!𝘒𝘰𝘰𝘬𝘪𝘦, 𝘤á𝘴𝘢𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘱𝘢𝘱á! [TaeKook]

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𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 18: 𝙲𝚘𝚗𝚏𝚞𝚜𝚒𝚘𝚗

Taehyung no lo soportaba.

—Hola lindo~ —Saludo Hyunjin empalagoso y coqueto.

—Buenos días señor Kim—Correspondió al saludo con una reverencia.

—Jungkook que te he dicho de hablarme por usted, solo dime Hyunjin bien— Acaricio su mano.

Y es que aunque vivía con el castaño y se veían la gran pero GRAN parte del día no lo mantenía el 100 porciento seguro.

Jungkook regreso a trabajar a la empresa desde hace más de dos días. Fue recibido con los brazos abiertos por todos.

Y una buena parte de su día era la que se veía con el. Ya que todavía no encontraban a la secretaria o secretario que trabajaria para el.

Apenas se libro de Jin-young para que venga Hyunjin a quitarle a Jeon, claramente no se la haría tan fácil. Está vez si hiba a pelear por el, tenían un pequeño plan

—Secretario Jeon a mi oficina -- interrumpió su conversación. El nombrado asintió y se despidió de Hyunjin.

Con normalidad entró, ya estaba acostumbrado a todo, desde los berrinches de Taehyung cuando no le hacían caso hasta los lloriqueos de cuando algo le sale mal. Ahorita ya nada le sorprendía¿En qué lo puedo-...

Jungkook sintió uno brazos apresar su cintura y un mentón en su hombro, giró su rostro topandose con el de Kim. Abrió bien los ojos. Taehyung le sonrió.

Trato de separarse pero fue en balde, solo logró acercar más sus caras. Pero en qué estaba pensando Kim al hacer eso.

Sus mejillas ardieron en un fuerte sonrojo.—Se-eñor K-kim esta-a muy ce-erca —Tartamudeo.

—Claro que no, o ¿Acaso? ¿Te pone nervioso?—Susurro con la voz más grave de lo normal, Jungkook se estremeció.

—¿Que-e? —Se quedó en shock cuando Taehyung lo acorraló en la pared y descaradamente escondió su cabeza en su cuello. Abrazándolo con posesividad.

La puerta se abrió de un portazo, Tae bufó enojado y se separó. —¿Interrumpo algo? —La voz de su querido primo se escuchó.

No podía tener un momento especial con el castaño porque siempre terminaba cagándola o siendo interrumpida.

—¡No!

—Si —Tae lo jaló de la muñeca, su cara choco con el pecho del pelinegro, cuando el más bajo trato de huir. Chilló por separarse pero no lo logro, Tae lo abrazo más fuerte.

—¿Qué estaban haciendo?—Alzó una ceja.

—Nada que te incumba—La oficina se quedó en silencio, solo miradas filosas en cuerpos contrarios.