Durmiendo juntos

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Sin duda el lugar era lindo.

El clima un poco caluroso pero agradable.

Una habitación de tamaño mediano, iluminada ligeramente por la luz de la luna.

Recostado en una cama cómoda, con sábanas suaves y delicadas.

A pesar de ser amplia no tenía mucho espacio.

Porque la estaba compartiendo con su novia.

Koisumi...  la chica que le gusta.

"Te amo más que nadie"

Aquel calor volvió a recorrerle las mejillas, obligándolo a abrir los ojos y posar su mirada en el techo, otra vez. Ya se estaba cansando de eso, sin importar cuantas veces se acomodará en diferentes posiciones simplemente no lograba dormir, y lo peor era que aún no se atrevía a confrontar a su novia por las palabras que le había dicho.

"Te amo más que nadie"

¡¿Cómo era posible que dijera algo como eso de una forma tan tranquila?!

Resignado volvió a cerrar los ojos hundiéndose en el colchón, sus pensamientos divagaron y parecía que por fin lograría dormir; hasta que sintió un peso extra en su pecho, molesto se dispuso a quitarse eso de encima sin importarle lo que fuera. Pero al tomarlo se dio cuenta que era la mano de Koisumi, sorprendido volteo a verla notando que estaba con los brazos extendidos, su cabello revuelto esparcido por toda la almohada, la boca abierta con una fina línea brillante saliendo de un extremo y totalmente dormida.

Se tapó la boca para que no se le escaparan algunas risitas, se veía tan graciosa que tenía ganas de fotografiarla en ese instante.

Con cuidado de no despertarla movió su mano para que no le estorbara, giro su cuerpo para estar frente a ella y tomo su mentón con suavidad para cerrarle la boca, luego regreso a su posición inicial con la mirada en la puerta; tal acción pareció molestarla un poco porque sintió como se removía en su sitio. Después de un rato opto por girarse otra vez, estaba cansado y era la única posición que no había probado, quizás así lograría dormir además que sus absurdos nervios se fueron al verla dormir de esa forma; pero definitivamente no estaba preparado para lo siguiente, abrió los ojos por curiosidad y se sorprendió al notar que ambos estaban frente a frente, siendo separados por una distancia muy corta y sus manos a pocos centímetros de rozarse.

Sin pensarlo mucho se dedicó a mirarla con detenimiento, era la primera vez que estaban así de cerca y a pesar de la poca luz pudo distinguir un ceño ligeramente fruncido, aunque no estaba seguro ya que algunos mechones de cabello tapaban el rostro de su novia. Con cierta duda llevo su mano hasta el rostro femenino y lentamente comenzó a despejarlo de los cabellos llevándolos detrás de su oído con movimientos suaves, al terminar vio como efectivamente tenía el ceño y los labios fruncidos.

–"¿Una pesadilla?" – Pensó y no pudo evitar posar su mano en la mejilla de la joven para poder calmarla de alguna forma, la acaricio con la misma delicadeza percatándose de la suavidad de su piel; esto pareció funcionar porque su rostro se fue relajando hasta dejar uno de completa tranquilidad.

Retiro su mano sintiéndose como un idiota enamorado por hacer algo así.

Se acomodó nuevamente para al fin poder dormir, al pasar unos minutos sintió como su novia se volvía a retorcer en su sitio llegando a tener leves roces con sus pies; la miro con molestia sólo para notar que ahora ella tenía una expresión de miedo, con la respiración algo agitada, su mano se estiraba ligeramente como si quisiera tomar algo y su boca emitía leves sonidos, como si quisiera decir algo.

"Definitivamente es una pesadilla" – Aseguró para sí mismo.

– No te vayas... – Hablo de pronto arrastrando las palabras en voz baja, estaba seguro que si no estuviera así de cerca no la hubiera escuchado; continúo moviéndose y aunque quería despertarla le ganaba más la curiosidad de saber con qué o con quién estaba soñando – No te vayas... Otani.

¿Había escuchado bien? Ella estaba soñando con él, no podía asimilarlo lo dijo tan bajito que no estaba seguro, aunque pensándolo bien tendría sentido, sabia lo sentimental que Koisumi podía ser, estuvieron distantes durante la mayor parte del viaje, y era la primera vez que dormían juntos así que era muy probable que tuviera una pesadilla relacionada a eso.

– Otani... – Lo llamó con mayor claridad, sacándolo de sus pensamientos – ¿Dónde estás? – Susurró con total tristeza reflejada en su voz, mientras su mano se estiraba en busca de algo.

Miro con atención aquella mano femenina que había tomado tantas veces, desesperada por "alcanzarlo", por "encontrarlo" dentro de sus sueños; esa que durante casi todo el día anterior lo rechazó, observo la expresión aún dormida y miedosa de su novia la que indicaba que de seguir así se despertaría en cualquier momento. No le gustaba verla de esa forma.

Con sigilo tomo su mano aplicando un agarre leve y delicado, cuidando de no despertarla – Idiota, estoy aquí – Susurró un poco molesto – Siempre... estaré aquí, contigo... Koisumi – Dijo con la voz más baja que sus cuerdas vocales le permitieron, deseando de alguna forma que no lo haya escuchado, pero considerando lo cerca que estaban eso era algo improbable.

Sintió como era correspondido con una débil presión, al instante pudo apreciar como ella dejaba de retorcerse, su respiración se regulaba hasta llevar un ritmo tranquilo y continuo, su rostro se iba suavizando hasta estar en calma; volvió a sentir esa presión en su mano con un poquito más de fuerza – Gracias – Susurró con esa dulzura y suavidad que la estaban comenzando a caracterizar esa noche, esa que desparramaba sentimientos sinceros, que lo ponía nervioso, que lo hacía enamorarse más de ella.

Entonces, alcanzó distinguir como se formaba una pequeña e inocente sonrisa en su rostro, a diferencia de antes que estaba tranquila ahora parecía estar feliz.

Podía sentir el calor dirigirse a sus mejillas otra vez, por las palabras de aquella atolondrada chica, por esa voz dulce y somnolienta, por estar sosteniendo su mano cuando la atormenta una pesadilla, por conseguir calmarla sin despertarla, por sus propias palabras, por notar lo hermosa que se veía sonriendo, con esa piel clara y suave al tacto, esas pestañas largas, los labios rosados, el cabello revuelto y esa expresión de felicidad.

– "Somos unos idiotas" – Concluyó en sus pensamientos.

Ella por pensar que la dejaría, por soñar que la abandonaba y él por creer que aquella chica que se había esforzado tanto en conseguir su cariño, había dejado de quererlo.

La observo con detenimiento, casi todo el tiempo se la pasaban discutiendo y burlándose el uno del otro, pero era la única persona con quien podía ser él mismo, ella conocía sus virtudes y defectos, aun así, continuaba a su lado apoyándolo, motivándolo y amándolo. Sí, sabía mejor que nadie que no era muy expresivo con sus sentimientos, no los grita a los cuatro vientos todo el tiempo, pero trata de demostrarlos lo mejor que puede y de alguna forma Koisumi parecía entenderlo, casi siempre.

Aplico una mayor presión en su mano, prometiéndose que definitivamente siempre estaría a su lado, a pesar de no estar en sus planes decírselo; atesoraría ese momento, esa sonrisa y esas palabras.

– Buenas noches, Risa – Declaro antes de quedarse dormido, otra cosa que no admitiría era querer llamarla por su nombre en momentos como ese, donde podía ser sincero consigo mismo; sus apellidos tienen cierto significado e ironía respecto a ellos, y el hecho de que se llamen por su nombre adquiere un sentimiento especial para el cual no se siente preparado y lo pone nervioso, pero no le molestaría intentarlo.

Aunque no es momento de pensar en eso, ahora debe descansar lo que no pudo durante esos dos días; sí, descansar en una cómoda cama, sostenido la mano de su novia Koisumi Risa.

La chica que le gusta.

A quien quiere como a ninguna otra.

Y a quien ama, por primera vez.

Aunque no quiera admitirlo. 









Continuará...

Pensamientos Nocturnos (Koizumi x Otani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora