No está bien, está Perfecto.
Por el primer capítulo podía entender que el libro tenía mucho drama y fantasía. Pero el tema de la historia era interesante. Me gustaba, de hecho me entretenía mucho. Sentía que le faltaba algo, pero ya la sensación de querer leer más y más la tenía y eso era lo importante en un libro.
Estaba analizando el capítulo cuando mi celular sonó, el ring ring me sacó de mi ensueño.
― ¿Hi? ―Pregunté.
― Ángel... ―Pronunciaron mi nombre fuerte pero pesado, como si las letras costaran de soltar. Era Natalie. ― ¿Cómo está el chico más guapo?
― ¿Estás tomada?
― Shh Shh... Alguien podría oírte. No estoy... Tomada. Solo me tomé una margari-ta. ―Dijo alargando la "i".
― ¿Donde estás?
― No puedo decírtelo tienes un problema con el control y vendrás aquí a tratarme como si fuera tu hermanita pequeña. "¡No soy tu hermanita pequeña!" ―Remarcó.
― Okay dime dónde estás y le diré a Ash que vaya por ti.
― ¡No! Quiero que vengas tú, pero no quiero que vengas.
― ¿Ah qué va esto? ¿Nathalie que te pasa? ―Pregunté ya más preocupado.
― Eres tan sexy cuando hablas, no me pasa. Ya, solo ven por mí. ―Dijo y me dio la dirección muy rápido casi ni entendí y antes de preguntar de nuevo ella corto. No atendió mis llamadas y solo pude tratar de dar con ella.
Conduje por la ciudad. Lo único que entendí es que quedaba por la calle 24, cruce con la avenida Nork. Y era un club con vaquita en su nombre. Lo encontré fue más rápido de lo que me esperaba. Baje rápido y entre después de estacionar el auto. Un tipo de la entrada me cobró para poder entrar.
Adentro había música y luces parpadeando. Había mucha gente considerando que eran las siete aún. Habían chicas bailando semi desnudas en las barras. Y así supe como encontrar a Nathalie, estaba tomando viendo a una de las chicas como si fuera su nueva presa. A Nath le gustaban la chicas y los chicos, siempre se me parecía a alguien, pero de seguro era alguien que no estaba en mis recuerdos, porque no me llegaba un nombre.
Nath me vio y se acercó en tropiezos. Me abrazó y besó mi mejilla como si no hubiera un mañana.
― ¿Me pagas una? ―Preguntó refiriéndose a las chicas.
― Eh... No. Tienes que venir conmigo ahora.
― Pero no he tenido sexo en meses.
― Es qué tengo que decirte algo y aquí es muy difícil. ―Mentí sabiendo que su curiosidad la atacaría.
En si no era mentira tenía que darle un sermón después de eso y ahí le diría muchas cosas.
― Uff está bien vamos. ―Dijo molesta.
Fuimos a buscar sus cosas y la sujete para poder llegar al auto sin tropiezos. La subí con cuidado, le costaba mantenerse de pie mucho tiempo.
Al estar ambos ya adentro del auto y ya en marcha. Pude ver cómo se veía soñolienta.
― Abriré la ventana por si necesitas vomitar. ―Dije y ella río.
― Ya vomite no te preocupes. ―Confesó la castaña.
― ¿Y seguiste bebiendo aún así? ―Pregunté y asintió. ― Estás loca. ―Solté con gracia.
― ¿Tu me juzgas? ―Preguntó en un tono triste.
ESTÁS LEYENDO
Julián
Genç KurguTal vez sólo seas parte de mi imaginación, pero por qué con el tiempo te me vuelves tan real...