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Capítulo 54

Capítulo 54

Tokio era mucho más bonita si te dedicabas a visitarla con fines turísticos y no de trabajo. Se habían levantado temprano en la mañana y tras una ducha en pareja —que se alargó mucho más de lo que debería— compartieron un voluminoso desayuno en una cafetería cercana.

Con una cámara y con las ideas claras de que hoy sería un día largo, emprendieron el viaje a los puntos más visitados de la ciudad. Neul jamás había sido de tomarse fotos, sus redes sociales —si bien llevaban abandonadas un tiempo ya— estaban prácticamente vacías. Desde que tenía uso de razón había sido de esas personas que prefería mantener el recuerdo en la memoria que en una pantalla.

No obstante, y como bien había podido observar con todas esas fotos familiares que tenía desperdigadas por algunos puntos de su apartamento, a NamJoon le encantaba capturar todo. No habían podido agarrarse de las manos en todo el camino porque estaba demasiado concentrado en alcanzar el mejor plano y luminosidad para fotografiar todo cuanto veía. Edificios, personas, árboles y demás fauna metropolitana.

El día era precioso, así que poco después de haberse hartado a comer, se acercaron a un enorme parque donde se perdía completamente de vista los edificios. El sol se filtraba entre las copas de los árboles y la suave brisa de una bonita primavera hacía que el vuelo de la falda de Neul danzase a sus anchas. Habían estado charlando, riéndose y andando por tanto tiempo que empezaba a buscar desesperadamente un banco donde sentarse.

—Neul, ponte ahí. Quiero hacerte una foto.

De paisaje no había más que árboles, pero Neul obedeció.

—¿Qué hago?

—Sonríe. —Neul mostró una sonrisa, pero NamJoon dejó de apuntarle con la cámara—. Yah..., ¿qué es esa sonrisa?

—¿Se nota muy forzada?

—Parece que te estoy obligando a hacerte la foto.

¿Acaso no era lo que estaba haciendo?

—Está bien. ¿Así? —Neul cambió la sonrisa.

—Así mejor.

NamJoon volvió a ajustar la luz y lo necesario en la pantalla del móvil, pero entonces una señora habló a sus espaldas.

—Joven, ¿queréis que os haga una foto juntos?

Tuvo que cambiar su diccionario al japonés, pero no tardó en agradecer a la anciana y entregarle el móvil solo para correr y colocarse al lado de Neul. La atrajo tirando de su cintura y los dos mostraron una bonita sonrisa sincera. Era la primera vez que se habían tomado una foto juntos. Y aunque la abuela tardó su tiempo en tomarla, a Neul se le pasó el tiempo volando, como siempre pasaba cuando estaba junto a él.

—Es muy bonita —dijo NamJoon mucho más tarde, cuando ya se habían parado a descansar.

Ante la ausencia de sitios donde sentarse, se habían tirado bajo la sombra de un árbol. NamJoon le había colocado la chaqueta en las piernas a Neul para evitar accidentes con el vestido y después se habían dedicado a ver las fotos que habían estado haciendo hasta llegar a la de la anciana. Neul apoyaba su cabeza en el hombro de NamJoon y aunque trataba de prestarle atención, la verdad era que se le estaban cerrando los ojos.

Amaba la sensación de tranquilidad que les rodeaba. Se lo merecían después de tanto abuso por parte del destino. Poder tener tiempo para ellos solos sin preocuparse de terceras personas o del trabajo era reconfortante. Casi como un sueño. El sol, el sonido de los pájaros, incluso en otro país... Estaban claramente tomándose unas merecidas vacaciones.