Capítulo III: "fuegos artificiales"

122 6 2
                                    

Capítulo III: "Fuegos artificiales"

Verano, una de las épocas más hermosas del año. Se sitúa entre el otoño y la primavera, generando una sensación placentera para cualquiera. Para muchos el verano es perfecto para salir; ya sea a la montaña, a un balneario, o ir a la playa, para otros tal vez leer, jugar o salir con sus compañeros. Para algunos como yo... Es perfecto para quedarse bajo la sombra del árbol que está en el patio de su casa.

Ahh... Me hubiera gustado ir a algún lado. Lara se fue a pasar el veranos con mis abuelos y mi madre... Bueno, ella ha tenido que salir por un viaje de negocios; y yo... Estoy aquí, recostado sobre el suelo y mirando las hojas de mi árbol; el viento sopla, tira alguna que otra hoja. Si comparara mi vida con las hojas que se han caído... Yo sería una hoja más.

Cierro mis ojos por un momento; no sé cuál es la razón de mi estado ahora, no lo sé, y me gustaría saberlo.

-¡Nick!-escucho una voz, abro los ojos. Veo la cara de Alice frente a la mía; la sangre se me sube hasta las mejillas.

-A-Alice-titubeo, sonríe, se acuesta en el pasto a mi lado. Me rodea con su brazo... El corazón me está latiendo muy fuerte, creo que hasta ella puede oír mis latidos. Recarga su cara en mi pecho.

-vayamos adentro-la miro detenidamente, es tan linda.

-claro-nos ponemos de pie y entramos a la casa-¿no gustas algo de beber?-niega con la cabeza.

-Nick, hay algo que tengo que decirte-agacha la mirada; toma asiento en un sillón, hago lo mismo.

En este preciso instante; en el que nuestras miradas se han encontrado, me gustaría poder decirle lo que siento; dejar de mentir pero... Podría arruinarlo todo, absolutamente todo. Una palabra bastaría para que todo se vaya a la ruina.

-Nick yo... Quería decirte algo pero... No sé si tú también compartes el mismo pensamiento-se muerde el labio inferior, su cara se torna un tanto roja-Me...-inhala bruscamente- Me gustas-... ¿Existirán las palabras? Si las hay, no creo que ninguna sea suficiente para expresar mi felicidad.

-¿por qué dices eso?-pregunto inconscientemente.

-me estoy preparando para una escena de una obra de teatro con la que batallo mucho-encoge los hombros a modo de disculpa. Se escuchó tan real.

-Hoy habrá un festival-digo-¿te gustaría ir conmigo?-Soy el "rey tonto". No sé cómo fui capaz de creerme una broma como esa.

-¡claro! Todo lo que tú quieras o desees, intentaré cumplirlo-sonríe. Entonces... ¿Me amarías?, ¿crees ser capaz de amarme?

Y así nos quedamos, en un absoluto silencio... No me creo... No me creo el poder ser tan ingenuo.

Agacho la mirada; no debo llorar, sería demasiado tonto, tanto como yo. Una lágrima cae, mojando mis manos.

-¿qué pasa?-se acerca a mí; toma mis manos entre las suyas, acerca su rostro al mío.

-¿me quieres?-pregunto de la nada. Sé que no debería haber preguntado esto pero... Yo quiero saber si por los menos ella siente algo por mí.

-Claro-no duda ni un segundo en responderme. Mi cara se torna de un color carmesí.

-¿eso es cierto?-sonríe, se inclina un poco más...

-¿sabes? Desde hace tiempo me gustas y... He estado esperando este momento-inhala y exhala. Me da un pequeño beso en la comisura de los labios. El corazón me late con fuerza...

-¿p...puedo confiar en tus palabras?-titubeo un poco, pega su cara a mi pecho.

-claro que sí, no debes dudar de mí en ningún momento; pero si lo haces, te darás cuenta de que soy como una hoja del otoño-¿hoja de otoño?

Las hojas de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora