Corrí hacia el baño con lágrimas en lo ojos, me miré al espejo, "gorda estúpida, gorda estúpida, gorda estúpida", me miraba con desprecio, "gorda estúpida", las voces gritaban dentro de mi cabeza más de lo que pensé, caen lágrimas, mis piernas y muñecas pican, mi cuerpo pedía cortes, mis demonios volvían otra vez, revisé mi celular, aún estaba mi cuchilla, aquella cuchilla que me acompañó en momentos malos, después de meses sin sentir el filo de mi cuchilla rompiendo la piel, volví a sentir la presión, la piel rompiéndose, la sangre salir de mí cuerpo. Estaba destruida, desecha, rota, ya no podía más, ya no podía.
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Yo. (en edición)
RandomLos cuentos de hadas superan la realidad, no porque digan que los dragones existen, sino porque dicen que pueden ser vencidos...