Capítulo II.

7 0 0
                                    

No puedes huir de un buen libro
Así ¿Te haga mal?

Estoy vestido y bien arreglado para la noche. Un pantalón negro, una camisa verde con blanco y unas adidas blancas. Quiero llegar ya al restaurante, desde el accidente he querido hacer tantas cosas para no perderme nada de la vida... No cosas arriesgadas como saltar de un avión o bucear con tiburones. Solo no perderme algunos placeres y mi madre siempre habla muy bien de los mariscos, así que tengo que probarlos.

Nath no esta muy segura pero le encanta salir con nosotros. Puedo hacer cualquier tipo de plan y ella se animaría. Con tal de salir un rato con nosotros y despejar la mente.

Mientras me peinaba un poco el celular sonó por un mensaje. "Yo llevo a Nath, esperanos en la reservación" Es de Ash "Listo, puntualidad niño" Respondí. Tengo algo de problemas con el control, admiró el orden, la puntualidad y la dedicación. Miro lo que llevo puesto una vez asegurándome de que me gusta y si. Me veía casual, pero bien vestido. El evento es semi elegante. Este día quiero estar casual y cómodo. Cómo estaba listo baje a la sala de estar de la casa. Vivo con mis padres, me gusta estar solo pero no sentir la casa sola, por esa razón no vivo a parte. En la sala esta Sarah con mamá viendo una película de drama y romance.

― Vaya... Estás muy guapo. ¿Me invitas? ―Preguntó Sarah en un tono entusiasta.

― No puedes salir, estás castigada. ―Aseguro mi madre y ella río. Siempre es así, si la castigan ahí la vez, tranquila. Digamos que a veces sus castigos son accidentalmente, la mala suerte persigue a esa enana.

― Castigada de nuevo... ¿Ahora que hiciste? ―Pregunté con una sonrisa burlona.

― Que no hice mi pequeño Ángel. ―Confesó.

― ¿Pequeño? Si sabes que te llegue a cambiar los pañales ¿Cierto?

― Sino lo recordamos no pasó.

De toda la familia Sarah ha tomado mi amnesia de manera burlona. Créanme cuando digo que no es por mala intención, ella solo es así. Usa chistes para todo y en cierta manera es lógica, no tengo recuerdos cambiándole los pañales, si no fuera por mis padres no tendría esa defensa.

― Sarah... ―Reprendió mi madre. ― Estás muy guapo hijo, irás al evento. ―Preguntó y asentí mientras me veía una vez más en el espejo de la sala. ― ¿Nathalie irá también?

― Por supuesto. Obvio no la dejaría por fuera.

― ¡Que bueno! ¿Irán los dos solos? ―Preguntó entusiasta y negué.

― Ash irá también, de hecho el fue a buscar a Nathalie. Yo solo los esperaré allá. ―Respondí y mi madre se vio desanimada.

― Mamá quiere que te cases con Nathalie algún día. ―Confesó mi hermana burlona.

― No me están quedando más opciones para ser abuela. ―Bromeó mi madre con algo de confesión.

― Por ahí dicen, que lo bueno se hace esperar. Y tu tendrás que esperar más.

Me fui de la casa camino al restaurante. Mientras conducía escuchaba canciones de "Bruno Mars" y pensaba en lo del libro. Después de una larga plática con Ángela decidí entregarle el libro, puesto que no me quedaron ganas de leerlo. Así lo sentí en el momento. Pero ahora no paro de pensar en el libro, tengo que seguir, tengo que leerlo.

Muchas cosas pasan por mi cabeza al recordar esa parte de la historia, de hecho puedo hacerme la imagen de la niña hablando con el niño a la perfección. A eso te lleva la imaginación por supuesto, a creer que eres parte de la historia, cómo te sientas más cómodo, siento el protagonista o con suerte el antagonista.

Julián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora