demasiado adorable, definitivamente caería ante el.

-¿Que?¿No funciona?.-Yamaguchi sonrió y se puso enfrente de la mirada de su novio.

-Si funciona...-Se acercó a los labios ajenos y se detuvo cuando ambas narices se rozaban.- Pero debes irte a casa.

-Noo, Tsukki, porfavor.- El rubio se separó del abrazo levantándose de la cama.-No quiero estar solo con mi papá, mamá tuvo que ir a ver a mi tia.

-¿Enserio?.-Tsukishima se preocupo y se acercó parándose en frente de yamaguchi levantando su rostro con su mano acariciandole la mejilla.- ¿Te da mucho miedo?.-Yamaguchi Asintió.

-Casi nunca estoy en casa cuando solo está papá, por lo general si se enoja conmigo quien lo paga es mi mamá, por eso nunca o casi nunca desobedezco lo que me dice..- Tsukishima era la primera persona que escuchaba eso de los labios de yamaguchi, y lo sabía porque la voz del pecoso temblaba un poco con cada palabra.

-Esta bien, no te preocupes, puedes quedarte.-Yamaguchi salto a los brazos de su novio.

-Gracias.-

-No digas eso, no es nada tonto.-

-¿¡Le dices tonto a tu novio?!.-

-Ajam, y también te digo niño bonito desde que tengo como 10 años, así que no te quejes.-Tsukishima sonrió y Acunó las mejillas del pecoso con sus manos comenzando a besar cada parte su rostro.

Préstame atención - TsukiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora