Thaenatos apretó un poco los brazos de su trono, el cambio de la expresión en el rostro del rey fue casi imperceptible y solo aparentó con ese mismo gesto sereno, distante, hermoso y etéreo.
Era como ver la estatua de un dios alzada por lo alto y hecha con materiales celestiales, Celeon permaneció embelesado hasta escuchar la voz del rey.—Que la gracia del sol se pose en tu cabeza, príncipe Celeon, puedes enderezarte. —
Celeon ahora mas tímido que antes se incorporó, con el rostro levantado y sus mejillas ligeramente pintadas con tintes carmín. Trataba de no mostrar la euforia que acontecía en sus adentros, su alma bailaba, su corazón latía y su rostro se había suavizado, aunque no estaba para sonreír por muy bien que se sintiera.
Había un conflicto y su cabeza peligraba, junto con todos los que no apoyaban el ascenso del falso rey.—Imagino que sabes porque permití esta audiencia, hay que ahorrarnos tiempo y salir de dudas, príncipe. —
—A...Así es majestad, incluso si usted no lo sugería yo, Celeon de Eucastia-Dûr pido se me someta a un juicio de la verdad a cuestas de mi vida si soy un traidor. —
Se enderezó sobre su trono mientras sus dedos se alzaban y bajaban uno tras de otro lentamente en perfecta sincronía sobre los brazos del asiento, el sonido era tan suave como el "tic tac" de un reloj ,nadie podría descifrar por lo que pasaba por la cabeza del rey.
Sus ojos violetas como joyas examinaban en busca de un juicio en su propia conciencia ¿quería creerle? ¿quería enjuiciarlo y devolverlo?
Imposible de deducir y eso puso un poco nervioso al príncipe del sol, aunque sostenía su mirada demostrando la limpieza en sus palabras.—De acuerdo, esta noche, en plena luna llena se emitirá el juicio junto a otros miembros del consejo y los sacerdotes del templo. Ve a descansar, será un momento complicado para tu cuerpo. —
—Gracias por permitirme demostrar mi inocencia, majestad y regalarme su valioso tiempo, Celeon de Eucastia-Dûr se retira con su permiso. —
El rey hizo un gesto con la mano que indicaba permiso para retirarse y en respuesta Celeon se enderezó, se dio la media vuelta y se retiró alejándose de el hasta salir del lugar.
Thaenatos se quedó en el silencio de su sala del trono una vez que la figura del joven príncipe desapareció de su vista, inconscientemente su mano había subido su pecho y la tela de su ropaje se arrugó dentro el puño de su palma.—
Se dejó caer sobre la comodidad de su cama a la vez que soltaba un suspiro.
Se sentía tan vulnerable y con un poco de temor en ese momento, se enfrentaría al famoso juicio lunar, conocido por lo doloroso que era y por su terminante prohibición de mentiras.
El reino oscuro era la cúspide de la disciplina y el buen comportamiento, desde su gente hasta los nobles, eso si era tal como le había contado su padre, muchas veces habló los impecables modales del rey oscuro.El rey oscuro... ah, de nuevo ese mariposeo, se abrazó a si mismo y apretó los parpados como si fuera doloroso, ese sentimiento dolía y le gustaba a la vez.
Entreabrió sus hermosos ojos azules, era tan fuerte que quería llorar ¿se había enamorado? ¿o solamente fue la gran impresión que causa ese monarca? Era confuso, sus mejillas estaban rojas.— Thaenatos... —
Sus dedos se deslizaron sobre la suavidad del edredón de su cama, una sonrisa salió de sus labios, pero el sonido de los toques en a puerta lo sacó de su ensoñación.
—Alteza, soy Veriana y traigo su almuerzo. —
—Ah... adelante por favor. —
La chica entró rodando un carrito lleno de comida con un aroma muy delicioso, su estomago reaccionó gruñendo tan ruidosamente que la doncella lo volteó a ver y Celeon se ruborizó, nunca había pasado tanta hambre.
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Relatos de Barad: El sol
FantasyAVISO: Esta historia es completamente BL, el protagonista es de sexo masculino aunque tiene apariencia femenina. ---------------- Un hada de luz llega al reino de Barad mal herido y rogando por asilo, no esperaba que su destino estuviera en esa tie...