Capítulo 1

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Natsu y Lucy siempre han sido mejores amigos. Al ser, ambos, hijos de dos de las familias más ricas de la ciudad, su relación desde pequeños siempre fue la mejor. Como de costumbre, la rubia obligó al problemático chico a ir a su casa para realizar los deberes, siempre haciendo el papel de madre preocupada. Así que ahora mismo estaban sentados en el frío suelo de su habitación, con montones de libretas y libros alrededor.

Natsu no sabía que hacer, se encontraba en una gran encrucijada con sus nuevos sentimentos, él nunca supo cómo llevar las declaraciones de las chicas, pero ahora era él el rechazado, quien era ignorado y la verdad no sentía bien. No sabía que debía hacer, no sabía a dónde dirigirse, no sabía nada, estaba perdido. La persona que lo ayudaba a encontrar el camino siempre era su mejor amiga, debía armarse de valor y contarle, tal vez ella pudiera ayudarlo.

—Lucy —llamó sin apartar la vista de si cuaderno. La rubia mordió un lapicero para mirarlo —, creo que estoy enamorado.

Ella no dijo nada, tan sólo fantaseó a lo grande tras escucharlo confesar aquello. Su mente viajó por miles de posibles futuros en los cuales él se casaba y ella era dama de honor, por supuesto que tomaría cartas en el asunto. Nunca, en toda la vida, había escuchado tales palabras de su mejor amigo, Natsu nunca fue un hombre de relaciones, aunque siempre había sido popular con las chicas, él nunca parecía interesado por ellas.

—¿Lucy? —interrgó Natsu para hacer señas con sus manos frente a los ojos de la rubia, llevaba dos minutos en trance —, ¿estas ahí?

Ella movió la cabeza rápidamente para mandar a volar esos pensamientos, debía centrarse —. Si, si, ¿qué decías?

—Que necesito ayuda —el pelirrosa revolvió algunos de sus cabellos avergonzado.

—¿Ya le dijiste cómo te sentías? —la chica sonrió como boba al verlo sonrojarse.

—Si, pero no salió bien —recordó entre dientes.

—Eso es porque seguramente fuiste muy rudo —infló un cachete, sintió pena por esa pobre mujer, le había tocado un chico tosco y menso —, no te preocupes, yo te ayudaré.

—Eso pensé.

—¿Pensaste? —interrogó dubitativa con una gran sonrisa —, vaya que el amor te ha cambiado.

Natsu levantó un dedo para contestarle, pero la verdad, aunque sabía que seguramente se trataba de un insulto, no lo entendió —, que raro es esto.

—¿Cómo se conocieron? ¿Quién fue el primero en hablar? ¿Cómo se llama? ¿Cómo te diste cuenta de que te gusta? —una cuestión detrás de la otra sin dar tiempo al varón para procesar ninguna.

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Llovía; del cielo caían incontables lágrimas, parecía que las nubes absorbían la tristeza que envolvía su alma para liberarla como gotas de agua. El clima era perfecto para un día como ese.

Natsu se encontraba sentado en una de las gradas del gran estadio de fútbol del Instituto, mojándose, la lluvia lo empapaba sin clemencia, pero la verdad eso no le importaba. El chico mantenía su cabeza gacha y sus ojos cerrados, mientras pensaba en todo lo anterior dicho.

Hoy era uno de esos cotidianos días en los que se volvió a envolver en una pelea, de la cual salió victorioso fácilmente, esta vez había dejado a su oponente en bastante mal estado, ganándose de este modo una pasantía a la dirección. Todos en la escuela parecían tenerle miedo, murmuraban cosas a sus espaldas, inclusive las chicas que siempre se le declaraban pensaban que era un monstruo y por eso lo veían atractivo, el chico malo, eso era.

De repente la lluvia se detuvo. Natsu alzó la vista para encontrar una sombrilla sobre su cabeza, era de un color azul claro, giró su rostro buscando al dueño o dueña, y encontró una muchacha que jamás había visto, o si lo había hecho pero no le había prestado atención y la había olvidado.

Era una jovencita bastante común, tenía el cabello corto, a la altura de los hombros, ligeramente ondeado; portaba también unos tiernos y profundos ojos color miel; de altura mediana y cuerpo bastante normal, no tenía nada especial, una estudiante japonesa promedio, pero ella le sonría sinceramente, tantas emociones en su rostro, tan indescriptible la forma en que lo mirada.

—¿Qué hace el chico más polémico de la preparatoria sólo? —cuestinó, estaba medianamente agachada para poder mantener la sombrilla sobre Natsu.

—Pensando con quién pelearé mañana —contestó aparentando normalidad, no pensaba contarle a una desconocida sus problemas.

—Ya veo.

Sin pedir permiso y con total autoridad, ella tomó asiento a su lado. Mirando al frente y sin dejar de sonreír, permaneció en silencio.

Pasaron unos largos minutos, la lluvia sólo parecía ir a peor, caía un aguacero que los envolvió a ambos, mojándolos de este modo, aunque tenían una sombrilla, de poco sirvió.

Natsu la miró después de un tiempo, ella observaba las molestas gotas con entusiasmo, como si hubiera algo interesante en ellas.

—¿Qué haces? —se atrevió a preguntar después de un tiempo.

—No pienso dejar solo a alguien cuando algo lo molesta o le duele —contestó para posar esos lindos ojos sobre los de él. La expresión de duda del chico ante lo anteriormente mencionado la hizo reír por lo bajo —. Puedo entenderlo, te preocupa que todos te tengan miedo.

—Esas cosas no me preocupan —fingió indiferencia y maldeció por lo bajo a la castaña, ¿era alguna especie de bruja?

—"Una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad" —citó para soltar la sombrilla, el fuerte viento la envío lejos —, has comenzado a creerte que tus manos sólo sirven para golpear —las tomó para sonreír —, pero yo estaba ahí, yo vi como defendiste a ese pobre e intimidado chico, soy testigo de la rapidez con la que reaccionaste a tal injusticia. Tus manos también son para proteger.

Natsu trató de esconder su asombro, pero le fue imposible, no sabía que alguien observaba a lo lejos la escena de esa mañana. Ah, entonces había alguien que sabía que él no se metía en problemas solo porque fuera satisfactorio, lo hacía para proteger a los suyos.

—Nombre —pidió sin dejar de mirarla.

—Veronika, Veronika Still.

—Veronika... —el pelirrosa se puso en pie para sonreír ampliamente, como solía hacer —, me gustas.

La chica abrió sus ojos de par en par y la incredulidad se apoderó de su rostro. Espera, ¿qué?








Palabras del autor:

Recordar que esta es una historia totalmente pendeja y que lo que está a punto de pasar es con el objetivo de divertir, claro está, mantenimiento el romance entre los protas.

Primer capítulo de cinco, vota y comenta que te ha parecido para que esto llegue a más personas ~(˘▽˘~)(~˘▽˘)~

Lean comiendo palomitas ( ̄ω ̄)🍿

~Sora

Flores para ti •|Natsu Dragneel|• ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora