Imperio Black || Fred Weasley ~

Pasado: "Pociones"

Los de Slytherin y Gryffindor se encontraban en clases de pociones. Era la primera clase del viernes, por lo que todos estaban muertos de sueño. Ese día les tocaba aprender a preparar la solución para encoger.

-Hoy trabajaran en parejas- les dijo muy serio el profesor Snape- hechas por mi Weasley y Potter- Harry y Ron se habían puestos contentos de tener la posibilidad de trabajar juntos, aunque la alegría no les duró tanto- La pareja que logre primero realizar a la perfección una solución para encoger ganará 20 puntos para su casa.

B estaba sentada junto a Daphne y esperaba que Snape las pusiera juntas a trabajar, aunque sabía que de él no podía esperar nada bueno.

Snape comenzó a dar las parejas a Hermione le tocó con Neville, a Daphne con Crabbe (lo que no le agradaba en nada a la chica, pues Crabbe era un completo idiota en cuanto a pociones se trataba), Ron con Lavander y así sucesivamente hasta que llegó a la última pareja. B comenzó a maldecir internamente antes de que si quiera Snape pudiera decir algo, pues ya sabía con quien le tocaría.

-Y por último Black y Malfoy- decretó Snape, tanto a B como a Draco no les agradó para nada la idea de tener que trabajar juntos.- Tienen hasta el final de la clase y si alguna pareja hace algún tipo de desastre se tendrá que quedar hasta pasada la hora de cenar para limpiarlo.

B se despidió de Daphne y se fue a sentar al lado de Malfoy, ninguno de los dos dijo palabra alguna al llegar la chica y B rogaba internamente para que algún tipo de catástrofe ocurriera en el salón o en el colegio y así no tuviera que aguantar las próximas horas que sabía serían como un infierno. Ambos chicos comenzaron a sacar sus cosas y las fueron ordenando sobre sus mesones sin hablar. Finalmente cuando B hubo ordenado todo su lado del mesón se tomó su pelo largo que llevaba con ondas en una coleta y vio que el profesor Snape se acercaba a ellos.

-Espero los 20 puntos de parte de ustedes- les dijo Snape a Draco y B al llegar a su mesón- De lo contrario ya verán las consecuencias- Snape ocupó un tono de voz tan severo y duro que tanto B como Draco comprendieron que hablaba enserio.

Los primeros minutos luego de que Snape se fue los dos se dedicaron a leer su libro de pociones, ninguno era capaz de tomar la iniciativa ni para hablar ni para comenzar a hacer la poción. Ambos se sentían incómodos con la situación, nunca habían pasado tanto tiempo juntos, ni se habían dirigido tanto la palabra como debían hacer hoy. Para los dos era difícil mantener por tanto tiempo su indiferencia y disgusto para el otro, cuando lo que en verdad estaban sintiendo interiormente era todo lo opuesto.

-Somos los mejores de la clase, no deberíamos tener problemas para hacer la poción- dijo B finalmente tomando la iniciativa, sabía que podía preparar la poción con facilidad, desde chica había leído los libros de pociones de Tonks y muchas veces la había acompañado en sus estudios, por lo que conocía bastante del tema. Y como, además, no le gustaba perder cuando tenía la opción de ganar decidió que, aunque no fuera de su agrado, debía trabajar de buena manera con Draco- Además, casi todos van por mal camino.- Había observado al resto de la clase y casi todas las duplas estaban teniendo problemas con la poción.

-Creo que te olvidas de Granger- le dijo Draco para sorpresa de B, quien creía que si el chico le llegaba a contestar sería para decirle algo pesado. Draco estaba mirando a Hermione y Neville y B se giró para hacer lo mismo, era claro que la chica era quien estaba haciendo casi todo el trabajo.

-Podemos alcanzarla- dijo B después de analizar la situación- Siempre fuimos eficientes cuando trabajábamos juntos- Cuando eran pequeños y solían compartir juntos Draco y B pasaban haciendo maldades y se portaban bastante mal, los padres de Draco culpaban a B del mal comportamiento de su hijo, algo con lo que la abuela de la chica concordaba, razón por la cual era siempre la pequeña la que se llevaba los duros castigos, muchos de los cuales recordaba hasta el día de hoy y de los que él rubio no tenía ni la menor idea.