Tras su relato, papá respiró hondo concluyendo con una reflexión.
—Saben, llegué a pensar que así como su abuelo, mis padres también podrían cambiar su carácter y modo de ver las cosas quedando encantados con su nieto y sus nietas cuando las conocieran, pero... se tomaron muy en serio eso de cortar todo contacto conmigo, pues a lo largo de estos años nunca lo hicieron y no es que yo pusiese tampoco mucho esfuerzo en conseguirlo. Shirley era la única que me hablaba, pero nunca me explicaba la reacción que mis padres tuvieron cuando mi familia o yo salíamos en sus conversaciones.
—Hasta ahora —Luan concluyó.
Todos nos sumimos en un silencio como nunca antes lo hayamos hecho. Era mucho qué procesar. Mamá y papá... ¿primos? ¿Esto realmente estaba sucediendo? Me sentí de pronto extraño, como si algo anduviera mal en mí. Creo que mis hermanas pensaban del mismo modo a juzgar por el modo en que se abrazaban a sí mismas, o como Lola se veía las manos, quizás buscando algo, una imperfección que nunca antes había notado y sería a consecuencia que sus padres fuesen primos entre sí.
Todos menos Lisa. Si bien parecía como nosotros sorprendida por el relato en sí, el impacto no parecía surtir tanto efecto en ella.
—¿Tu lo sabías?
Le preguntó Lucy al notarlo también, el resto de mis hermanas la miraron consternadas, incluso papá lo hizo con cierto nerviosismo. Leni se debatía entre reprendernos para que la dejásemos en paz, pero la curiosidad por saberlo la venció y como nosotros, sólo se quedó observándola. Lisa abrió y cerró la boca varias veces antes de animarse a hablar.
—Hace tiempo cuando estudiaba las bases de la genética... al inicio comencé tomando muestras de plantas, pero seguí con nuestras mascotas... al señor Grouse y algunos compañeros de mi salón y...
—¿Nosotros? —Lana le preguntó apenas indignada como el resto.
—Ustedes, pero... cuando tomé muestras de mamá y papá... noté ciertas coincidencias que no pude dejar pasar desapercibidas en sus patrones genéticos.
Papá con un hilo de voz, le habló.
—Tu madre y yo nunca nos animamos a hacernos esa clase de estudios comparativos por... miedo. Lisa, ¿qué tan amplia era esa coincidencia?
Lisa jugó con sus manos incapaz de ver a papá a la cara al responderle.
—No tanta como la que hay entre Lincoln y nosotras, pero si la suficiente como para que no descartara un parentesco que creía medianamente distanciado entre ambos. La teoría acerca que podrían ser primos lejanos con genes predominantes con el desconocimiento de esto, siempre la tuve presente, sin imaginarme nunca que... en realidad fueron conscientes de ello todo este tiempo.
—¿Por qué nunca nos lo dijiste? —La acusó Lynn.
—¿Por qué tendría que hacerlo? No se trataba de una pareja próxima a casarse, sino de nuestros padres casados desde hace veinte años con once hijos. ¿Cuál era el punto de contárselos a estas alturas?
Tuvimos que concederle esa. La mano de Luan se cerró sobre el hombro de papá. Este se volvió a verla con culpa.
—¿Tanto amabas a mamá que no te importó tenernos? ¿Qué es lo que somos exactamente? ¿Acaso somos... monstruos?
Luan se deshizo en llanto y papá se puso de pie para abrazarla contra su pecho, acariciando su cabello en un intento de reconfortarla.
—No digas eso, cariño —sin soltarla, se volvió hacia nosotros—. Nadie aquí es un monstruo. Todos ustedes son el fruto del amor de dos personas que ignoraron su sangre, por prestar más atención a sus corazones. Recuerden eso. Lincoln, chicas, cada uno de ustedes es especial a su manera, ya sea por sus talentos o su modo de ser. Su sangre no los define más allá que somos familia y como tal tenemos que permanecer unida. Porque sí saben lo que somos, ¿verdad?
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Conejos en el Ático
FanficUn fanfiction de The Loud House, así como una adaptación libre de uno de mis libros favoritos y de una de las novelas más famosas de la autora V. C. Andrews.