26-HERMANOS

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—Creo que con eso ya es suficiente...

—Que mal aguante tienes Zhan-ge... Recién vamos cuatro rondas—bufo Wang Yibo

—Oye, es más fácil dar que recibir... ¿Quieres ver cuántas rondas aguantas conmigo dentro de ti?—amenazo Xiao Zhan

—Estoy tan cansado...

Wang Yibo se giró acurrucándose entre las sábanas y abrazando al mayor, aferrándose a su cintura disfrutando de su piel y besando sus hombros con cariño.

De pronto, alguien tocó a la puerta sorprendiéndolos. Ambos se miraron y corrieron a vestirse tan rápido como pudieron. Acomodaron la sábana escondiendo el desorden por debajo y el menor se acercó para abrir la puerta.

—Hola...quisiera hablar con Zhan... ¿Ya está despierto?—cuestiono un hombre

Era la voz de Ayanga... "Su hermano"

El azabache tomo valor y se aproximó, simulando una sonrisa de tranquilidad. No era culpa del Lobo que ellos permanecieran sin conocerse, así que trataría de ver las cosas desde otro ángulo.

Sabría más de Xiao Qing, y de su familia.

—Hola...déjalo pasar Bodi—intervino tocando el hombro del más alto

—Está bien...los dejaré solos—asintió

Wang Yibo salió permitiéndoles un momento de confianza, para que pudieran hablar con tranquilidad. Sabía que si Xiao Zhan fuera a desmayarse, su hermano velaría por él.

—Sé que escuchaste lo que dije. Quiero que sepas que yo no sabía que éramos hermanos...mi amigo me llamo para decírmelo. No quiero que culpes a tu madre tampoco, ella tenía sus motivos para tenerte lejos de todos...

Ayanga intento sentarse en la cama para conversar, pero Xiao Zhan lo evitó llevándolo al sillón de la mano. Y es que si bien no sabía que acababa de tener relaciones con el castaño, era vergonzoso que su hermano se sentara allí.

—Estoy tratando de guardar la calma y pensar bien sobre todo esto. No sé, si ya hablaste con mi madre...pero para mí es nuevo lo que ocurre en mi vida...

—Sí me dijo algo...sobre tu falta de memoria y que recién supiste de nuestro padre y de Jackson. Cuando no me reconociste en el hospital el día del accidente, creí que me culpabas por no protegerla...

— ¿Nosotros teníamos contacto antes?—pestañeo intentando recordar más

—No era mucho... Para que puedas entender...creo que sería mejor que te contara desde un inicio—propuso Ayanga

—Supongo que tienes razón...—suspiro Xiao Zhan

Ayanga se inclinó tomándolo de las manos a su hermano menor y lo miro a los ojos.

—Primero que nada, ten presente que jamás te lastimaría... Nuestro padre tuvo un compromiso antes de entrar al negocio de...pues...las drogas y el sicariato. Durante ese tiempo mi madre fue feliz. Cuando ella murió descubrí que él estaba involucrado en algunos asuntos turbulentos y por ende, yo ya había conocido a muchos hombres y mujeres peligrosas. Termine por dejarme llevar y seguir sus pasos. Después de un tiempo...me salí de eso. Ahora realmente tengo un trabajo con lo de Exportación, claro que... muy aparte de trabajar para empresas importantes, mis clientes también son viejos conocidos que pertenecen al mundo oscuro. Eh llegado a pasar entre países desde droga hasta armas...Tengo muchos conocidos a los que le debo esos favores y varios de ellos son enemigos de mi padre...como los Wang—explico el mayor

—Por eso estabas en su fiesta de aniversario...—comento asimilando la información

—Sí...Supe que mi padre se volvió a casar y me decidí a conocer a mis hermanos. Me lleve una sorpresa al ver a tu madre... Era joven e inocente, desconocía al monstruo que tenía a su lado, y cuando pasó lo de Ziyi... Me decidí a ayudar a Qing. Tú eras muy pequeño así que solo me acerque como amigo y no sabías que era tu hermano...Llegado el momento les di protección a ellas, pero el guardaespaldas resultó estar comprado por él y ocasionó sus muertes... Te mandamos a Estados Unidos para que vivieras con la hermana de mi madre, que se hizo pasar por tu tía...y me distancie para evitar que fueras un blanco...A sus ojos tú no sabías ni que él estaba vivo, y si me acercaba tal vez creería que sabías donde estaba la información que Qing encontró...Me sorprendió saber que habías regreso a China

ME PERTENECESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora