Nada es como lo ves (Harry, Niall & tú)~IBGH

Capitulo #11

Narra _________:

Hoy es mi cumpleaños, he despertado muy asustada ya que mi hermoso papa llego gritando que había un incendio, que tonto, al ver mi reacción se hecho a reír.

-Feliz cumpleaños, ________- me dice cuando termina de reírse.

-¡Tonto!- grito, tapándome con las sabanas.

-Levántate hijita- y cuando me destapo él está parado junto a mi cama con un pequeño pastel, que tierno de su parte.

Me levante, cerré mis ojos pensando en los 3 deseos, no puedo decir lo que he pedido, pero sonrió al pedir el 3er deseo, “Harry” suena en mi mente, apago las velas. Mi papa se fue a la cocina con el pastel, mientras yo me iba a bañar. Cuando termino de ducharme me dirijo a mi habitación y en la cama hay una caja con un listón rosado, lo abro, dios, un hermoso vestido color turquesa y aun lado del vestido habían unos bellos tacones a conjunto. Decido que con esto iré a la cita, así que me puse lo primero que encontré; ya que faltaba mucho para la cita, no tenía prisa en arreglarme; y fui a comer pastel.

Mientras comíamos le dije a mi papá:

-Gracias por el vestido.

-De nada, mi princesa.

-Papá, un amigo que anda de paso por aquí me invito a salir hoy, ¿podría?

-Claro, ya eres mayor de edad, además hay un problema en la oficina y debo ir a solucionarlo.

-Gracias papito hermoso- y me lanzo hacia él y le beso la mejilla.

Son las 1:59pm cuando tocan la bocina, que puntual, le dije que a las 2 pero qué más da. Me he puesto el vestido y tacones que me ha dado mi papa, para mi suerte me ha quedado de maravilla. Cuando salgo Harry esta esperándome apoyado en el auto, luce una camisa azul y unos vaqueros negros ajustados, esta como para comérselo, otra vez. Al verme se le ilumina la cara, con cada paso que doy siento que mi corazón estallara, llego a él y le dedico una sonrisa esplendida.

-Hola, hermosa.

-Hola, Harry- digo, sonrojándome por el cumplido. Siento que jamás me acostumbraré a que me trate de esa manera, el único que me trata así es mi papá.

Me abre la puerta del auto y entro lo más cuidadosa posible, no quiero que se me vea nada. El rodea el auto con mucha elegancia, seguro de sí mismo; bueno, no debería sentirse tan seguro con ese pequeño trasero, jajá; me rio para mis adentros. Y en ese momento me vengo a dar cuenta de que tiene tatuajes en el brazo, no debería siendo profesor, pero cada uno con sus gustos ¿no? Entra al auto y me queda mirando.

-¿A dónde quieres ir?- me pregunta. Me sorprendo, generalmente los hombres ya tienen todo planeado.

-¿No me digas que no has pensado donde llevarme?

-Claro que lo he pensado, linda. Entonces ¿vamos?

-Vamos.

Al partir pasaron unos minutos en un silencio realmente incomodo, no sé si romper con ese silencio o tan solo quedarme callada. Siento que me mira de reojo, lo miro y él me dedica una sonrisa de medio lado, que sexy.

-Y ¿adónde me llevaras?- digo rompiendo con el silencio.

-A un restaurant, en el cual mis padres me llevaban de pequeño.

-¿Vivías aquí?- digo, algo sorprendida.

-Si, después me mude para estudiar y después me mude otra vez para trabajar.

-y ¿tus padres?

-¿Qué paso con ellos? –dice, frunciendo el ceño.

-¿Aun viven aquí?