Después del altercado Eve salió completamente furiosa del buffet, por lo que decidió subirse a su carro para manejar directamente a su departamento que se encuentra en la ciudad glamurosa de Nueva York.
Mientras pasaba por las calles repletas de automóviles y llenas de multitud de personas que iban de un lado para el otro. Eve iba manejando a la vez que nivelaba su respiración y suavizaba su ceño fruncido para calmarse poco a poco.
"Me tengo que calmar y no pensar más en aquella mujer tan irritante, lo único que agradezco es que no la volveré a ver, y mejor me pongo a pensar en que necesito prepararme y concentrarme en mi trabajo en el Buffet"
Por otra parte, Eve llego a su departamento, para ir directamente a la ducha y quitarse aquel traje manchado de café, y mientras estaba adentro de su baño pudo notar que su pecho todavía se encontraba un poco rojo por la quemadura del café y no puedo evitar pensar nuevamente en Villanelle.
"No puedo creer como alguien tan bonita pueda tener tan mal carácter que tonta fui al pensar que era un ángel, cuando en realidad... ¡Por dios Eve! Porque estás pensando otra vez en ella"
Eve sacudió un poco su cabeza para alejar aquellos pensamientos, pero a pesar de eso aun podía sentir como un pequeño piquete pinchaba su corazón, algo que le provocó una leve inquietud dentro ella.
Por lo que decidió terminar de bañarse para después ponerse un pijama cómodo e ir directamente a su despacho en donde decidió sentarse enfrente de su escritorio para prender su laptop en la cual reviso algunos documentos que necesitaría y de la misma manera estudio algunos antiguos casos que había ganado anteriormente para poder analizarlos.
Pasado de la medianoche Eve apago su laptop para dirigirse a su habitación que estaba decorada con muebles bastantes elegantes como un sillón de piel color negro y encima de este mismo se encontraban unos cojines blancos que hacían contraste con el sillón, enfrente de este mismo se encontraba una mesa de cristal a una altura un poco por debajo del sillón y encima de esta se encontraban unos libros puestos ordenadamente, y en frente del sillón se encontraba la cama pegada a la pared, y a los lados de esta misma se encontraban dos mesas de noche color negras y encima de ellas se encontraban dos lamparas.La habitación se caracterizaba por tener dos grandes vidríales en la parte de enfrente y en el lado izquierdo, para dar a una terraza que tenía el mismo departamento, los colores del piso y las paredes eran de colores oscuros que combinaban perfectamente con todos los objetos de la habitación.
Eve simplemente suspiro cansada y se acostó en su cama para después apagar las luces y dar por finalizado este día tan más raro y agotador.
A la mañana siguiente mientras el sol apenas se asomaba Eve abrió sus ojos a la vez que se levantaba.
Esta vez Eve opto por un traje de corte ingles que se acentuaba perfectamente a su cuerpo bien esculpido, el traje era de un color negro pero las solapas de este mismo eran de un hermoso gris, una playera blanca, un chaleco gris y una corbata del mismo color que combinaba perfectamente con el chaleco y las solapas del traje, eligiendo también unos tacones altos igualmente negros y un pañuelo gris, haciéndola lucir totalmente despampanante con ese atuendo tan exquisito. Provocando más de un suspiro si alguien la observara ahora mismo.
Al terminar de maquillarse y arreglar su cabello en una coleta alta, Eve se dirigió a su despacho para recoger su maletín, para luego bajar al estacionamiento del conjunto de departamentos y subirse a su automóvil, además noto que llegaría exactamente unos minutos antes de la hora acordada.
Pero lo que no imaginaba Eve es que las cosas muy rara vez salen como uno quiere, tal vez todo ya estaba escrito por el destino y solo estaba poniendo en práctica su jugada sobre ella y Villanelle.
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Las reinas son atraídas por el sufrimiento
Ngẫu nhiênEsta nueva historia se desarrollará en la deslumbrante ciudad de Nueva York, para ser más exactos en la firma de bogados mas prestigiosa de todo Estados Unidos, pero ante todo este glamur y peleas intelectuales, van a surgir dudas desde del corazón...