Todo estará bien, mientras te quedes a mi lado - (Traducción Supercorp)

Capítulo 44: Revelaciones de medianoche

Lena estaba aburrida, socialmente agotada y no quería nada más que encontrar a su encantadora prometida y acurrucarse con ella en la cama. Desafortunadamente, Kara había desaparecido mágicamente en el aire con solo cinco minutos antes de la hora de salida acordada. La última vez que Lena la había visto, había estado bailando con Mick Snart, momento en el que Oliver se había acercado a Lena para tener una conversación tranquila de trivialidad sin sentido que eludía los grandes temas y ninguno de los dos era lo suficientemente valiente como para expresarlo, desviando completamente su atención de Kara.

Su relación con Oliver era extraña; Lena dudaba en llamarla amistad, pero un término menor no le haría justicia. Eran las caras opuestas de una misma moneda: similares en su comportamiento y obligados a experimentar traumas que se repetían. Se entendían porque los cruces que habían sufrido eran muy parecidos.

Lena siempre tenía tiempo para Oliver y no se arrepentía de haber entablado una conversación sin sentido con él, pero mientras esquivaba con elegancia a los suplicantes de última hora, deseaba que Oliver no hubiera necesitado crearse un zumbido adecuado antes de acercarse a ella; eso habría significado que la buscara antes en la noche y no cuando estaba a pocos minutos de escapar con su amor.

Fue Iris West la que resultó ser su salvadora, como era de esperar; Lena era de la opinión de que si alguna vez tenía que entregar su corona a alguien sin previo aviso, probablemente elegiría a la increíblemente valiente y absolutamente inspiradora Iris West. Iris se acercó amablemente a ella, con la cabeza inclinada, y murmuró que había visto a Kara salir a tomar el aire. Lena le agradeció la información y le guiñó un ojo comprensivo antes de que Iris girara sobre sus talones y agarrara a su marido, empujándolo a un exuberante baile para crear una distracción adecuada para que Lena pudiera salir del salón de baile sin el habitual alboroto.

Encontró a Kara sentada en un banco de piedra escondido detrás de un seto en los jardines. "¿Kara?" Lena llamó en voz baja, tratando de no tomar a la rubia por sorpresa, pero fracasando si la brusca sacudida de la cabeza de Kara era algo a tener en cuenta. "¿Todo bien?" inquirió Lena, preocupada por el profundo pliegue de la frente de Kara y su firme ceño fruncido.

"Bien". Kara respondió rápidamente, demasiado rápidamente en opinión de Lena.

Lena frunció los labios pero no presionó, moviéndose para sentarse al lado de su prometida y dejando que el silencio de la noche se asentara sobre ellas.

"Las pelotas están sobrevaloradas". Kara finalmente declaró en la quietud.

"Lo sé, por eso prefiero a las mujeres". Lena replicó provocando que Kara soltara una carcajada de sorpresa y que finalmente volviera ese brillo familiar a sus ojos azules. La preocupación de Lena se aligeró ante eso, su postura siempre impecable se relajó mientras se envolvía cuidadosamente con los brazos para protegerse del frío de la noche, sin miedo a mostrar debilidad en compañía de Kara.

Inmediatamente, Kara se quitó la chaqueta y la pasó por los hombros de Lena, envolviendo al monarca en su familiar calor y aroma.

"Mucho". Respondió Lena, presionando un beso de agradecimiento en la mejilla de Kara. "¿Has pasado una buena noche?"

"Sí..." Kara respondió, su expresión revoloteando a través de un conjunto de emociones positivas y negativas que Lena no podía esperar seguir.

"¿Qué te pareció el Rey Duque?" Preguntó Lena; la capacidad de Kara para arrancarle una risa al melancólico soltero fue la comidilla de toda la noche.

Kara suspiró, rodeando con un brazo la cintura de Lena y guiándola suavemente para que se acurrucara a su lado mientras murmuraba: "Triste".

"¿Triste?" repitió Lena lentamente.