Amor entre letras 19

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Capítulo 19

La indignación de Miranda alcanzó límites inimaginables. Lógicamente al no haber una parte acusadora, Nate salió de la dirección con aire triunfante y Miranda solo podía imaginar su cara con esa media sonrisa estúpida. Su molestia con Nate era clara y profunda, pero su disgusto con Andrea iba mucho más allá.

Emily estaba realmente asombrada. ¿Había sido cierto? ¿Andrea en verdad defendió a Nate? Jamás imaginaría que sería de ese porcentaje que prefería dar lugar al opresor. Quería tomarla de los hombros y sacudirla con fuerza para ver si las desconexiones en su cerebro se ajustaban.

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Solo faltaba la última hora de clases. Miranda era la encargada de la última hora en el salón de Andrea y habían pasado 10 minutos desde el campanazo y aun no llegaba. Era algo bastante raro, no había un ser más puntual que Miranda Priestly.

-Miranda estaba a poco de votar fuego por la boca. -Murmuró Emily a Andrea teniendo su asiento cerca al de ella. -Y con razón. No entiendo por qué preferiste darle el lado a Nate. Es un maldito y merece un castigo. Mira las marcas que traes en los brazos.

Andrea se pasó suavemente los dedos por las marcas en los antebrazos y suspiró mirando hacia el piso.

-Yo tampoco tenía el derecho de dejar todo así como así. Él merecía algo mejor.

-Un hombre capaz de maltratar a una mujer no merece nada. No puedo creer lo que acabas de responder. Cualquier mujer, cualquier persona puede cortar una relación en la que no se siente bien y no tiene que dar ninguna explicación. Siento ganas de extirparle los testículos de una patada.

-Es mi decisión, Mily. No quiero perjudicarlo. Ya falta poco, muy poco para la graduación eso no sería justo y bueno, no pasó a mayores. Estoy sana y salva.


-Porque llegué yo. ¿Y si no se me da la idea de pasar por ahí? ¿Y si pasaba más tiempo y tú estabas ahí a solas con esa bestia?

-Pero llegaste. Me ayudaste y ahora estoy bien. Por favor, dejemos ese tema a un lado. No quiero saber de Nate, recordar lo que me hizo o pensar en la cara de Mira...

-Buenas tardes.

La voz gélida de Miranda resonó en la estancia, interrumpiendo las palabras de Andrea.
Emily rodó su silla a su puesto y Andrea escondió su rostro entre las manos. Quería hacer un hoyo en el suelo del salón y lanzarse por él para desaparecer. Miranda entró con su natural estilo sensual de caminar y se sentó en la silla tras su escritorio, dejó su bolsa sobre este y sacó un par de libros de una gaveta.

- Tuve una reunión extraordinaria con el coordinador. Hubo un pequeño problema con la papelería de hoy y tuve que estar presente. -miró el reloj negro en su muñeca y luego miró hacia algún punto fijo de la pared del fondo- queda poco menos de 40 minutos para que nuestra hora acabe y supongo que no es suficiente para que analicen el texto del día de hoy y resuelvan las preguntas de rutina.

Muchos chicos comenzaron a abuchear y algunos suspiros largos se percibieron en el aula. Miranda los calló de una mirada y se levantó para caminar lentamente en dirección a la salida y luego se devolvía.

-Claramente no es tiempo suficiente. Por eso utilizaremos el tiempo que resta para socializar lo de nuestra salida de campo prevista para el viernes. Como ya sabrán, deben firmar los documentos y libremente decidir si irán o no. Es una salida que realizan cada año y este, como lotería, les tocará el viaje conmigo. El director desea que aproveche al máximo este último año que tendrán. Se adelantó la fecha porque sabemos que tendrán demasiados pendientes por lo de la graduación. -comentó con tono monótono y luego siguió- Serán solo dos días. El lunes en la mañana ya estaríamos de vuelta. ¿Hay alguna duda, alguna pregunta que tengan al respecto?

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