{Krystal}
Caminé sin fuerzas hacia el baño. Cada paso pesaba. Cada paso dolía. Dolía lo difícil que era hacerlo. No quería ver la realidad. Mi vista se dirigió a mis piernas que se movían con pereza.
Asco.
Cada que veía una parte de mi cuerpo sentía asco automático. En especial en mis poco estéticas piernas.
Abrí la puerta vagamente y me adentré en el baño. Tras encender la luz pude apreciar mi reflejo de cintura para arriba en el espejo. Nuevamente sentí ese familiar asco. Mi maltratado y rosado cabello estaba sujeto en una tirante y desarmada coleta en la parte superior de mi cabeza. Totalmente despeinada. Mis ojos cafés eran adornados por manchas negras y grisáceas a sus al rededores. No solo maquillaje corrido también ojeras por simplemente no haber dormido. Levemente se marcaban mis clavículas hacia la superficie rozando las finas tiras alrededor de mis hombros del top que llevaba. Contuve la respiración y observé como se marcaban un poco más esos huesos. Exhalé y mi pecho se desinfló.
Abrí el grifo de agua fría y tras acunar en mis manos la mayor cantidad de agua posible hundí mi cara entre estas y froté mis ojos. Tenía que dejar de estar tan dormida de algún modo.
Mi vista ahora un poco más clara y menos borrosa se clavó sobre la transparente tabla. Mi pesadilla. Una de las cosas que me hacía extrañamente feliz a veces y condenadamente triste casi siempre.
Tan frágil pero podía soportar mi peso una vez que mis pies estuvieron sobre ella. Espere viendo como los números electrónicos aumentaban velozmente. Indecisos. Poniéndome los pelos de punta.
40 Kg anunció finalmente.
Sonreí satisfecha.
Pero volvió a cambiar, aumentando y aumentando los números sin control.
Miré mi cuerpo. No podía ver mis piernas debido a la enorme barriga que ahora poseía. Me giré y observé en el espejo mi cara regordeta y mis brazos ahora hinchados de grasa.
Grité.
Grité y pataleé. Ahora recostada sobre una ligeramente acolchada superficie. Abrí mis ojos encontrándome cara a cara con Jinri mi compañera de tienda de este estúpido campamento que me miraba con preocupación.
-¿Oye estás bien? -preguntó.
¡Había sido una maldita pesadilla! Con mis manos palpé mi cara y noté que no estaba como en mi distorsionada imaginación. Suspiré aliviada.
-Una pesadilla -fue mi respuesta y ella sonrió como la había visto hacerlo mínimo unas quinientas veces en los tres días que ya llevábamos de campamento.
...
Cuarto día de campamento. Tras la pesadilla no pude permitir a mi cuerpo comer más que aire a lo largo del día. Observé en la lejanía como Sehun y mi precioso Luhan corrían carreras sobre la húmeda arena, cerca de la orilla de playa. Disimuladamente tomé unas cuantas fotos de él.
-¡Krystal! -escuché la particular y gritona voz de Chanyeol llamándome giré mi rostro y lo observé.
-¿Qué quieres? -pregunté fría y sin emoción alguna.
-Con Baekhyun hemos traído un pequeño pero potente equipo de música y bastante alcohol para montar una fiesta esta última noche. Somos expertos en cuanto eso, ¡no sabes la que hemos hecho a principio de año...
-¿Puedes ir al punto? ¿Qué es lo que quieres? -interrumpí sin preámbulos.
- Podrías unirte, y como conoces bastante a ese par de depresivas -dijo haciendo referencia Hae y Bin- podrías convencerlas de que vengan también, las hemos visto muy mal.
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Empty lies «hunhan»
RomanceSehun y Luhan han sido mejores amigos desde hace años pero no fue hasta el último año de secundaria que comenzaron a notar que se sentían diferentes entre ellos. Esos nuevos sentimientos son reprimidos por mentiras vacías, absurdas y sin sentido que...