Nada es como lo ves (Harry, Niall & tú)~IBGH

Capitulo #5

Desperté, comencé a estirarme con los ojos cerrados, y cuando los abrí salte de la cama asustadísima, no sabía dónde estaba y porque estaba aquí, mire por todos lados y no había rastros de alguien, me dirigí a una puerta y era el baño, entre lo más rápido posible y me mire al espejo, estaba horrible, tenía  todo el rímel corrido y mi aliento era asqueroso; me lave la cara y trate de sacarme la pintura de los ojos, lo logre y me eche un chorrito de pasta dental en un dedo, trate de lavarme como pude, me quede mirando en el espejo, tratando de recordar algo de lo que sucedió ayer en la noche, recuerdo haber bailado y bebido demasiado y mi último recuerdo fue… Harry. No puedo creerlo he dormido en la casa de Harry y ¿Quién sabe lo que me hizo o pudo hacerme? Salgo lo mas silenciosa posible del baño, trato de buscar mis tacones pero se me viene a la mente que los he perdido, salgo de la habitación y me dirijo por un pasillo, llego a una hermosa sala, se veía lo bastante hogareña, a mi parecer era muy hermosa, al lado de ella está una mesa para unas 8 personas y había una puerta cerca de ella, trate de no hacer el mas mínimo sonido, pero cuando voy caminando de puntas a la puerta, volteo un poco la cabeza y Harry esta en uno de los sofás durmiendo como un angelito, me atreví a acercarme a él, estaba tapado del torso hacia abajo; iba sin camisa, podía ver sus fuertes y exquisitos pectorales, estire la mano y le acaricie la cara, al sentir el tacto de su suave piel, él se removió inquieto en el sofá, y de un momento a otro abre sus hermosos ojos y me mira espantado. Y yo quedo ahí como una idiota, sin saber que decir o hacer.

Me aleje intentando disimular lo cohibida que estaba, el se inclino y miro el reloj, puso cara de preocupado.

-Dios, tan tarde es…- dice con voz ronca, mientras mandaba un bostezo. ¿De qué se preocupaba si era día domingo?

-¿Qué hago aquí?- me atrevo a decir.

Se pone de pie, se coloca una camisa que tenía en un sillón, y se acerca a mí lo más sensual que pudo, podía ver sus músculos, ya que traía la camisa desabrochada por completo.

-Habías bebido demasiado, nos pusimos a hablar, tú te estabas quedando dormida delante de mí, le dije a tu amiga que te llevaría a casa y ella solo asintió…-me dijo con un tono tan serio, pareciera que ya hubiera pensado exactamente lo que me diría como si lo hubiera ensayado, hubo un momento en que se sonrojo, y logro decir- pero lo que ella no sabía es que te traería a mi casa.

Se me ha helado la piel por completo, ¿Por qué me quiere aquí, en su casa? ¿Qué me hará? ¿Dejara que me vaya?

-Y ¿Por qué me ha traído a su casa? –logro decir.                  

-Porque no creo que a tu mama le hubiera gustado verte hecha un desastre… Además quería hablar algo contigo, pero como te has quedado dormida no pude.- cada vez se acercaba mas, y cada vez tenía más miedo.

-¿Sobre qué?- dije en un tono lo más serio que pude, creo que mi miedo era evidente.

-Que estos últimos meses ni siquiera en clases me has mirado o hablado.

Lo dice como si fuéramos amigos o algo mas, nos hablamos solo una vez y ya quiere que ande con el por todos lados, DIOS, es un profesor, ¿Qué mierda es lo que quiere de mi?

-Pero ¿Qué es lo que quiere?, solo nos hablamos una vez y en clases respondía a todo lo que usted me preguntaba, hacia todas mis tareas… a mi parecer creo que eso es suficiente entre un profesor y alumna.

-Pero… -me dice mientras da un paso más, esta vez esta enfrente mío- debo admitir algo, no me interesa que seas una alumna o que hagas todas tus tareas, desde que pase a golpearte en el pasillo, he querido estar a esta distancia de ti, tocar tu mejilla –me dice mientras tocaba mi mejilla con las yemas de sus largos dedos, y yo como una boba cerré los ojos para gozar de la sensación- como lo estoy haciendo ahora, y desde luego he querido hacer esto.- Abro los ojos , y veo que se abalanza sobre mí, y me empuja a la pared. Antes que me dé cuenta, me sujeta las dos muñecas con una mano, me las levanta por encima de la cabeza y me inmoviliza contra la pared con las caderas, Dios mío. Con la otra mano tira un poco de mi pelo para levantar la cabeza y me da un apasionado beso, me suelta las manos y comienza a descender por mi espalda hasta mi trasero, me levanta y hace que rodee las piernas en su cintura, yo rodeo los brazos en su cuello y lo beso con la misma pasión, me siento como en las nubes. Comienza a caminar, se sienta en el sillón; dejándome sobre él, siento su erección rozándome la entrepierna, madre mía, lo que siento no es para nada pequeño; me separo lentamente de él, ambos con la respiración acelerada.

-Espera, tengo que decirte algo…- digo jadeando de deseo.