Epílogo

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Ya no quedaban más cajas desperdigadas por el departamento. Luego de un par de tardes aburridas, donde el cielo no dejó de descargar su frustración sobre la ciudad y sus habitantes, Jonah había conseguido acomodar todo a su gusto.

Aun así, no estaba conforme. La sensación de que algo faltaba lo perseguía día y noche, lo acosaba en momentos inesperados. Lo sorprendía al intentar dormir, insistiendo hasta dejarlo sin otra opción más que observar el cielo raso, sosteniendo su cansancio junto al peso de algo que, finalmente, pudo identificar.

Culpa. Una culpa extraordinaria y demoledora que roía sus huesos.

No dejaba de pensar en Ava. En el cuaderno que ahora permanecía en su mesa de luz, en primer plano. De él no se había podido separar.

¿Por qué de su hermano menor sí?

Lo había dejado atrás para que peleara una batalla que era de ambos. Una que no le debería haber pertenecido jamás.

—Maldita sea, Isaac. Y maldito sea yo. —Tironeó de las puntas de su cabello antes de estirarse y alcanzar su teléfono. Sus dedos amagaron con marcar el número que había evitado por lo que aparentaba ser una eternidad, resistiéndose todavía. El niño que fue no quería volver allí. No quería oír la voz que seguramente atendería.

Pero debía hacerlo. De una vez por todas, debería enfrentar a su padre.

Y debería liberar a Isaac, antes de que fuera demasiado tarde para él también.

Antes de que sufrierael mismo destino de Ava Dare.

Los fragmentos olvidados de Ava Dare (Instantes perdidos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora