Habitación Blanca.

4.2K 214 21
                                    

Subo las escaleras y encuentro frente a mí la puerta del baño bloqueada, seguramente cerrada con antelación por alguien que se me adelantó.
Espero un par de minutos y sale Mads, vestía una camisa blanca que no cubría ni su cuello, ni claviculas, pantalones oscuros y zapatos elegantes.

-Vas a pasar?. -Me pregunta mientras sujeta con sus dedos la perilla de la puerta.

-...Sí.-Fijarme detalladamente en su vestimenta y gestos me hizo atrasar mi respuesta y bajando la mirada de su rostro entro rapidamente al baño.

Saliendo lo veo sentado sobre una cama frente a mí, a través de una de las puertas de las habitaciones que estaban junto al baño.

Las sábanas, paredes blancas y su figura hacían un conjunto muy lindo con la luz del sol que reflejaba la ventana.

-Sabes si hay alguien más por aquí?.-Pregunta enseguida.

-Todos están fuera, no sé cuando regresarán.-Respondo mientras me hundo en la suave colcha en la que él se encontraba sentado.

Su mano izquierda estaba apoyada sobre la sábana, poco a poco la deslizó quedando a mi alrededor, su hombro se apoyó en mi espalda y susurró en mi oído:

-Bueno, podríamos aprovechar el tiempo...-Mientras miraba detenidamente mi cuello y subía poco a poco hasta conectar con mis ojos que observaban fijamente sus movimientos.

Mi corazón empezó a latir de emoción al saber que sentíamos lo mismo, mis puños se apretaron y mi respiración se aceleró. Corrí mi vista de sus ojos y procesé por unos segundos lo que pasaba. Dí un suspiro y giré mi cara.
Nos miramos a los ojos y labios, como si nos preguntaramos telepaticamente si era el momento y si teniamos el consentimiento besarnos.
Adelanté mi movimiento y le dí un pequeño y fugaz beso, nos miramos nuevamente y, con su mano libre, sostuvo mi cabeza para acercarla a la suya, en consecuencia, nuestros labios se volvieron a unir, esta vez siendo un beso más largo y apasionado. Giró su rostro un par de grados para adentrarse más a mi boca, nuestros labios compartían calor el uno con el otro y pequeñas pausas para tomar aire se nos hicieron necesarias.
Continuó por un lapso de tiempo que no noté y con sus brazos afirmó todo mi cuerpo para girarlo y quedar sobre mí.
Mi respiración sobresaltada se oía por la habitación y mi  semblante se ruborizó al comprender todo lo que sucedia; mi cabello desordenado y nuestras respiraciones aceleradas convertían la escena en algo más atractivo que nos llevó a continuar con la actividad anterior, sin parar de besarnos disfrutabamos de suaves caricias; pasaba suavemente su mano sobre mi blusa, acariciando con cuidado cada pliege y borde de mi cuerpo, con su otra mano apretaba mi muslo y, con la misma, cambiaba hasta mi rostro para acariciar mi mejilla o despejar mi cara de cabellos que dificultaban nuestra serenata de besos.
Por mi parte, comencé a rodear con mis brazos todo su cuello, sintiendo su ruborizada nuca y el calor que salía de su boca cuando tomaba aire para continuar besándome.

Su rodilla separa mis piernas, que ya se encontraban debiles y sensibles ante la situación y pausa para admirar mi cuerpo de abajo hacia arriba. Subo una de mis piernas para acariciar su cuerpo y ante la acción nuestros besos continuan más alterados y sensuales que antes.

Toco su pecho y desabrocho poco a poco su camisa mientras bajo la mirada para observar toda la escena que escondía esa tela y botones blancos. Mis piernas aprietan su muslo y en consecuencia nuestros cuerpos comienzan a rozarse lentamente, dejando salir gemidos y respiraciones fuertes que encandecen mucho más la situación.
Mientras me mira fijamente, levanto mi cabeza y disfruto del roce que su muslo ejerce sobre mí, aumenta la velocidad de movimientos y pone sus manos por debajo de mi ropa, siente el calor de mi cuerpo y aprieta fuerte mi piel, como si estuviese conteniendo todo lo que desea hacer para no parecer atrevido. Continua hasta mis pechos, los aprieta y acaricia mientras se acerca a besarme.

Su lengua y la mía se entrelazan, sus manos me sujetan más fuerte, me envuelvo más en él para así tener toda su cadera sobre mi.

Sin importarnos la ropa, dejo que sus pantalones abultados por su miembro se froten de arriba a abajo sobre mí y disfrutamos de los movimientos mientras tenemos varios lapsos de besos y caricias.

El calor nos empezaba a molestar así que menos ropa nos facilitaria lo siguiente, mientras lo beso y aumento el movimiento de mis caderas sobre su entrepierna, desabrocho con torpeza el resto de botones que habían en su atuendo.
Emocionado, me ayuda a quitarme la blusa y mientras eso sucedía una voz familiar grita desde el piso de abajo:

-Hola, ya llegué!.

FIN.

Muchas gracias por leer!.

Nota: Es mi primera vez redactando una historia de este tipo, así que desconcía como plasmar de manera correcta todo lo que tenía en mente, de todas formas, espero que lo hayas disfrutado tanto como yo!. Espero tus comentarios.
Gracias nuevamente por llegar hasta aquí, por favor interactua ><

Mads Mikkelsen (One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora