Capitulo 1.2

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Su cara fue de asombró a la primera instancia, luego se tornó en una sonrisa emocionada. - Es perfecto. -dijo, viendo mi tatuaje: un pequeño avión de papel en mi muñeca. - Gracias. -le dije.  Y sin querer, recordé el día en el que me hice ese tatuaje, fue cuando tenía catorce años y lo hice sin permiso de mis padres. Gwen, se molestó mucho más que John. En realidad dudo mucho si John se habrá llegado a enterar de que me hice ese tatuaje, de cualquier modo, viajar por mis recuerdos y llegar hasta mi padre me hice entristecerme. Solo lo disimulé.

Me agarro la mano izquierda y acomodando mí avión de papel en su mundo tatuado en su antebrazo, me dirigió una mirada que nunca olvidare, por más que las personas que conoces en los vuelos, son la clase de personas que generalmente…nunca vuelves a ver. Fue una mirada de "Al fin te encontré"...o eso entendí yo. Desvié la mirada por qué no quería que sus ojos me pongan más torpe de lo que ya estaba o me forzaran a bloquearme por los nervios. Opte por cambiar de tema.

- Pareces mayor. ¿Qué edad tienes? -le dije con curiosidad.

- ¿En serio? ¿De qué edad parezco? –Yo hago las mismas preguntas cuando me preguntan mi edad, me sorprendí.

- 25 -dije rápidamente. Pudo haber parecido de más, pero tenía esperanzas de que no fuera tan mayor como probablemente lo aparentaba.

Rió. - Tengo 21. ¿Y tú? –Dijo, creo que estaba esperando que dijera que tenía su edad…- Hoy cumplí 19 -le dije, puede que en un tono ligeramente orgulloso del hecho.

- ¡Feliz cumpleaños, en ese caso! Dijo extendiéndome la mano para dar un "hand shake" de amigos. Se lo respondí.

- Gracias Tim...Tim, Timothy. -se me salió la confianza. Sonrojada de nuevo. Otra cosa que hice que no necesariamente me agrada que me hagan a mí, pretender confianza muy rápido. Era extrovertida pero me gusta mantener algunos protocolos para incrementar la confianza en los apodos, etc.

- Puedes decirle Tim, linda. –Pero parece que el no piensa igual que yo acerca de la confianza que se gana de acuerdo la cantidad de tiempo que una persona conoce a la otra.

Me sonrojé aún más. Genial, lo que faltaba. Pero por los acontecimientos previos a mi vuelo, no estaba con ganas de soportar a algún chico tratando de llamar mi atención ese día.  Así que mi sonrisa correspondiente al halago se deshizo poco a poco hasta volveré en una mirada fría y con dirección a la ventana al lado de mi asiento.

Lo pude sentir sonreír. - ¿Un mal día? – dijo, con una voz que reflejaba curiosidad inocente.

- Sí. -y mis ojos se pusieron vidriosos. Sentí su ligera desesperación.  ¿Una desconocida le iba a llorar...? Yo tampoco sabría cómo consolar a alguien que conozco. Traté de controlar como pude las lágrimas que querían salir, pero luego sentí un cosquilleo en la punta de mi nariz, y ya era un poco tarde.

- Sé que no nos conocemos pero, justamente por eso creo que podrías contarme.

- Pero yo no creo que quieras saber.  -la frialdad salió como magia.

- Tomaré el riesgo. -dijo con una respuesta rápida, y decidida.

Mi ángel en blue jeansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora