Mi ángel en blue jeans

Capitulo 2.1

Capítulo 2

Llegue a Big Island dos días antes de que comenzaran mis clases en la Universidad en el que me estaba transfiriendo. Pero uno de esos dos días solo la pasé durmiendo la mayor parte del día o instalándome en mi nueva casa. Mi cuarto era el cuarto que estaba a disposición de las visitas, y ahora yo era algo así como el huésped permanente. No era tan grande, y tenía las paredes de color azul pastel, y algunos estantes que luego llene con libros. Amo leer y siempre compro los libros que leo. No me gusta leerlos por internet o prestármelos por que, el sentimiento de tenerlos, saber que son míos, que están ahí físicamente en mis muebles, y que puedo leerlos cuando quiera, es algo que me agrada mucho. Le escribí una carta a Gwen, esperando sinceramente que esté mejor, aunque solo habían pasado 24 horas después del “suceso” y de mi partida. El día restante tomamos desayuno los tres juntos y todo el día fui a comprar con mi tía Liv, tanto cosas para mi Universidad como para mi cuarto. No sé si habrá sido porque Big Island realmente no era grande, tan grande como la mayoría de los estados de Estados Unidos, Los estudiantes no tenían que quedarse a dormir en la universidad. Todo estaba cerca, eso me agradó. Mi tía Liv también me dio un pequeño tour por la zona para ubicarme un poco, como mi tíos trabajan cerca el uno del otro, mi tío James sugirió que él usaría el su carro para llevar a mi tía al trabajo y luego ir al suyo y yo usaría el carro de mi tía para ir a mi Universidad y regresarme a la casa.

El día se pasó rápido como no lo había hecho en varios años, para mí. Lo disfruté.

El día siguiente, lunes, comenzaba mis clases. El día era hermoso. No había visto tanto sol desde mi “viaje familiar” a una isla por centro América. Y  con “familiar” me refiero a yo y a Gwen. Eso no significaba tanta diferencia en que igual me tuve que levantar temprano y alistarme como “los viejos tiempos” para ir a estudiar. Mis tíos se levantaron para el trabajo y de nuevo, tomamos desayuno juntos. Esto significaba más de lo que puede parecer porque yo nunca hice eso con mis papás. Y si lo hice, pasó el tiempo suficiente para que me olvidara, y no fue lo suficientemente buen recuerdo para que, aun a pesar del tiempo, lo recordara.

Me dieron un mapa e indicaciones, porque creo que no sabían que mi celular tenía un GPS, el cual me ayudaría a llegar más rápido que las indicaciones que me fueran a dar mis tíos. Me despedí de ellos y salí de la casa.

Fue aproximadamente media hora de camino, y cuando llegué me sorprendió cuanto me pudo agradar la nueva universidad, aunque sea a primera vista. No era tan grande, pero tenía una vista que hacía que valiera, para mí, mucho más que otras universidades que había visitado antes. Sin contar que el ambiente en sí era cálido, y eso me encantaba. Me acerqué a la oficina de la secretaria para que por favor me diera mi horario y ahora sí, algún mapa del lugar.  La Sra. Cook era muy amable y se veía contenta, al igual que todos los rostros que había visto hasta el momento. Me dio mi horario y un mapa, y mi clase fue más fácil de encontrar de lo que pensé que sería.

Entre a la clase de Historia, y me sorprendí bastante cuando noté que casi todos los estudiantes ya estaban ahí. Pude leer en la pizarra “Sr. Griffin”, que obviamente era el profesor. Era un hombre delgado, bronceado y notoriamente joven. Me sonrió, y yo le sonreí de vuelta, entonces eso me indicó que podía entrar.

-Nueva, ¿no? –dijo.

-Sí. Pensé que llegaba temprano. –dije, viendo lo puntual que habían sido todos.

-La hora es la hora. –dijo, en forma de refrán, y rió al final. –Hay un sitio ahí. Indicó señalándome un espacio junto a una chica. Y refiriéndose a ella dijo: Srta. Ford, tiene una nueva pareja para la clase.

Me acerqué al espacio junto a la “la Srta. Ford” y acomodé mi libro en el pupitre.

-Espero que tú no me digas Srta. Ford. Soy Alice. –dijo sonriente la chica pelirroja que ahora era mi nueva pareja para el curso.