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¿Cómo es posible que de una cosa, lleve a la otra?

Aquella pregunta giraba en la cabeza de Mitsuri qué jugaba alegremente con el sobrinito de Giyuu en la sala de estar.

Anterior mente, cuando aquel hombre llamativo y realmente atractivo los recibió en la entrada junto al pequeño niño que jalo de la ropa a Sanemi; diciendo que tenia los mismos ojos que Sabito. Los chicos estaban más que pálidos porque esperaban a Tomioka Giyuu, no "el amante y su hijo" ¿Cómo es que llegaron a esa conclusión? ¿Kyojurou sintió su corazón partirse en dos? Bueno, hay una respuesta clara.

Aquel hombre que parecía esculpido en el más brillante y perfecto mármol, era Uzui Tengen; el famosos jefe (profesor) de Mitsuri. Cuando la pelirosa salto de emoción al verlo, aquel par de amigos con miradas de desagrado pensaron que todo esté tiempo Giyuu era una mujer travestida qué tuvo un hijo a temprana edad (vaya idea, para una novela fantasiosa), pues el chiquillo tenía un cierto parecido a él y la única diferencia era el lunar debajo de sus camiseras del lado izquierdo. Además de que Giyuu no cruzaba palabras (amenos que fuera con Sabito) y sus gestos eran delicados... no ayudaba mucho a detener la imaginación de esos dos.

En cambio Kyojurou solo estaba en blanco, sentía nervios por lo que podía pasar con la presencia de los dos sujetos qué le tenían odio inexplicable aquel chico tan enigmático; sin saber en realidad qué ellos estaban apuntó de morir de la vergüenza por "acosar a una mujer travestida". Recordando que se suponía que solo dos personas estaban previstas para la cena... ¿Será que Giyuu...? ¡Bam! Palmeo sus mejillas suave mente tratando de pensar en positivo ¡Este no era él mismo!

- Bueno, ¿qué tal si toman un poco de té? - habló aquel sujeto de ojos rojos similares a las ciruelas -. Yuu-chan esta atendiendo el teléfono en estos momentos, pero no tardará en venir. Es lindo saber que Yuu-chan tiene más amigos que Sabito - invitándolos a sentarse sonrió de oreja a oreja. Pareciera que Uzui leía la situación o tal vez no, puesto que Obanai y Sanemi tenían una cara enferma porque su imaginación los estaba apuñalando.

Kyojurou quería preguntarle algo como un secreto a Uzui, pero el empujón de aquel niño lo sorprendió. Aquel niño escapó de Mitsuri, después de a verle desatado su cabello... era todo un diablillo con cara de ángel.

- ¡Disculpe! - el menor le llamó jalando de su ropa - ¿Por qué sus ojos son tan grandes? ¡Parecen los de un búho - preguntó queriendo acercarse a su rostro.

Kyojurou quería reírse al escuchar lo último, ya que le había recordado a una de las cartas de Giyuu cuando lo dibujo como un búho. El rubio lo alzó en brazos para que mirara más de cerca sus ojos e imitando aquella ave nocturna.

- Vaya... ¡Su cabello es rizado cómo Mao! - rio aplaudiendo.

- ¿Quieres tocarlo? - esa propuesta ingenua era una mala decisión. Pero Kyojurou no lo sabía hasta que el pequeño risueño le jaló su largo cabello, haciéndolo chillar de dolor tratando de alejarlo sin dejarlo caer.

Ni su propio hermano le había hecho algo tan cruel cuando era pequeño.

- ¡Kouki no hagas eso! - esa voz que regañaba al pequeño diablillo a lo lejos hizo sonreír a Kyojurou.

Ambos corazones latieron con intensidad en cuanto se miraron a los ojos, pero no por las mismas razones después de que Giyuu sentía que se iba desmayar cuando miró detrás del rubio: sus peores temores se volvieron realidad, porque en su mesa se encontraban sus dos hostigadores hablando cómodamente con Uzui. Por otro lado Kyojurou sintió que Kouki se le resbalaba de los brazos al ver a Giyuu tan elegante como una muñeca de porcelana.

- ¡Tío! - llamó Kouki con alegría sin dejar de jalar el cabello de Kyojurou.

La expresión del mayor cambio a una horrorizada, dando pasos hacia atrás - Esto es un desastre - murmuró Giyuu, temblando de miedo y queriendo huir de ahí pero los nervios lo noquearon.

Fue un golpe seco lo que resonó en la casa, dejando helado a Kyojurou y Kouki asustado apunto del llanto.

[...]

Paso un leve tiempo, mientras Giyuu recobraba el conocimiento. Este se encontraba sentado acariciando la cabecita acurrucada de Kouki en su regazo; el pobrecito se llevó un gran susto que no podían calmar su llanto y que termino haciendo llorar a Mitsuri hasta casi hacerla dormir, si no fuera por ver a Kyojurou ansioso. Tal vez no fue la mejor manera para qué los que estaban presentes supieran de la terrible tragedia de la familia Tomioka y como esto a afectado a Giyuu al punto de que su condición fuera anémica.

Kyojurou se sentía de lo peor, pero no era su culpa o tal vez tenía que ser más directo en rechazar a su hermano mayor. Aunque cierta parte de él estaba confundida y enojada, porque aquel albino corpulento qué había descrito la situación como si Giyuu fuera una mujer... tal vez era para salvar el hecho de que se travestía ¿pero cuál era esa necesidad de decir que era su prometido? Su cabeza iba explotar si seguía escuchando a ese hombre, y por desgracia, se estaba acercando la hora de volver a casa.

Había mucho de que arrepentirse el día de hoy, ya que realmente fue la experiencia más amarga qué a experimentado Kyojuro. Sintiendo que nunca más volvería a ver a Giyuu, se despidió aguantando las lágrimas en sus ojos, hasta qué vio lo más inesperado por parte de su hermano y Sanemi; ambos chicos pidieron disculpas de rodilla por su terrible comportamiento qué tuvieron hacia Tomioka. Por su parte, el azabache de ojos azules no pude decir nada más que bajar la cabeza (las palabras no podían salir fácilmente de su boca, sentía agujas en la garganta).

No iban a tener respuesta alguna y de todas formas no esperaban una. Ambos esperaron afuera, ya que Mitsuri no podía despedirse correctamente y solo hizo una reverencia con los ojos hinchados porque sin duda alguna, se había desbordado como las acuarelas al tocar el papel totalmente empapado de agua.

Finalmente era Kyojurou el que estaba al frente de Giyuu. No se sentía bien y...

- Oye - llamo con suavidad el mayor de los dos. - Uhm... No es normal que tengas una cara tan larga - dijo, al acercarse con Kouki en brazos - Me gustas más cuando sonríes.

Los ojos de Kyojurou le miraron confundido.

- ¿No me odias?

- ¿Hay necesidad?

-... No... no la hay, pero... - desvío la mirada. No podía dejar que lo viera, pues un leve sonrojo aparecía en su rostro, mientras su corazón latía con intensidad.

Mirando hacia el umbral de la entrada de su hogar. - No es tu culpa que esos dos entrarán a mi casa, además creo que exageré... eso creo o eso me diría Sabito - riendo con malicia se le acerco, casi invadiendo la privacidad del rubio. - ¿Te gustaría venir en otra ocasión?

- ¿d-de verdad? - respondió con un leve tartamudeo.

- Sí y puedes quedarte a dormir... sí quieres - aquello lo había dicho en un susurro en el oído del menor.

Kyojurou no podía más, su cara estaba rojiza y solo podía asentir con euforia (pues no gritaría de la emoción, ya que Kouki estaba tal vez en su quinto sueño y podría matarlo del susto).

- E-entonces... hasta la p-próxima vez, te veré...

Giyuu aguantaba más ganas de reírse al ver a Kyojuro tan nervioso y torpe, qué cuando se fue Uzui le miró con picares.






Sentimental Letters || KyoGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora