Capitulo 1.1

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Capítulo 1

Me desperté. No podía creer que ya tenía 19 años. Me desperté, sin moverme aun, y de un solo golpe abrieron la puerta de mi cuarto y yo, solo por reacción cerré mis ojos de nuevo y fingí que dormía. Cuando los abrí de nuevo simulando que me despertaba por primera vez, pude ver quien entró, como lo sospeché, era Gwen. La distancia que tuvimos en mi infancia me obligo a dejar de llamarla mamá, desde entonces, sin importar que arreglamos todas las cosas entre nosotras, era solo Gwen. Y felizmente a ella parecía no molestarle.

Me entrego una rosa con una nota, pero no la pude apreciar como hubiera deseado por que la cara de emoción Gwen desviaba toda la atención a ella.

- ¡Feliz cumpleaños Mimi! –Ese era mi apodo desde que decidió dejar de llamarme “jovencita” o similares.

- Gracias Gwen. Y gracias por la rosa también.

- ¿Planeas leer el mensaje que está pegado a ella? –dijo con una curiosidad, que pude sentir en sus palabras pero solo porque la conocía mejor que nadie más.

- Luego.

Nuestras conversaciones nunca eran muy largas. Cuando yo era niña, tuvimos muchos problemas. Pero me refiero a que mientras que otros niños de mi grado tenían peleas con sus mamás y después de que ellas los encerraran en algún cuarto a darles una charla y luego salieran totalmente reconciliados y con dirección a comprar un helado, cada vez que yo y Gwen nos peleábamos, y generalmente era porque no me prestaba atención cuando le hablaba y yo me molestaba, o por que sacaba alguna mala nota y ella se decepcionaba, pero nunca teníamos esa clase de charlas en las que se concluían con una reconciliación.

- Es de parte de tu padre. Me la dejo para ti antes de que se fuera al "trabajo".

John nunca estaba en casa. La poca cercanía que teníamos me obligo, igual que en el caso de Gwen, dejar de llamarlo papá. Para mí era John. Nunca expresaba sentimientos de afecto o algo parecido hacia Gwen o hacia mí, pero siempre parecía muy unido a sus amigos del “trabajo”. Pensando un poco en su regalo, probablemente leyera el mensaje que tenía la rosa solo por curiosidad. Por cierto, el sarcasmo en el "trabajo" de John, es porque nunca está en casa, debido al trabajo. Pero ni Gwen ni yo sabemos dónde o de que trabaja, tampoco como es que llega con dinero a la casa a fin del mes. Pero optamos por dejar de preguntar cuando sus ásperas respuestas "no es importante saberlo" se convirtieron en violentos "ya cayese. No es de sus asuntos”. Misterioso. Admito que me da mucha curiosidad, como le daría a cualquiera, saber qué hace cuando va a "trabajar" y de dónde saca el dinero. Y sé que algún día tendré que saberlo.

- Te hice un desayuno especial. Te espero en la cocina, cumpleañera. -dijo Gwen.

Formulé una sonrisa y le dije un simple "vale".

Apenas cerró la puerta me eché en mi cama de nuevo. Seguía cansada. El día anterior, Samantha pensó que mi cumpleaños n• 19 era una buena justificación para ir a “Cronos”, una discoteca conocida en mi ciudad. Recordé la noche anterior, y por lo tanto recordé a Samantha. Y al pensar en ella me di cuenta de que era la única persona que llegaría a extrañar una vez que me vaya. La pequeña niña Anderson que conocí en kindergarten y yo nos volvimos mejores amigas desde el primer día que la conocí. Era la clase de amigas que cuando te dicen “¿Cómo estás?” Y tú les dices “bien” te dicen “No. En serio ¿Cómo estás? ¿Pasó algo?” porque simplemente te conoce tan bien que sabe cuándo dices “bien” y estas bien y cuando dices “bien” y…no estás bien.

Mi ángel en blue jeansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora