El Puente

Capítulo 1

¡Ah! Suelen decir por ahí que los padres siempre comparan a sus hijos menores con los mayores, que los hermanos mayores siempre son el mejor ejemplo, aunque claro también hay excepciones... Sin embargo, a mí me pasa algo diferente, incluso me atrevo a decir que es algo vergonzoso... Me comparan siempre con mi hermano... menor...

No soy un chico problemático, no consumo alcohol o drogas, jamás las he probado y ni en sueños pienso hacerlo, no me gusta salir de fiesta o "divertirme" en antros, es más a mis 17 años sigo siendo virgen, no digo que no me gusten las chicas, pero tampoco siento la "urgente necesidad" de llevar a una chica a la cama, los chicos de mi edad ya han experimentado al menos una de esas cosas, o al menos la mayoría, por lo que fácilmente me tildan de anormal... No digo que mi hermano ya haya hecho todo eso, no, él tampoco es así, o al menos eso creo, el punto es que solo hay 2 pequeñas diferencias entre nosotros, la ubicación de nuestros flequillos, 2 minutos entre nuestra hora de nacimiento...y una abismal diferencia de personalidades...

Al ser gemelos, siempre nos confunden, aunque culparlos sería algo estúpido de mi parte, somos exactamente iguales físicamente, y el infierno es aún peor cuando nos vestimos igual, pero siempre el primero nombre que todas las personas usan para referirse a uno de nosotros es "Shallot", ¿tan difícil es mencionar mi nombre? Sé que es largo y algo enredado, pero para eso mi madre les hizo más fácil pronunciar a Sharotto todos lo mencionan como Shallot, mientras que Giboulette siempre ha sido mencionado como Giblet... ¿Qué tan complicado es?..

Mi infancia fue una tortura...

Al ser gemelos, mis padres "escogieron", por así decirlo, como favorito uno cada uno, aunque siempre éramos igual de consentidos, mi padre tiene un fuerte lazo afectivo con Sharotto, mientras que yo, lo tenía con mi madre, lamentablemente ella falleció cuando teníamos 7 años, más tarde me di cuenta que el cáncer me la había arrebatado... Desde ese día... mi mundo se comenzó a derrumbar...

Antes solía ser bastante animado y juguetón, igual que Sharotto, aunque siempre nos confundían, para evitar líos con nuestras identidades, mamá me regaló un chaleco el cual traía un gorrito, un hermoso chaleco rojo, a Sharotto le compraron uno igual pero en azul, justo nuestros colores favoritos, recibimos tales regalos el día de nuestro cumpleaños... El mejor día de mi vida y la peor noche de mi existencia... No entendía porque mi padre lloraba tanto, o porque no me dejaba entrar a ver a mamá... No fue hasta que un señor con bata blanca me dijo que jamás la volvería a ver, pues ella... había muerto...

Seguía sin entender, jamás había escuchado la palabra «muerte», mi padre con impotencia y estrés, me tomó por la ropa, para luego soltar un grito.

Padre: - ¿¡Es que no lo entiendes!? - dijo entre un mar de lágrimas. - ¡Ella está muerta! Jamás la volverás a ver...

Giblet: — No es cierto, ya verás que mañana en la mañana ella me dará el beso de los buenos días... Como siempre... - traté de explicar.

Una lágrima cayó por el rostro del señor de bata blanca el cual le pidió permiso a mi padre para explicarme de una manera demasiado drástica... Me llevó al cuarto donde ella se encontraba, rápidamente corrí hacia su lugar de reposo, tomé su mano, pero como yo traía guantes no noté ninguna diferencia.

Giblet: - Mamá, todos ellos dicen que tú y yo ya no volveremos a estar juntos, pero yo sé que no es así, sólo estás dormidita. - me acerqué a su rostro para besar su carita angelical, sin embargo cuando mis labios hicieron contacto con su piel... se sentía demasiado frío,más de lo que debería... - ¿Mami? ¿Tienes frío? - pregunté sin obtener respuesta alguna de su parte. - Ammm, disculpe señorita, ¿podría traer una sábana más calentita para mi mami? Es que ella tiene mucho frío. - pregunté inocente a una de las enfermeras.