Frase 67.

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¿Qué pasaría si te suicidaras?
Un día te cansas de la vida, llevas años aguantado y hoy es el día, ya no puedes más.
Escribes una carta pidiendo perdón cuando deberías recibir tú las disculpas por los malos ratos que te han hecho pasar, escribes unas breves excusas y explicaciones para no quedar como otra adolescente loca que solo quiere llamar la atención aunque sinceramente, ya te da igual lo que piensen.
Te tumbas en la bañera con ropa y la llenas de agua caliente, observas a tu cuchilla con cariño, a tu fiel compañera, la que estuvo ahí cuando nadie lo hizo.
Las lágrimas descienden por tus mejillas, silenciosas, y la garganta te duele, pero no es nada comparado con el dolor que llevas en el corazón. Regalas un generoso corte vertical a cada una de tus muñecas, profundos, y las sumerges en el agua.
No sientes nada, el llanto te sale solo, el agua se tiñe de color escarlata y notas como tus fuerzas se van desvaneciendo poco a poco. Repentinamente, pierdes el conocimiento y te golpeas la cabeza con el borde de la bañera, el golpe mortal que acaba con tu vida en un instante.
Pasan las horas, tus padres llegan a casa, enseguida te llaman pero tu voz no les responde, se preocupan, van a tu habitación y no te ven, ni se percatan de la carta, al principio.
Tu padre la ve y se derrumba, leyendo, tu madre grita tu nombre y te busca por toda la casa hasta que te encuentra.
El mundo se le cae a los pies cuando te ve, pálida por el frío, con los ojos cerrados y el agua que contiene casi toda tu sangre.
Es un espectáculo macabro.
Te saca de la bañera, sostiene tu cuerpo inerte mientras llora desconsoladamente, negándose al hecho de que te has ido, llama a la ambulancia pero es demasiado tarde, ya no pueden hacer nada, se confirma la causa de tú muerte: Un golpe en la parte posterior y desangramiento.
Intentan explicarle a tu hermana pequeña que ya no estás y que no volverás, no lo entiende y se enfada, quiere volver a verte, quiere volver a jugar contigo, que la peines, que la hagas bromas.
La noticia vuela entre los familiares y de repente, todos lo lamentan, hasta a la tía segunda de tu prima política que no has visto nunca, todos con falsedad se hacen los afectados y sirven de soporte a tus padres, tus "amigos" lloran cada día, no entienden porqué lo has hecho, tú eras muy feliz, siempre sonreías y te preocupabas por todos, todos les echan las culpas a todos ''Que si tú la criticabas'',''que si tú te aprovechabas", "que si tú te burlabas", se culpabilizan mutuamente pero nada cambia.
Se hacen las víctimas frente a tu familia, montando escenitas de lágrimas y simulando caer en depresión (contándoselo a todo el mundo) para dar lástima.
Pasan meses y nadie entra a tu habitación hasta que un día decide ir tu madre, llora por unos instantes y empieza a despegar los pósters uno a uno, recoge tu mesa, pone tus artículos en cajas, tira las sábanas y peluches que le recuerdan a ti, la ropa la donan, abre un cajón y descubre el escondite de tus cuchillas, las tira todas a la basura mientras se acuerda de la que tú sostenías en la bañera, las paredes las pintan de color rosa.
Tu madre está embarazada.
Llega el bebé y la familia se vuelca en la pequeña niñita que ha llegado a el mundo, tú vas quedando en el pasado, tus "amigos" vuelven a su rutina normal, se han olvidado, no les ha servido de nada, siguen insultando, burlando y criticando a las espaldas.
La casa recibe una alegría y tus padres recuperan la ilusión, tu hermana aún sigue sin entender por qué no vuelves y hace dibujos muy bonitos de las dos juntas que nunca te podrá entregar.
Pero, ¡hey!, el tiempo pasa, tu madre te visitaba a diario a la tumba, ahora ya cuando le apetece, tu hermana se vuelca en la bebé, finalmente, quedan sólo un puñado de fotografias tuyas, la gente se recupera, tarde o temprano, te reemplazan como siempre hicieron, no viviste para ser recordada y no serás recordada por lo que viviste.

Yo. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora