i. antes

1.1K 72 1
                                    

Leo lo sabía desde hace mucho, sabía que Fiat no podía ver más allá de su propia nariz, no podía darse cuenta de lo que él sentía por él. Su mejor amigo estaba más centrado en la tristeza y la desesperación que le provocó el enterarse que el Phi por el cual venía al hospital había renunciado, que en el notar su mirada nublada por la tristeza cuando le recalcó que ellos no eran más que solo amigos.

Él no sabe en qué momento comenzó a ver a Fiat como algo más que un amigo, a lo mejor fue el momento en que se dio cuenta de lo vulnerable que era su amigo cuando su padre lo había abandonado a su suerte y lo vio romperse como cristal por primera vez. O incluso, cuando ambos comenzaron a jugar al basquetbol y ganaron su primer juego, tal vez fue el brillo en los ojos y la deslumbrante sonrisa que portaba en ese momento... O, o también cuando descubrió que come como un niño de tres años que termina con sus mejillas, de manera inexplicable, manchadas. O simplemente fue cuando se conocieron y Fiat le regaló aquella tímida sonrisa.

No lo recuerda, hay muchos momentos en los que piensa que Fiat con sus deditos había tomado el corazón de su pecho a escondidas para jugar con él como si fuera una pequeña pelota de ping pong. Tampoco le importa, porque es Fiat quien lo tiene, al fin y al cabo.

También a veces creía que su amigo era cruel.

Desde que Fiat había comenzado a tener una sexualidad activa, para él todo había comenzado a ir en declive. Su buen humor fue de las primeras cosas en degradarse, siempre que miraba con una actitud un poco más relajada a su mejor amigo o con una sonrisa de complacencia sabía que había tenido una noche ocupada. Luego, fueron sus sonrisas reales las que comenzaron a disminuir, casi no sonreía y no porque no quisiera solo que, cuando veía aquellas marcas en su cuello y a lo largo de sus clavículas, las sonrisas se vuelven tensas y con absolutamente nada de naturalidad, no había razón para estar feliz. Por último, sus ganas de confesarse, pues sentía que si lo hacía no serviría de nada más que el alejar lo único bueno que tiene en su vida.

Y pese a todo eso que Fiat le hacía sentir, todo ese remolino de sentimientos que lo atormentaba día con día, a pesar de lo cruel que podía llegar a ser con él, él haría cualquier cosa por ese chico, incluso el poner en movimiento a su gente para conseguir la dirección de ese Phi que tanto añoraba su mejor amigo. Así que eso fue lo que hizo, pese a sentirse mal por ello, puso a su mejor hombre a investigar la dicha dirección y más pronto de lo que un incienso termina de quemarse, él ya tiene la información en sus manos. Él, ciertamente, piensa mucho en si darle la información, sabía que Fiat no iba a medir distancia, ni siquiera le iba a importar mucho la privacidad de aquel chico con tal de acercarse a él lo más que pudiera, sabía que invadiría aquel que se sabía sería la zona de confort del Phi. Pero, aun así, todo volvía a caer donde mismo: por Fiat lo haría.

Le dio la información y a cambio recibió una bonita sonrisa que le iluminó los ojos y un abrazo que hizo acelerar su corazón de tal manera que podría considerarse insano.

Esa misma noche, pese a que sabía que lo que tenía pensado hacer estaba mal, lo siguió en su auto hacia dónde se dirigía, que sabía sería hacia el apartamento de P'Type, Fiat no era de los que dejaba las cosas para después, si las cosas estaban en su dirección iría sobre ello sin demora.

Lo vio entrar con una sonrisa al edificio de apartamentos, él se quedó ahí en espera de lo que fuera a suceder después. Duró mucho tiempo sentado en el auto, no había señales de Fiat, sin embargo, pronto se vio enterado de que Fiat había estado esperando a Type todo ese tiempo, pues el mencionado acababa de entrar en el edificio. Leo apretó la quijada con coraje. Luego de al menos cinco minutos los vio salir de nuevo, esta vez juntos para después subirse a un taxi. Sin pensarlo dos veces encendió su auto y los siguió de manera discreta.

Estuvo manejando al menos diez minutos hasta que se detuvieron en un bar con amplias ventanas, dentro se miraba un buen ambiente. En otras circunstancias le hubiera gustado degustar el lugar, se dijo a sí mismo.

Tanto Fiat como Type tomaron asiento en una mesa para dos, gracias a los grandes ventanales él podía ver con claridad lo que pasaba ahí y aunque su corazón se oprimía a cada segundo, no podía abandonar la vista que ellos plasmaron. La mirada de Fiat resplandecía cada vez que escuchaba lo que sea que P'Type le decía. Luego vio como tomaba una discreta fotografía y sabía que pronto estaría en alguna de sus redes sociales. Supo que tenía razón cuando ni un minuto después su celular sonó en una notificación. Cerró los ojos con fuerza cuando lo vio y tragó el nudo que se formó en su garganta.

¿Alguna vez me podrías presumir a mí de esa manera?

No supo cuánto tiempo estuvo sentado ahí, pero después de lo que pareció una eternidad y un sinfín de copas ingeridas por Type, Fiat se levantó y se dirigió a quién sabe dónde, sin embargo, cuando volvió se vio envuelto en un fuerte abrazo por parte de Type. En ese momento, Leo se preguntaba qué tan poco amaba a su novio si de pronto lo veía entre los brazos de Fiat de esa manera, como si abrazara algo que extrañara. Después se dio cuenta de que Type probablemente lo hacía y había comenzado a imaginarse a su novio.

Leo siguió en su auto pese a que deseaba con todas sus malditas ganas bajarse de ahí e ir hacia donde aquel chico tomaba con tanto anhelo a quien él amaba con tanta fuerza, pero entonces vio cómo Type se balanceaba en su propio eje, como si el piso se le moviera. También observó cómo Fiat maniobraba su peso para poder soportar a Type, pues era de conocimiento general que Fiat era más pequeño que ellos. Está ebrio, se dio cuenta, Type estaba demasiado ebrio como para soportarse a sí mismo y Fiat viendo eso se estaba tomando atribuciones que no le corresponden. Bajó rápidamente del auto cuando vio a Fiat recargar a P'Type en una columna y como se aferraba a él. Sabía que si no lo detenía ahora probablemente haría algo de lo que se arrepentiría después y de lo que probablemente no sería perdonado nunca.

Entró al establecimiento con solo un solo objetivo, tomar a Fiat y largarse de ese lugar.

Así que lo hizo. No le importó las patadas y los gritos que le profirió, ni las absurdas amenazas que sabía que no cumpliría, solamente tenía en mente salvarlo de un destino que él mismo se estaba labrando. Se aseguró de que la encargada del bar supiera de la condición en la que estaban dejando a P'Type, después de todo, el pobre hombre ninguna culpa tenía de ser el capricho actual de Fiat.

Tócame como si me amaras || LeoxFiatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora