💌06💌

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Últimamente las cartas parece no ser tan frecuentes como antes ¿ser amigos de correspondencia era muy complicado? ¿Así será en un futuro? Y entre más preguntas golpeaban la cabeza de cierto rubio con gran sonrisa... o al menos tenía una gran sonrisa desde la mañana en que se alistó para su "encuentro" por no decir cita.

Frotando las manos miraba a los lados la esperada llegada de cierto pelinegro, estando ¿Algo... ansioso? No podía describir el sentimiento que tenía en ese momento, o tal vez no quería aceptar que estaba ansioso. Tan nervioso, tan desesperado de que no se presentara, froto su cuello para respirar hondo y en cuanto menos se lo espero su vista choco con unos ojos azul marino.

- Hola - saludó en voz baja, acomodando su flequillo que le cubría casi medio rostro. 

Kyojurou no podía creer lo que veían sus ojos, no esperaba ese acercamiento tan repentino, no esperaba verle de aquella manera.

-  Hola - devolvió el saludo atónito.

Sonrió tratando de reírse por la situación -. Mmm... lamento venir así, pero me siento más cómodo cuando salgo así... - alzó la mirada esperando no ser despreciado -. De esta forma, nadie podría reconocerme tan fácil... bueno, tal vez tres personas - suspiró algo triste por ver como el rubio no mostraba otra expresión o decir algo.

Realmente Kyojurou estaba analizando la situación, ya que no creía que Giyuu se había vestido como una dama, una dama muy elegante, pero, a la vez coqueta. Su forma en que movía las manos ¿Lo habrá aprendido por ser modelo de Uzui? ¿Salía así cuando no estaba con Sabito? o ¿Era por lo de Iguro? ... Tal vez no le gustaba que lo vieran sus compañeros de clase, pues recordando vagamente; había escuchado a Obanai hablar con Shinazugawa sobre lo odioso y horrible que era Tomioka, en un principio pensó que hablaban de Tsutako, pero en realidad era sobre Giyuu, por ser un chico callado e inexpresivo. Ahora se sentía avergonzado al ver como el azabache solo se movía lado a lado esperando a que le dijera algo.

- N-no, tu... tu eres muy lindo ¡digo! ¡Eres muy linda! Bueno no, sí... es solo que  - empezó a decir tonterías mostrando una sonrisa tonta y un sonrojo muy adorable -. Y-yo, creo que no esta mal que te vistas de e-esa manera, solo hay que tener c-cuidado de que no te reconozcan... ciertas personas... - alzó los hombros y las manos a la altura de ellos con las palmas bien abiertas, mirando a los lados avergonzado, para regresar su vista a Giyuu que tenía una cara confusa -. Es que eres muy conocido por tener unos padres muy buenos en la medicina y por la belleza que es tu hermana. Pero claro, tú eres igual de bello como un gran ramo de cien rosas... ay que estupideces estoy diciendo - susurró lo ultimo ocultando su cara mientras se ponía en cuclillas por su vergüenza. 

Los ojos azules estaban iluminados y sonrientes por ver la reacción tan escandalosa y tonta que pudo haber visto del menor. Se puso al igual en cuclillas acomodando el vestido, para que no se arrugara -. No te preocupes, todo esta bien - dijo suave, acariciando la cabeza del joven avergonzado.

- Lo siento, no deberíamos de salir. - en voz baja le confesó, al sentir desconfianza de si mismo.

- No, no, esta bien, te juro que comprendo lo que quieres decir, pero estaré bien. - tratando de consolarlo, lo sujetó del mentón para que le viera. Tal vez ahora vería el rostro de una dama, pero otro día vería el original -. Solo sígueme el juego y todo estará bien.

-. Esta bien. - suspiro para sonreír con la misma fuerza de los rayos del sol.

[...]

En su caminata Giyuu miraba atentamente las tiendas de ropa. Los accesorios para el cabello y los gorros eran realmente lindos, deseando poder lucir uno... pero no podía permitírselo.
Sentía algo de inquietud el estar fuera de casa, aunque estuviera con el joven Rengoku, no podía calmar sus nervios.

Por otro lado, Kyojuro no podía evitar sentirse agitado. Esta tan nervioso qué sólo podía desviar su mirada de Giyuu.

-"¡Es muy lindo! ¡¿No entiendo como puede ser tan odiado por Obanai-nii!"

De un momento a otro Giyuu se detuvo al mirar una cafetería con una temática muy occidental... tal vez esta era su oportunidad para poder entablar una conversación con el rubio. Pues desde que comenzaron a pasear por la zona, no se dijeron nada de nada.

- Rengoku-kun - llamó suavemente al menor que se supone que debía estar a su lado, pero estaba a varios pasos al frente.

Esto siempre le sucede por ser tan silencioso. Avergonzado corrió hacia él, ya que no quería gritarle porque llamaría mucho la atención, pero olvidando qué sus zapatos tenían algo de tacón, sin querer empujó a Kyojuro  que cayó al suelo.
Este le miro sorprendido, pues realmente lo sacó de su mundo en el que se había sumergido al aguantarse hablar. Quería respetar el silencio del azabache, pero ahora estaba preguntándose "¡¿Lo hice enojar?! ¡¿Debí hablarle?!"
No sabía que decir más que levantarse y esperar a que Giyuu le dijera algo porque su expresión se veía decaída.

- Ah... vi una cafetería y... voltee para decirte, pero... no... ya habías pasado de largo - le dijo casi como sie estuviera susurrando un secreto.

- Oh -no pudo responder nada, porque Giyuu estaba avergonzado tratando de ocultar su sonrojo -. "Me va a matar, si sigue siendo así de lindo". - intentando aguantar sus ganas de alzar su voz, igual que su acompañante dijo en bajito con entusiasmo. - ¡Vamos!

Ambos sonrieron y tal como se esperaba fueron directo al lugar pedido por el mayor. Fueron recibidos con emoción pues para los ojos de los demás parecían una pareja inexperta qué apenas y tendrían cierta intimidad o que tal vez solo intentaban conocerse antes de una propuesta de matrimonio. Aquellas personas estaban realmente equivocados, ya que solo era un cita de amigos sin más intenciones por el momento.

Tomaron asiento en una mesa cerca de una vitrina que mostraba muñecas de diferentes lugares occidentales, en las que Giyuu les presto mucha atención, pues estaba encantado con la ropa de estas mismas, eran tan bonitas que deseaba ponerse uno de esos vestidos con olanes. Él no parecía disimular a lado de Kyojuro ¿se sentía relajado ante su presencia? O ¿es porque sabe que es un travesti y no le ha divulgado?

- ¿Te gustan las muñecas? - preguntó con inocencia en sus ojos.

Él lo miró con brillo en sus ojos, no había malicia o morbosidad en su pregunta, enternecido con una sonrisa volteó a la vitrina y asintió peinando un mechón de su cabello oscuro. Kyojuro estaba contento, al parecer su corazón daba brincos por haberlo hecho sonreír ¿es el único que siente este revoloteo en su pecho?

Por el momento, solo es él quien siente esa danza de mariposas en su estómago. Porque si duda aquel que lo hace sentir así, solo piensa en los colores de las nubes qué pasan cada día.

Sentimental Letters || KyoGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora